Cachopo ¿dulce?: la receta que arrasa en un restaurante asturiano en Madrid

Martina Sánchez Sabato
Martina Sabato REDACCIÓN

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El cachopo dulce de Urumea, un restaurante asturiano en Madrid
El cachopo dulce de Urumea, un restaurante asturiano en Madrid El escaparate

Tito Gómez, el padre de esta preparación, asegura que lleva una semana en la carta y todos los días venden entre 20 y 30 unidades

06 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La cocina asturiana no conoce límites cuando se trata de poner contento al paladar. El cachopo es una insignia de la gastronomía y su versatilidad permite combinaciones saladas infinitas y un restaurante asturiano en Madrid le da un giro de 180º y saca una opción dulce.

Para los amantes de los postres, y los que no tanto, en Urumea idearon una alternativa en la que el protagonista es Asturias. Además de sus cachopos de un metro, uno clásico —jamón ibérico y quesos— y uno dividido en tres sabores —clásico, cebolla, queso de cabra y cebolla caramelizada, y jamón ibérico, morcilla de arroz y pimientos del piquillo—, ahora se puede pedir de postre.

Sustituyen la ternera de sus cachopos por una base y tapa de hojaldre casero. Los rellenos salados por crema pastelera casera y manzana asada con una cobertura de almendra picada. Tampoco se olvidan del acompañamiento, que tradicionalmente son patatas fritas. En este restaurante apuestan por poner su cachopo dulce sobre una cama de manzana en bastones flambeados. Este postre tiene un precio de 20 euros y el mismo tamaño que un cachopo típico.

La idea surgió entre bromas, los clientes tras comer el cachopo de metro y en ocasiones no poder terminarlo, lanzaban el chiste: «¿Ahora de postre, cachopo?», recuerda el padre del cachopo dulce, Tito Gómez, que además confiesa que no puede parar de idear cosas para su restaurante: «No se estarme quieto, ¿por qué no iba a hacerlo?».

Tras pensar e intentar varios rellenos, los comensales los probaban e iban seleccionando su preferido, que finalmente fue el que presentan en su carta hace una semana y que sale de su cocina una media de entre 20 y 30 veces, calcula Gómez. Teniendo en cuenta que está pensado para compartir entre cuatro, al día lo prueban aproximadamente 100 personas. En general, «está teniendo muy buena acogida, la gente dice que está buenísimo», resume el dueño de Urumea.

Tito Gómez, cómo se podría intuir por esta idea puramente asturiana, es de Pola de Allande y en 1992 se mudó a Madrid para dedicarse a la hostelería, en ese momento como camarero, y actualmente asume el relevo del anterior regente tras su jubilación, que también lo concebía como restaurante asturiano.

Tito Gómez con el cachopo de un metro de Urumea, en Madrid
Tito Gómez con el cachopo de un metro de Urumea, en Madrid El Escaparate

En general, en este local, los cachopos y la forma en la que revolucionan el concepto triunfan. Tanto sus opciones de un metro, con entrantes y botellas de sidra incluidas dependiendo de los comensales, como su opción dulce. En el caso salado, «son una locura», describe Tito Gómez, que cuenta que mucha gente de fuera de Madrid aprovecha su visita para degustar sus preparaciones, con el resultado de 20 cachopos diarios vendidos.

En la carta de Urumea, Asturias es protagonista en todos sus apartados. Se puede empezar por una degustación de quesos asturianos —cabrales, ahumados, Afuega'l pitu y rulo—, coger la cuchara para comer una fabada asturiana o cuchillo y tenedor para degustar un cachopo asturiano. Y para terminar, la cuchara de postre para probar el sorbete de sidra natural este cachopo dulce.