Israel no encontrará la paz tras «destruir» a Hamás en Gaza
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Expertos aseguran que otros grupos ocuparán el lugar que tenía el movimiento
08 dic 2023 . Actualizado a las 12:32 h.Ayer se cumplieron dos meses desde que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, declarara la guerra a Hamás por las matanzas en los kibbutzim próximos a la Franja de Gaza. Una guerra con un «objetivo claro en mente: destruir a Hamás», como arengó el dirigente a sus tropas. Pero esa guerra, con heridas aún sangrantes del pasado, deja otras nuevas que propiciarán que la radicalización de sujetos en territorios palestinos no cese y que, por tanto, no se ponga fin a la violencia en la región. Ni en Gaza, ni en Cisjordania.
Israel continúa la estela de todos los errores que cometieron países como Estados Unidos y Egipto al tratar con grupos yihadistas o individuos radicales. Golpear con más violencia, humillar y maltratar presos y negar derechos básicos llevaron a la aparición de franquicias como Al Qaida, Estado Islámico, Frente Al Nusra y otros por Oriente Próximo. Y en la propaganda de estos grupos, Palestina es un elemento tan recurrente como indispensable para el reclutamiento.
Eliminar la competencia
Manuel Torres Soriano, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Pablo Olavide y reputado investigador sobre yihadismo, advierte que «acabar con Hamás lo único que hace es acabar con uno de los actores que se nutren de la causa» y que no implica que la referencia simbólica de la causa palestina desaparezca del imaginario yihadista, sino lo contrario: «Será alimentada a raíz de la guerra en Gaza».
Bajo su criterio, Torres Soriano expone que eliminar a Hamás dejará un vacío de poder que otros interesados intentarán ocupar. «Ha sido una organización monopolística, no ha dejado que otros grupos surjan dentro del territorio y la disciplina de su marca. Básicamente han actuado contra grupúsculos como Al Qaida y Estado Islámico porque no quieren un competidor. La desaparición de Hamás supondrá la desaparición de las barreras que había para evitar la aparición de competidores en territorio palestino», expone. Además, Yihad Islámica y Hezbolá podrían sumarse a la pugna por el vacío de poder y la predicada «indefensión» de los palestinos.
El presidente de Cinved, especializado en discursos de odio y relaciones internacionales, Sergio Gracia, expone que la violencia desatada por Israel en ningún caso le procurará seguridad, sino más bien lo contrario. «Combatir a Hamás no se ha visto como la solución definitiva para que impere la paz entre los dos estados. Tampoco podemos obviar la violencia llevada a cabo por los colonos y las actuaciones realizadas por el Ejército israelí en campos de refugiados», añade.
Los dos Estados
Para frenar la violencia e intentar lograr alcanzar la paz entre las dos partes, varios dignatarios han pedido que se reconozca un estado palestino. Sin embargo, la idea, aunque compartida por muchos sectores poblacionales de Cisjordania e Israel, podría tener un efecto más adverso del imaginado.
El contexto político y social, actualmente, solo contempla la muerte. Israel tiene el Ejecutivo más radical de su historia y es algo que ni se plantea. Máxime cuando ministros como Itamar Ben Gvir (Seguridad Nacional) y Bezalel Smotrich (Finanzas) abogan por o bien la matanza de árabes o bien su expulsión para anexionar Gaza y Cisjordania.
Los territorios palestinos, con Fatah como única entidad política solvente actualmente y que gobierna en Cisjordania, se enfrentaría a un contexto aún más delicado. «La propia población palestina podría exigir una posición más beligerante a Fatah. Lo que quede después de esta guerra va a ser diferente, y no necesariamente mejor», explica Torres Soriano.
Sin embargo, Gracia se posiciona a favor de la existencia de un Estado palestino como solución a los enfrentamientos. «Lo único que frenaría esa ‘radicalización' o ‘insurgencia' sería devolver los territorios al pueblo palestino, el reconocimiento y respeto de dicho Estado, y dejar de crear realidades físicas sobre el terreno que han condicionado la vida de los palestinos durante décadas». Pero eso sí, con condiciones. «Tanto Hamás como Netanyahu y su gobierno de radicales y extremistas desaparezcan, ya que ninguno tiene la capacidad de enarbolar la bandera de la paz», concluye.
Netanyahu insiste en que no entregará el control de la Franja a la Autoridad Palestina
Redacción / La Voz
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reiteró que Israel no pretende entregar el control de Gaza a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), organismo con poder limitado en zonas reducidas de Cisjordania ocupada. «Mientras yo sea primer ministro de Israel, esto no pasará», dijo Netanyahu en su cuenta en la red social X (antes Twitter), donde también acusó a la ANP de empujar a los niños a favor «del terrorismo», así como de financiarlo, y de «apoyar a familias terroristas».
Estas declaraciones se producen después de que Sky News Arabia publicara que el presidente palestino, Mahmud Abás, está dispuesto a asumir el poder de la Franja, un extremo que la ANP había negado hasta ahora públicamente. Este organismo, con acuerdos de cooperación con Israel en base a los Acuerdos de Oslo (1993-1995), perdió el control de Gaza en el 2007, cuando Hamás tomó su poder por la fuerza y echó a la ANP.
A su vez, desde el estallido de la guerra el 7 de octubre, esta institución asegura que solo asumirá de nuevo la gestión del enclave palestino en el marco de un proceso de paz con Israel donde se ponga sobre la mesa la creación de un Estado palestino con capital en Jerusalén Este y Cisjordania y Gaza como territorios integrantes, algo muy lejos de la realidad actual.
Desde el ataque sorpresa de Hamás a Israel el 7 de octubre, el Gobierno israelí se ha propuesto «desmantelar a Hamás» como objetivo en la guerra, aunque no dejó claro cuál es su plan exacto posterior para la Franja.
El martes, Netanyahu insistió en que no dará acceso a ninguna fuerza internacional para desmilitarizar Gaza. «Solo hay una fuerza que pueda garantizar la desmilitarización» de la Franja «y esta es el Ejército israelí», remarcó. Según añadió, «la única manera de terminar la guerra y hacerlo rápidamente es ejercer una nueva acción decisiva contra Hamás y erradicarlo».