Londres y Dublín intentan desde hace dos años, sin éxito, acercar las posiciones de las formaciones para restaurar el Ejecutivo autónomo de poder compartido
Sus extrañas alianzas con Rusia y el supuesto papel, exagerado o no, de WikiLeaks en la intoxicación de las elecciones norteamericanas del 2016 que elevaron a Donald Trump a la presidencia, han llevado a su desprestigio y al de Internet como herramienta política de cambio