Entrevista del zaguero con La Voz de Asturias
31 dic 2022 . Actualizado a las 18:59 h.Siguiendo los pasos de Babin, el otro central del Real Sporting de Gijón que finaliza contrato con los rojiblancos sin oferta del club asturiano aprovecha la entrevista con La Voz de Asturias para despedirse de sus lectores sportinguistas, cerrando de ese modo una etapa de 3 años en El Molinón - Enrique Castro 'Quini'.
¿Cómo estás viviendo estos primeros días tras confirmar tu salida del Sporting? ¿Semanas atrás ya tenías asumido que no ibas a continuar en el Sporting?
Estos primeros días después de la despedida son de emociones. Mucha gente se quiere despedir de ti, no me quiero olvidar de nadie y quiero despedirme de todo el mundo. Muchas emociones encontradas después del último partido. Más o menos sabía que ya no iba a seguir en el Sporting. Veía claro que se me acababa el ciclo aquí. Además, después de esta última lesión he visto que tanto el club como yo necesitábamos separar caminos. Es parte del fútbol y nos tenemos que adaptar a ello.
¿Cambiar cada pocos años de hogar es una de las cosas más difíciles que tenéis que asumir los futbolistas?
Sí que es una de las cosas más difíciles el cambiarse cada poco de residencia, pero también te da muchas cosas buenas. Tienes experiencias que otra gente estando siempre en el mismo sitio pues no puede. Los momentos en los que tienes que cambiar son difíciles porque en mi caso logré una cierta estabilidad aquí, mi hijo mayor ha hecho amigos y gente con la que su día a día era muy bueno. Es complicado, pero yo afronto lo que viene con positividad y seguro que el cambio será bueno.
¿Por qué recomendarías a un compañero de profesión firmar por el Sporting?
Porque es un club enorme, porque la ciudad transmite fútbol, porque Mareo es un sitio fabuloso para trabajar, porque cuando El Molinón aprieta pocos estadios vibran tanto. Hay muchas cosas por las que recomendaría a un compañero de profesión fichar por el Sporting.
¿Te marchas con la sensación de que las lesiones han impedido ver al verdadero Valiente en Gijón?
Desde luego que las lesiones han sido lo negativo en mi estancia en Gijón. Yo creo que, sobre todo en el segundo y tercer año, me ha costado mucho encadenar partidos con constancia. A raíz de la fascitis todo fue muy complicado. Me gustaría haber estado al 100% de mis posibilidades físicas en estos años que he estado aquí para poder rendir mejor.
La temporada pasada la fascitis te tuvo apartado del grupo durante varios meses. ¿Nos puedes contar cómo fue el proceso de recuperación, cómo te trató el club y cuál fue el peor momento?
Yo creo que empecé con ella cuando el confinamiento. Volver a entrenar después, cambio de zapatillas y la adaptación al campo se me crearon ahí los problemas. Pensaba que con el balón por el medio iba a recuperarme, pero fue peor. Cuando llegué aquí en la primera pretemporada de David fue duro porque había días que estaba bien y había días que no me podía calzar la bota. Ya he dicho con anterioridad que estoy muy agradecido tanto a los servicios médicos por la paciencia que tuvieron, al cuerpo técnico de David Gallego que confió en mí y tuvo paciencia porque la situación no era fácil. Parecía que en una semana estaba listo para volver y a la siguiente no podía. Fue un momento muy complicado.
¿Cuánta relación puede tener las constantes lesiones en una plantilla con una mejorable planificación o preparación física?
Todo depende. La preparación física siempre está en entre dicho porque es una parte importante del fútbol, y cada vez más porque hay mucha igualdad, sobre todo en esta categoría, y la preparación física puede ser la diferencia. Muchas veces también depende de muchas circunstancias, de campos de entrenamiento, de diferentes rutinas que puedan tener los jugadores. Yo creo que se le debe dar importancia al preparador físico, pero no siempre que hay lesiones es cuestión de ellos.
¿Cómo era un día normal en la vida de Valiente en Gijón?
Un día normal era llevar al colegio a mis hijos con mi mujer, luego ir a entrenar a Mareo, normalmente comía en Mareo o en casa, por la tarde después de recoger a los niños del colegio hacia actividades con ellos como cualquier padre. Llevar al niño al fútbol y a la niña a bailar. Creamos vínculos de amistades con gente, sobre todo de estas organizaciones, por los niños. Rutinas del día a día como cualquier otro padre.
¿A qué crees que se debió el cambio de rendimiento tan drástico entre la pasada temporada y esta última? ¿La gestión de vestuario de Gallego pudo ser mejor?
Son diferentes factores los que hicieron que la dinámica cambiase. A pesar de que no nos metimos en play-off, acabamos bien el primer año de David. Se hizo un año muy constante. Después el equipo empezó muy bien, muy reconocible en su juego. Y a raíz de ahí pasaron cosas que a veces pasan en el fútbol, sobre todo los primeros partidos que no ganamos yo creo que fueron por un cúmulo de circunstancias de mala suerte. Recuerdo un día en casa ante el Valladolid o el Almería, o en Cartagena donde merecimos ganar y perdimos, y a raíz de ahí faltó confianza. Un vestuario joven que al final le cuesta estas circunstancias. Fue un cúmulo de cosas que hizo que nos desplomasemos y no supimos reaccionar como debíamos.
Babin nos contaba estos días que la salida de Javi Fuego hizo mucho daño en el vestuario. ¿Con la salida de Javi sentiste que debías dar un paso adelante dentro de un vestuario muy joven?
Todos sentíamos que Javi Fuego era una parte importantísima para nosotros, no solo dentro del campo sino también fuera. Era un ejemplo para todos, sobre todo para la gente que subía de Mareo. Él salió del Sporting, hizo una carrera intachable, volvió a Gijón a pesar de tener otras ofertas. Un compañero y un amigo que sentía el club como nadie, y lleno de una profesionalidad increíble que a base de su ejemplo hacía que los demás hicieran lo mismo.
Gallego llegó a decir que al equipo le faltaba liderazgo. ¿En ese sentido se sintió con algo de responsabilidad?
Sí, quizás a veces nos faltó llegar a tener un poco más de liderazgo, pero cada uno es cómo es y eso va dentro de cada uno. Yo no intento liderar a base del liderazgo tradicional, sino que intento liderar a raíz de mi ejemplo, de mi trabajo, que la gente vea lo que cuesta llegar a ser profesional y lo que cuesta mantenerse. Esa era mi manera de intentar ayudar a los jóvenes.
Abelardo agradeció en público tu papel como veterano del vestuario en estas semanas claves, pero también nos dijo que quería reforzar el vestuario para dotarlo de buen ambiente y mayor profesionalidad. ¿Qué último consejo le darías a tus compañeros de plantilla más jóvenes?
Yo también le di las gracias al ‘Pitu’ por lo que ha hecho por nosotros, por venir estas cuatro semanas en un momento crítico y ayudarnos. A los jóvenes sobre todo les digo que puedes llegar a la élite, pero si no hay trabajo mantenerse ahí es muy complicado. A día de hoy hay muchísima igualdad y la diferencia yo creo que la marca el trabajo. Está claro que las cualidades de quienes han llegado están porque se lo han merecido, pero a partir de ahí es el trabajo lo que marca la diferencia.
Desde noviembre el equipo entró en un bucle de malos resultados del cual no pudo salir y el club contrató a un coach. ¿El problema estaba más en lo mental que en lo táctico o técnico? ¿En las estructuras se deberían trabajar más estos aspectos emocionales?
A día de hoy lo emocional es igual de importante que lo físico o lo táctico porque este año se vio claro con nosotros. Yo también incluyo que no es lo mismo jugar sin público que con público, y eso fue una parte importante en el tema emocional para nosotros. Mucha gente empezó a jugar profesionalmente sin público por el tema del COVID, y ahí sí que note un cambio. Sí que está claro que es importante, hoy en día el coach deportivo no es algo extraño, sino que es algo que muchos deportistas, tanto individual como a nivel colectivo, utilizan.
Durante estos tres años ha tenido que adaptarse a diferentes formas de defender e iniciar el juego. ¿El Sporting debería de tener una identidad de juego reconocible sin importar quien esté de entrenador, director deportivo…?
A lo largo de su historia el Sporting ha tenido una identidad clara de juego. Un juego que a El Molinón le gusta, un juego más directo, intentar atacar lo antes posible. Con David se intentó otra manera de jugar, que yo creo que caló a pesar de los malos resultados de la segunda temporada. Yo creo que la gente disfrutó con los primeros 10 partidos de Liga, incluso los primeros 15. Es una pena porque después nosotros no dimos la talla para poder seguir demostrando que esa manera de jugar nos venía bien. Más allá de estilos y de entrenadores, un club no debe estancarse en un único estilo de juego, sino que tiene que utilizar el más adecuado dependiendo de sus jugadores para poder sacar lo mejor de la plantilla.
Fútbol ‘norteño’ y vertical, mejorar el físico en la cantera y realizar entrenamientos más específicos y especializados para cada posición…¿Cómo valoras el nuevo proyecto de Abelardo y todas estas propuestas en base a tu experiencia en el fútbol base y profesional?
El ‘Pitu’ sabe exactamente a dónde viene. Ha mamado Mareo y Sporting desde que era jugador y después entrenador, así que no dudo lo más mínimo de que él sabe lo que tiene que hacer, sabe lo que tiene que tocar y las bases que tiene que instaurar. Estoy seguro que lo que haga lo hará para mejorar y hay que darle toda la confianza del mundo porque se la ha merecido.
Hay quien dice que el defensor tiene que defender pensando como un delantero. ¿La anticipación y el conocimiento del juego son los conceptos que mejor debe dominar un central?
Está claro que el conocimiento del juego y la anticipación pueden ser claves en una posición como la de central. Tienes que estar atento todo el partido para intentar cometer los menos errores posibles porque es una posición definitiva. Con los partidos, el central adquiere conocimientos para saber lo que pueden hacer los delanteros rivales.
En las derrotas la mayoría de críticas van dirigidas a los defensas, mientras que en las victorias los defensas no suelen ocupar las portadas. ¿Desde afuera somos injustos con las labores de los defensores?
No creo que sea injusto alabar a los delanteros y criticar a los defensas cuando se producen derrotas o victorias. Es parte del fútbol. La posición de central y de portero son las más difíciles de llevar a nivel emocional porque puedes cometer un error en cualquier momento del partido y cambiar el buen partido que estabas haciendo. Por eso, en esas posiciones la concentración es vital.
¿Qué virtudes destacarías de Berrocal? ¿El Sporting debería volver a ficharlo?
Berro es un chico joven que este año ha tenido mala suerte en ciertos momentos. Es un jugador y una persona muy disciplinada, que le gusta mucho trabajar y que tiene un potencial enorme. Es el Sporting quien tiene que decidir si lo va a fichar o no, pero a nivel de potencial, Berrocal es uno de los centrales más importantes en la actualidad en España. Ha tenido mala suerte en ciertos momentos, y como te decía antes, el sitio de central es el menos gratificante en ese sentido.
De los jugadores con los que has compartido vestuario en estos 3 años, ¿quién te ha sorprendido más por su calidad futbolística y/o humana?
No me podría quedar con uno. Con Diego (Mariño) mantengo una amistad desde Valladolid y sabía lo buen portero que era, y yo creo que ha mejorado en estos últimos años. Javi Fuego me marcó por la humildad en el día a día después de la carrera que tuvo, pasó por equipos importantes, jugó Champions, y en ese sentido Javi me demostró que al final la profesionalidad, el trabajo y ser buen compañero es una parte muy importante en este deporte.
¿Por donde pasa su futuro más inmediato y después de colgar las botas?
Ahora mismo descansar con la familia, nos fuimos de vacaciones unos días y luego poco a poco ir tomando forma de lo que tengo pensado. Mi idea es seguir jugando un año más. A día de hoy esa es la idea, pero no tengo nada decidido. Esperando acontecimientos y sobre todo no cerrando puertas. Y más allá de mi carrera como jugador, creo que estaré vinculado al fútbol porque llevo desde pequeño haciendo eso y, de alguna manera u otra, voy a estar vinculado.