Sobrevivió casi 30 años como presidente de la Federación Española de Fútbol siempre bajo la sospecha de beneficiarse de un presunto tráfico de influencias permanente
Según la abogada del Estado, Larrea nombró una junta incumpliendo dos normas estatutarias que además de invalidarla convierten en nulos todos los acuerdos que haya tomado o pueda tomar