La batalla de Waterloo que ganaron unos desconocidos ABBA hace ahora 50 años no fue la única que se libró aquella primavera en el festival: Peret llegó a Brighton entre las feroces críticas de quienes aspiraban a otra imagen de su país y los sonoros aplausos al «Spain is different». Quién les iba a decir a unos y otros, ya tan polarizados entonces, que la rumba sería un símbolo de lo «cool». En Portugal, entretanto, el debate iba por otro lado.
Jesús Flores