Un habitual en las operaciones de salida del club
24 jun 2023 . Actualizado a las 14:09 h.Con algo más de dos meses por delante antes de dar por cerrada la plantilla del Real Sporting de Gijón de cara a la temporada 23/24, varios son los frentes abiertos que ya maneja el área de gestión deportiva rojiblanca. Uno de ellos, por ejemplo, es la salida de Uros Milovanovic, al que se le busca un nuevo destino en calidad de cedido, tal y como se viene comentando estos últimos días en La Voz de Asturias.
Una cesión que incluye en su fórmula pretendida por los rojiblancos una opción de compra por un porcentaje del pase del jugador. Una práctica que viene siendo habitual en las operaciones de venta que se han llevado a cabo en la entidad desde la llegada de la nueva gestión de Orlegi Sports. Una arista más a incluir en las negociaciones de salida de la dirección deportiva asturiana.
Tres han sido las operaciones de venta que ha gestionado el grupo mexicano desde su llegada al Sporting en los dos pasados mercados de transferencias. Manu García en verano y José Gragera y Diego Mariño en invierno. El caso con asterisco es el del guardameta vigués, que era el único con un vencimiento próximo en su contrato y que tuvo más facilidades para su salida. Él es el único que fue traspasado en su totalidad, aunque la operación también tuvo su condicionante, con un pago como compensación cercano a los 80.000 euros al conseguir la permanencia del Almería en Primera División.
En el caso de Manu García, el Sporting vendió el 75% de los derechos del jugador al Aris de Salónica por una cifra cercana a los 3,2 millones de euros. Con ello, la SAD asturiana se guardó el 25% del mediapunta asturiano con el objetivo de poder lograr un ingreso extra en un futuro a través de un traspaso del conjunto heleno. Una fórmula con la que se logró alcanzar la tasación de lo que había costado al club en un pasado, contando con la amortización realizada.
Del mismo modo, esta operativa fue una prioridad en la negociación del área deportiva del Sporting con el RCD Espanyol el pasado mercado de enero. En una negociación que derivó en una fórmula algo más compleja, el club rojiblanco vendió los derechos de José Gragera a cambio de 2,8 millones de euros por el 70% de su pase, dejando en «propiedad» de los asturianos el 30% restante, de nuevo con la misma expectativa que en el caso de Manu.
Un 30% que podría reducirse a la mitad convirtiéndose en un 15% en caso de que el Espanyol ejecute una de las cláusulas que formaron parte del acuerdo; la compra de un 15% extra por 1,5 millones de euros, con el verano de 2025 como fecha límite marcada. Detalles añadidos que sumaron complejidad a la operación de venta con el objetivo de reducir de forma considerable la incertidumbre sobre el monto total a percibir, elevando el ingreso hasta los 4,3 millones manteniendo un 15% de los derechos sobre una venta posterior, cifra que se mueve alrededor de la tasación que el club había puesto al gijonés.
Mientras, del mismo modo, con este condicionante se abre paso a la especulación sobre el valor futuro del futbolista pensando en un traspaso que repercuta en los intereses de las arcas rojiblancas. Con la incógnita de si se producirán más ventas durante el verano que ya encara el club, la voluntad de buscar un «extra» a futuro en sus salidas se mantiene entre las ideas prioritarias de los gestores rojiblancos.