El nuevo Gobierno promete velar por sus seguridad tras años de violencia por parte del régimen de Al Asad y de los milicianos yihadistas del Frente al Nusra
Hayat Tahrir al Sham utiliza a antiguos prisioneros y a disidentes torturados en las cárceles para localizar y detener a excolaboradores infiltrados del dictador
Nunca fue un país sencillo de gobernar; ahora, tras la caída de Bachar al Asad, su mejor oportunidad es seguir la hoja de ruta del 2015 de las Naciones Unidas