¿Sabías la historia de la mujer en la cerveza? Así es la «birra» creada en Oviedo que la cuenta
LA VOZ DE OVIEDO
Los impulsores de Vivalabirra acaban de lanzar su propia bebida de estilo tradicional y receta «compleja», a la que han bautizado como Alewives: «Hay un resurgir muy potente de la mujer en el mundo de la cerveza, pero hace 500 años lo raro era ver a un hombre»
31 may 2024 . Actualizado a las 09:31 h.Los impulsores de Vivalabirra, el paraíso de la cerveza natural en Oviedo, están de enhorabuena. Acaban de lanzar Alewives, una receta creada por ellos mismos con la que tratan de reconocer el papel de la mujer en el sector y recuperar una historia que se remonta a varios siglos atrás. Llevan 12 años regentando el local de la calle La Lila y a sus referencias acaban de sumar ahora una propia.
No es la primera vez que Héctor Alcolea y Karol Herrero «cocinan» su propia cerveza. De hecho, esta es la quinta que crean ellos mismos, pero es diferente a las anteriores. «Hemos querido contar una historia con ella», explica él. Se puede probar en su establecimiento y va acompañada de un pequeño cuento de 12 páginas en el que viajan a los orígenes de la «birra» natural.
El origen del proyecto no es otro que las propias catas que ellos mismos organizan en Vivalabirra. «Siempre contamos la historia y llama muchísimo la atención», reconoce Héctor. Hablan del origen de la cerveza natural, la que ellos venden en la tienda especializada que regentan. «Se dan cuenta de que siempre hablo de la diosa de la cerveza y aprovecho para contar que desde la primera receta hasta los siglos XIV y XV se cocinaba por mujeres», detalla.
Por eso han querido homenajear a aquellas mujeres con Alewives. «Cada civilización tenía su diosa a la que rezaban y su reflejo en la tierra era la maestra cervecera. Llama la atención porque en la actualidad hay pocas, entonces siempre usamos las catas para reivindicar su papel a través del icono de la bruja de los cuentos», asevera.
Porque en un principio la figura de la bruja estaba asociada a las mujeres maestras cerveceras y no al malvado personaje de la literatura, tal y como explica Héctor Alcolea. «El sombrero de pico, la capa negra con estrellas y la escoba eran la forma de vestir de las mujeres que hacían cerveza en Inglaterra para destacar entre el resto de mercaderes», relata. Sin embargo, a finales del siglo XIV esta bebida milenaria empezó a convertirse en un negocio en toda Europa: «Surgieron gremios y sociedades industriales a los que la mujer tenía prohibido entrar».
Por si fuera poco, en Inglaterra «se les ocurrió una cosa extra», relatan desde Vivalabirra. Allí la religión ya había prohibido a la mujer acercarse a las bebidas alcohólicas «y a través de poetas, ilustradores, etcétera se empezó a vincular su vestimenta con la bruja mala de los cuentos, para que la sociedad creyese que eran mujeres que creaban pócimas para envenenar a la gente».
En definitiva, con Alewives quieren recordar que «la bruja del cuento surgió en el mundo de la cerveza a partir del siglo XV para intentar demonizar a las mujeres que todavía vendían cerveza y que se vestían así por la tradición de llamar la atención entre los mercaderes», subraya Héctor Alcolea. Una historia que ahora recogen en un cuento de 12 páginas que acompaña a su cerveza, cuyo logo es precisamente una bruja dibujada a mano por Karol Herrero y que evoca tiempos medievales.
El relato llama la atención en un momento de «resurgir» femenino en el sector de la cerveza más artesanal: «Hace 500 años lo raro hubiese sido que hubiera hombres», destaca. Ahora, con Alewives traen a Oviedo esa historia olvidada con la cerveza «más compleja» que han hecho hasta la fecha.
Está basada en otra que elaboraron para celebrar su quinto aniversario pero ha sido mejorada con nuevas técnicas. «Fue como resucitar esa cerveza, añadirle otros toques y otras maltas y a partir de ahí usar alguna técnica nueva para extraer aromas», resume Héctor. El resultado ha sido una cerveza roja de 8 grados en la que llevan trabajando desde finales del año pasado.
Para su elaboración utilizaron el recurso del «cervecero nómada» y se fueron a una fábrica de Pamplona para hacer fermentar su creación. Dos meses después de recibirla en Oviedo ya está a la venta en su local y está teniendo mucho éxito entre la clientela. «Es bastante compleja, no es una birra de trago largo. Una receta de la vieja escuela porque con ella queríamos contar una historia de siglos atrás», destaca.
Para su elaboración, han hecho una base de cereal «muy potente» en la que se combinan varios tipos de malta, entre ellos la de abadía «para darle ese toque de Europa medieval» y el centeno caramelizado, que da ese resultado rojo y denso. También tiene una combinación de lúpulos americanos e ingleses y «aunque parece dulce, es amarga y seca».
Por el momento, fabricaron 1.500 litros de Alewives y la idea es comercializarla en su propio local hasta que se acabe, sin pensar demasiado en el futuro.«Ahora en el mundo de la birra se funciona mucho por novedades para llamar la atención del consumidor. Esta está llamando mucho la atención por el sabor y por la historia, que nadie conoce. Pero no es una cerveza que de aquí a tres años vaya a beber todo el mundo, son estilos súper minoritarios pero súper ricos», defienden desde Vivalabirra.