81 recetas que descubren la rica cocina ancestral del occidente de Asturias para que no se pierda

E. G. B. REDACCION

MÁS ACTUALIDAD

«Las manos de antes. Recetas del Occidente de Asturias»
«Las manos de antes. Recetas del Occidente de Asturias» Delallama Editorial

La asturiana Beatriz López Vidal recopiló durante tres años un recetario de platos dulces y salados en las cocinas de las mujeres de la zona, que ahora plasma en el libro «Las manos de antes». «Aparte de recetas, me daban manzanas de la huerta, o empanada», agradece

20 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Son 81 recetas dulces y saladas que se han ido transmitiendo de generación en generación en el occidente de Asturias. Beatriz López Vidal, experta repostera que nació en Navelgas (Tineo), es la autora de Las manos de antes. Recetas del occidente de Asturias, el nuevo libro de cocina de Delallama Editorial que descubre la rica cocina ancestral de la zona. Un recetario de tesoros de la cocina casera del occidente desde hace varias generaciones. Madres, tías o abuelas de la zona preservaron ese legado culinario pese al paso del tiempo y ese es precisamente el objetivo de esta publicación, impulsar también ahora su conservación y transmisión para que no se pierda. 

La autora, que firma textos y fotografías, recopiló las recetas durante casi tres años de boca de las guardianas de sus secretos y fórmulas. Recetas que se han conservado durante décadas o que han ido evolucionando en las manos de quienes las han mimado y también disfrutado, porque cada cocinera y cada casa es un mundo. «Me crié en un pueblo, soy de pueblo y no sé si es por querer saber un poco más sobre cómo funcionaba la vida antes, en los pueblos», explica la autora, cuya gran pasión siempre ha sido la repostería.

Con este libro, además quiere rendir tributo a las mujeres que custodian el saber tradicional de la cocina del occidente asturiano. «Siempre las vi un poco como sabias en la manera de manejar los ingredientes, postres y demás, y se me ocurrió que podía hacer una recopilación de recetas de todas esas mujeres precisamente en sus casas, las recetas especiales de sus casas, que hubieran hecho toda la vida allí y viniesen de más atrás», señala López Vidal.

Poco a poco, a través de agenda y conocidos, fue contactando con las mujeres de Las manos de antes. «Las llamaba por teléfono, me presentaba y decía de qué casa era yo y de quién era hija», recuerda. «Mi padre también era popular en la zona y ellas enseguida me abrieron las puertas y me dejaron entrar en casa. Yo siempre iba con un poco de cuidado, porque muchas de ellas ya eran mayores», explica.

«Las manos de antes. Recetas del occidente de Asturias»
«Las manos de antes. Recetas del occidente de Asturias»

Algunas le tenían la cocina preparada, o la masa hecha del día anterior. «Básicamente, lo que hacía era abrir los oídos y escuchar, fue un tiempo superagradable, y además marchaba de cada casa más llena de lo que entraba. Aparte de recetas, me daban manzanas de la huerta, o empanada, o incluso me contaban cosas de antes, o anécdotas de mi padre. Fue todo muy enriquecedor», recuerda Beatriz, que incorporó 27 platos salados a su recetario.

«La mayoría, al verme, pensaban en dulce, pero hubo especialmente una mujer, Lydia Muñalén, que me empezó a contar recetucas saladas y pensé que debía de haber muchas más que nunca había visto. Tampoco podía dejar pasar la oportunidad de apuntarlas. Me parecían bastante especiales y pensé que alguna más tenía que haber», explica.

El libro no es un resumen de los platos más famosos del occidente de Asturias, pero descubre platos salados como las pulientas vaqueiras, el pote de castañas o el gurupu, pasando por los rapones o la rapa, además de recetas dulces como la venera, las rosquillas trenzadas, los feixuelos de Cangas o las cañinas rellenas. 

La autora, que publicó su primer libro de recetas La víspera de la fiesta en 2020, confía en que el libro guste a quienes cedieron parte de su tiempo y conocimientos para transmitir todo ese conocimiento: «Lo importante era reflejar lo más fielmente posible lo que ellas me contaban y dejar constancia de lo que hacían las mujeres en la cocina. Espero, sobre todo, que ellas queden contentas y se vean reflejadas».