Descarga en Villar la responsabilidad de los amistosos de España bajo sospecha, e involucra al hijo en su organización
10 oct 2017 . Actualizado a las 08:16 h.María José Claramunt, conocida como la jefa de la selección, ha sido una de las sorpresas de la operación Soule. Aunque es una de las personas investigadas menos conocidas por el gran público, sus ganancias como directora de márketing y de la selección han llamado mucho la atención, tanto dentro de la propia federación como fuera. No hay que olvidar que según las investigaciones de la UCO, Claramunt recibió unos ingresos por parte de la federación entre el 2009 y el 2015 de 370.00 euros de media anual. La cantidad no es nada despreciable, ya que en esos seis años supone un total de 2,2 millones de euros. Igualmente, ingresó cerca de 230.000 de la sociedad Vos Sportsmarketing & Entertainment, entre el 2010 y el 2012.
Y al margen de sus ganancias, cuya legalidad no está necesariamente en cuestión, y de la delicada situación en la que ha quedado la propia Claramunt por el sumario de la Soule, su declaración ante el juez Pedraz ha sido un dardo envenenado hacia los Villar, tanto al padre como al hijo. Y también al vicepresidente Padrón. Según se ve y escucha en el vídeo de su declaración ante el juez Pedraz y la fiscala, hecho público por el diario As, María José Claramunt explica que había un contrato con la empresa Matchworld sobre la celebración de un amistoso que no pudo cumplirse porque el presidente ordenó jugar el partido contra Corea. Al parecer, Villar se había comprometido con el dirigente del país asiático. Igualmente, Claramunt reconoció que, en este asunto, que causó un importante quebranto económico a la RFEF, también intervino Gorka Villar, a quien tenía que enviar en copia todos los correos.
Claramunt declaró que hubo otro encuentro, en este caso contra Colombia, en el que recuerda la intervención de Gorka. Por otro lado, también manifestó que, por decisión de Villar y Padrón, se desechó en su día una oferta de Mediapro (16 millones, tres años) por derechos de televisión de la selección que era sensiblemente mejor que la que finalmente se aceptó, la de la empresa B4 Capital, en la que participaba Antonio Matarrese, expresidente de la Federación Italiana de Fútbol y amigo de Villar.
Claramunt también protagonizó una de las conversaciones grabadas por la UCO, en la que se refleja cuál ha sido el modo de operar en la RFEF durante años y el respeto que por la ley se tenía en las altas instancias federativas. En una conversación con Ángel María Villar, Claramunt habla sobre un encuentro amistoso de la selección que se pretendía jugar en Murcia y lo que la directora de la selección le dijo a un tal Edi: «Digo, vamos a ver, vale que no cumplimos la norma de la UCO, tal, tal, tal, pero digo ¿qué quiere el comisario para que hagamos el partido?, me dice que el hotel sea de Murcia y no de alrededores porque así controlamos nosotros la seguridad, digo vale que el hotel será en la ciudad de Murcia, vale, es lo que me pedía a cambio, digo tú vas a hablar con tu jefe y le dices, oye, a partir de septiembre cambiaremos la norma y acoplaremos el tema a la normativa tal, pero escúchame, tú me has dicho a mí, porque es verdad, presidente, tú no tenías jefe porque hay elecciones y tal, pues esto es lo mismo, aquí ahora mandan las elecciones por lo tanto me cago en la normativa y en la Ley del Deporte, me cago, no se ha cumplido en seis meses, se va a cumplir ahora. Así que tú dile ahora a tu jefe confidencialmente que posiblemente sea en Murcia y que a cambio vosotros tenéis el control total de la selección...».
Para la UCO, la conversación a la que pertenece el extracto anterior deja ver «el intento claro de manipulación y de saltarse la normativa vigente de la Sra Claramunt».
María José Claramunt entró en la RFEF de la mano de Jorge Pérez. Antes había sido directora general del Valencia. Es conocida en la federación por su carácter déspota, sobre todo con quienes tiene a su cargo. «Tiene una forma de ser agria, siempre está diciendo tacos y enfadada», dicen de ella fuentes de la RFEF. Pero, eso sí, ella supo ganarse la confianza de los futbolistas de la selección, especialmente de Ramos. De alguna forma, se convirtió en la conseguidora de los futbolistas cuando requerían cualquier cosa para ellos o sus familiares, como por ejemplo entradas. Tenía tanta implicación con ellos que hasta aparece su nombre en la relación de beneficiarios de un reloj de lujo, modelo IWC portugués en oro rosa, con la esfera color pizarra y correa de piel de aligátor. El precio de cada reloj era de 23.000 euros.