HISTORIAS DE A CORUÑA
El Caudillo tuvo siempre la reliquia de la mano en su mesita de noche Las monjas Carmelitas Descalzas nunca miraron con buenos ojos a Franco. El motivo era que el Caudillo les había requisado la mano incorrupta de Santa Teresa de Jesús, tras recuperarla en la conquista de Málaga al general republicano Villalba, y no se la devolvió hasta su muerte, pues decía que era una santa muy milagrera y que le daba protección. Curiosamente, en el verano de 1963 coincidieron, por separado, en A Coruña la mano y el brazo de la Santa, una en el pazo de Meirás y otra en María Pita.