Reconocen la incapacidad laboral a una ovetense que perdió la voz por el covid persistente: «Los enfermos no nos inventamos los síntomas»
LA VOZ DE OVIEDO
El Tribunal Superior de Justicia de Asturias ha ratificado la sentencia del Juzgado de lo Social n.º 4 de Oviedo, quien había fallado en favor de Nuria Bailón. Esta ovetense de 47 años presentó una demanda contra el INSS al obligarla a trabajar pese a su deteriorado estado de salud debido a los síntomas provocados por el long covid
13 ene 2025 . Actualizado a las 09:36 h.Nuria Bailón lleva más de cuatro años haciendo frente a los síntomas provocados por el covid persistente y los efectos secundarios de las vacunas que protegen el cuerpo de esta enfermedad que puso en jaque la salud mundial. En este tiempo ha tenido que batallar además contra el Instituto Nacional de la Seguridad Social. Tras una larga lucha judicial, esta ovetense de 47 años ha logrado salir victoriosa en los tribunales. Primero fue el Juzgado de lo Social n.º 4 de Oviedo quien le reconocía que no estaba en condiciones para trabajar como comercial y ahora es el Tribunal Superior de Justicia de Asturias quien vuelve a ratificar la sentencia.
El hecho de que el TSJA haya emitido un fallo a su favor, reconociendo finalmente que no está capacitada para desempeñarse adecuadamente como vendedora de seguros, ha permitido a Nuria respirar aliviada después de muchas noches de insomnio. «Para mí esto ha supuesto un pequeño descanso», asegura a través de un mensajes de WhatsApp. Tras convertirse en persistente el virus cuando se contagió por primera vez en marzo del 2020 —se infectó hasta en tres ocasiones más— la ovetense perdió la voz y desde entonces no la ha recuperado, por lo que esta es una de las principales formas que tiene de comunicarse.
En la sentencia dictada, además de reconocerse su «incapacidad permanente total para su profesión habitual, derivada de la contingencia de enfermedad común», se contempla «el derecho a recibir una renta vitalicia, en catorces pagas anuales, del 55 % de su base reguladora, sin perjuicio de las mejoras y revalorizaciones legales». Como ahora puede recibir esta prestación, Nuria ya no tiene que romperse la cabeza para llegar holgadamente a fin de mes.
Había ya dejado de recibir la prestación por desempleo, pues esta había llegado al límite de su duración. Pero como ahora va a poder recibir un poco más de la mitad del sueldo que tenía cuando se empleaba, ya no se verá tan ahogada a la hora de hacer frente a las facturas y los demás gastos derivados del día a día. Esta «pequeña ayuda» supone por tanto para la ovetense «un descanso a nivel económico».
Los síntomas contra los que batalla día a día
No obstante, para ella el mayor triunfo es que se hayan reconocido los síntomas que le provocan el covid persistente. «Los enfermos no nos los inventamos, están ahí y nos limitan mucho», manifiesta. En su caso sufre de disfonía, es decir, ha perdido el timbre normal de su voz. Tiene también dificultades para respirar. «El mínimo esfuerzo que haga me produce taquicardia precoz», asegura.
Le tiemblan además las manos y siente ruidos en sus oídos sin que exista una fuente exterior de sonido. Estos acúfenos varían en intensidad. A veces son muy molestos y otros ya te acostumbras a vivir con ellos», explica. Por si fuera poco, padece de fuertes dolores de cabeza. Estas jaquecas se le han «agudizado» tras volver a contagiarse de covid el pasado mes de junio. Esta ya es la cuarta vez que se ha infectado.
Esta variedad de síntomas, en su conjunto, limitan «por completo» la vida de esta ovetense. «Para empezar no puedo realizar las tareas cotidianas, como recoger o limpiar mi casa. Por no hablar del tema de la higiene. Me cuesta hasta ducharme. Hay veces que tengo que sentarme para poder terminar y secarme. Y peinarme ya ni te cuento», confiesa. El «no poder realizar el trabajo que desempeñaba y ver que para los demás es muy fácil» también le afecta a nivel personal.
Cada uno de estos indicios han puesto también en jaque su vida social. «Si fuerzo la voz me duele la garganta, me da tos y carraspera. Además, cualquier ruido me molesta mucho. Por eso, si tengo que tomarme un café en un ambiente ruidoso, en el que hay mucho barullo de gente, para mí eso supone un sacrificio», revela.
Desde la demanda hasta la sentencia final
Conseguir que se le reconociese la «incapacidad permanente total» y que , por ende, le otorgasen una renta vitalicia no le resultó nada fácil. «Fue un proceso largo», asegura. Después de estar un año y once meses de baja laboral porque le resultaba «imposible emplearse» por su deteriorado estado de salud, fue dada de alta. Desde el INSS no le «reconocieron» la incapacidad que «ellos mismos» le habían propuesto y le tocó incorporarse a su puesto de trabajo.
A la hora de pasar el correspondiente reconocimiento médico le dijeron que «no era apta para el puesto». Fue por tanto «extinto el contrato» y puesta de patitas en la calle: «Me despidieron». Al quedarse al paro y no ser inhabilitada por no estar capacitada para desempeñar correctamente como comercial se vio obligada a presentar una demanda contra el INSS para que fuese un juez quien decidiera si tenía que trabajar o no.
Tras «muchos meses de espera», el pasado junio tuvo lugar el ansiado juicio. Ante el Juzgado de lo Social n.º 4 de Oviedo, con la ayuda de su abogado David Labrador de Legalvia abogados, la ovetense defendió con uñas y dientes que no estaba en condiciones de trabajar. Presentó todos y cada uno de los informes médicos que avalan que su estado de salud se ha visto seriamente deteriorado después de contagiarse de coronavirus y volverse este persistente.
Después de escuchar a las dos partes, el juez titular del caso decidió dictar sentencia en favor de Nuria Bailón. En este fallo judicial se le reconoce «la incapacidad permanente total para su profesión habitual, derivada de la contingencia de enfermedad común con derecho a recibir una renta vitalicia, en catorce pagas anuales, del 55 % de su base reguladora, sin perjuicio de las mejoras y revalorizaciones legales».
El caso paso a manos del TSJA
Ante este dictamen y dada la disconformidad con el mismo, el INSS se acogió al recurso de suplicación que la ovetense impugnó. Ante esta situación, el Juzgado de lo Social n.º 4 de Oviedo decidió trasladar el caso al Tribunal Superior de Justicia de Asturias. El máximo órgano judicial en el Principado, después de valorar las pruebas presentadas y escuchar a las partes implicadas, deliberó «desestimar el recurso y confirmarla sentencia recurrida».
Los magistrados consideran que, «al tener disfonía», haber sido diagnosticada por neumología con «asma bronquial parcialmente controlado», y tras ser «intervenida de hipertrofia turbinal bilateral», además de presentar una voz «siempre áfona, entrecortada y con esfuerzo», se encuentra «limitada para tareas que requieren comunicación verbal continuada o en determinados momentos donde la comunicación de cara al público es fundamental».
«Persiste con disnea pese al tratamiento, pese a normalización de pruebas de función pulmonar», añaden antes de precisar que la ovetense «estuvo haciendo ejercicios de logopedia para la disfonía». No obstante, según recoge la sentencia, ya le dieron el alta en el área de logopedia y está pendiente que se le haga TAC de tórax , además de tener prevista una consulta por la unidad de asma grave.
«Si todo ello se pone en relación con su profesión de vendedora de seguros, que requiere de atención personalizada y telefónica a clientes, exigiéndose para la venta de seguros una adecuada comunicación verbal, y con el hecho de que ella agotó 545 días en situación de incapacidad laboral temporal, la sentencia debe ser confirmada», aseguran.
A por la incapacidad absoluta
Por tanto, «desestimamos el recurso de suplicación interpuesto por la entidad gestora INSS contra la sentencia del Juzgado de lo Social n.º 4 de Oviedo y en consecuencia confirmamos la resolución impugnada». Dictan así sentencia en favor de Nuria Bailón, quien ahora va intentar conseguir que se le eleve al 75 % la prestación a recibir.
«Mi abogado me dijo que había que ir a por la incapacidad absoluta con los nuevos informes y pruebas que estoy pendiente. Considerada que es el momento adecuado de hacerlo. Pero bueno, todavía no estamos en trámites. Vamos a esperar por un informe que él considera que es muy importante para empezar con el proceso», dice confiada en que se reconozca su petición.
El apoyo «fundamental» de la Asociación Covid Persistente de Asturias
Mientras tanto, anima a todas aquellas personas que están en su misma situación a seguir luchando por que se les reconozca la incapacidad laboral, ya bien sea total o absoluta. «No hay que desmotivarse, al contrario. Es muy importante también buscar ayuda en las asociaciones de Covid persistente que hay en cada provincia, ha mi me ha venido muy bien», confiesa.
«En la de Asturias, por ejemplo, tenemos un grupo de WhatsApp en el que tratamos de ayudarnos unos a otros en todo lo que podamos. Siempre digo que mal de muchos, consuelo de tontos. Pero los que están en tu misma situación te saben comprender y ya no te ves como un bicho raro o te sientes como una loca», dice, antes de confesar que al final no queda más remedio que «aprender a vivir con la nueva situación, a veces es un poco complicado, pero hay seguir adelante».
Cualquier persona con secuelas prolongadas del covid-19 que no forme todavía parte de la asociación puede ponerse en contacto con el colectivo a través del siguiente correo electrónico: covidpersistenteasturias@gmail.com. Atienden también llamadas y mensajes en el 657 451 238. Este teléfono está operativo de martes a jueves, en horario de 11.00 a 15.00 horas.