El proceso se prolonga en el tiempo y se extiende el pesimismo sobre que el recurso del CSD para repetirlas tenga éxito
14 nov 2017 . Actualizado a las 11:17 h.El recurso extraordinario de revisión que presentó el CSD en el TAD para que se repitan las elecciones a la asamblea de la Federación Española de Fútbol lleva camino de quedarse simplemente en un brindis al sol. Tanto por la lentitud de un proceso normativo de estas características como por las posibilidades reales que legalmente tiene de salir adelante.
El recurso presentado por el presidente del CSD y al que posteriormente se adhirió el ex secretario general de la RFEF, Jorge Pérez, es una herramienta legal para situaciones muy concretas que se dan pocas veces. Se trata de reparar un fallo, en este caso del Tribunal Administrativo del Deporte (validó las elecciones) por la aparición de elementos nuevos probatorios que de haberse conocido en su día podrían haber cambiado el sentido de la resolución. En este caso, el elemento nuevo es el auto del juez Pedraz en el que se recogen grabaciones de la UCO que demostrarían que las elecciones no fueron limpias.
¿Y cómo está el proceso? Empantanado. Ahora mismo el asunto esta en la fase de admisión. El TAD recibió la petición del CSD y ha pedido que se recojan alegaciones de los 139 asambleístas, lo que sin duda demora el caso y lo dificulta. No hay que olvidar que ya ha pasado más de un mes desde que Lete firmó el recurso y no se han registrado grandes avances.
Pero mientras el tiempo discurre y se acerca la fecha en la que se pueden poner en marcha mociones de censura (seis meses después de que Villar fuera nombrado presidente) también hay que tener en cuenta que una vez que se acabe con las alegaciones y demás acciones que los miembros del TAD estimen convenientes, el tribunal enviará el recurso al Consejo de Estado, quien realmente resolverá sobre si se admite o no la revisión.
Las fuentes jurídicas consultadas por este periódico ponen en duda que el citado Consejo lo admita porque la causa abierta contra Villar y otros directivos de la RFEF está en su fase de instrucción. Esto significa que todavía no hay nada que a efectos de la Justicia haya sido considerado como hechos probados, incluidas las grabaciones de la UCO en las que se sustenta el recurso del CSD.
Pero aún en el caso de que el Consejo de Estado decidiera que el recurso debe ser admitido, entonces quedaría en manos del TAD la resolución del expediente. Mientras tanto, Villar ha puesto nerviosos a unos y a otros con su reclamación en el Contencioso-administrativo para que le devuelvan la presidencia que él considera suya. Los empleados de la RFEF siguen viendo como Villar visita la federación semanalmente y charla con ellos y les intenta convencer de que volverá a gobernar en Las Rozas, generando tensiones entre los actuales dirigentes, que lo ven como una amenaza. Por otro lado, la preocupación se extiende también al CSD, quien sigue teniendo sobre sí la patata caliente del caos que vive la Federación Española de Fútbol, que lejos de haberse tranquilizado con la suspensión temporal de Villar, está cada día que pasa más tensionada, con un presidente en funciones también bajo sospecha al ser el tesorero de la etapa anterior y numerosos presidentes de las territoriales imputados en la Operación Soule. Mientras tanto, Luis Rubiales, el controvertido presidente de la AFE, manilla en la sombra para asaltar el poder mediante una moción de censura. Todo un espectáculo desalentador con el fútbol español como víctima.