¿Llegarán los camareros a ganar más de 2.500 euros en Oviedo?: esto es lo que dicen los hosteleros

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

LA VOZ DE OVIEDO

Un camarero escancia sidra
Un camarero escancia sidra Paco Paredes | EFE

El cocinero Ferran Adrià desata la polémica al predecir que en un plazo de cinco años los profesionales del sector hostelero deberán haber visto aumentada su nómina con creces. Pero, ¿será esto posible? Empresarios de la ciudad dan su opinión al respecto

06 jun 2024 . Actualizado a las 09:31 h.

Es hablar de las condiciones laborales en el sector de la hostelería para que acto seguido el debate ya esté servido. Hace unos meses fue la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, quien provocó una gran controversia al asegurar que no le parecía «razonable» que los restaurantes abriesen hasta la una de la madrugada. En esta ocasión, ha sido el afamado cocinero Ferran Adriá quien ha avivado la polémica después de sus incendiarias declaraciones en un congreso celebrado hace unas semanas en Galicia. El gurú de la alta cocina predijo que de aquí a cinco años los camareros deberían de cobrar entre 2.500 y 4.000 euros. Aunque «sería lo ideal», los hosteleros asturianos califican esta situación de «inviable». Argumentan que con los precios de sus servicios «no es posible» ofrecer tales salarios.

«¿Que va a ganar más un camarero que un médico?, ¿estamos locos o qué? Si un camarero va a cobrar 4.000 euros, ¿cuánto va a cobrar ahora un médico o una persona que cobra ya 2.500-3.000? ¿qué va a cobrar, 10.000?» El presidente de la Ruta de los Vinos de Oviedo ve «absolutamente inviable» que los trabajadores del sector de la hostelería tengan un sueldo de entre 2.500 y 4.000 euros. Considera que para sostener dichas nóminas los empresarios tendrían que «facturar el doble», es decir, deberían subir los precios, pero de hacerlo «lo más probable» es que no haya personas dispuestas a pagar más por el servicio. 

«Si tú subes los precios, habrá gente que dejará de salir y acabará bebiendo cerveza en casa porque no podrá pagarla. Salir a tomar algo será más bien una cosa elitista, habrá solo cuatro restaurantes a los que iría la gente con dinero y que sí pueden permitirse pagar ese sueldo a los camareros», asegura Joaquín Trigueros, quien defiende que para pagar una nómina de tal cantidad de dinero a sus empleados debe de haber «una correlación».

En este sentido, el propietario del Mesón La Comtienda y de la pizzería situada en la calle Manuel Pedregal explica que el sueldo de un camarero a media jornada, coincidiendo trabajar algún festivo, con alguna que otra hora complementaria y con sus correspondientes pagas extras, sería de «unos 1.400 euros aproximadamente». «Si se saca su propina puede llegar a cobrar unos 1.500 euros, pero es que 2.500 es casi el doble», manifiesta. En el caso de un camarero a jornada completa, «ya le cuesta al empresario 3.000 euros, porque hay que contar también los seguros sociales».

«Yo por ejemplo tengo camareros que su coste real me pasa de los 3.000 euros. Gente que está a jornada completa, con su categoría y algún plus, con las cotizaciones correspondientes… entonces, sí me dices que va a ganar de salario 3.000 euros, pues a los empresarios nos va a costar 6.000», señala Trigueros, antes de asegurar que solo ve viables dichas nóminas en restaurantes de Estrella Michelín. «Ahí te sientas y pagas 200 euros por persona; entonces vale, pero no se puede generalizar a toda la hostelería», apunta.

En esta misma línea también se manifiesta el hostelero Diego Javita. El propietario de la Sidrería El Bosque defiende que no se debe subir el precio de los productos para poder pagar tales salarios, sino que la solución estaría en una bajada de los impuestos y demás tasas. «Al final no es solo pagar el sueldo al trabajador, sino que a eso hay que añadirle la seguridad social, que cuesta un dineral. Además, tenemos que pagar la tasa correspondiente por utilizar la terraza, el impuesto de sociedades, nuestros autónomos… son, por tanto, muchas las cosas que hay que pagar», resalta antes de señalar que el margen de beneficio es «mucho más pequeño ahora que antes porque subió mucho todo». Aún con todo, le «encantaría» poder remunerar de tal manera: «Sería lo ideal», dice.

Quien sí se posiciona a favor de Ferrá Adriá es uno de los socios fundadores de la que es considerada la mejor coctelería de Oviedo. Saúl Vega defiende que los sueldos hay que subirlos, pero no solo los de los camareros sino los de todas las profesionales en general. «Viendo cómo está hoy en día la vida, la gente gana muy poco dinero y en un carro de la compra se va ya prácticamente el sueldo», señala.

A su juicio, hay que «leer entre líneas» las declaraciones vertidas por el gurú de la alta cocina. «Estamos trabajando en una profesión en la que siempre ha habido mucho intrusismo laboral, es decir, siempre se ha escuchado “tengo este dinero ahorrado y voy a montar un bar” y entonces todo hijo de vecino ponía un negocio de hostelería. Eso, yo creo, que es por ahí por donde van los tiros», dice.

Bajo esta premisa explica que los camareros y el resto de los profesionales del sector como cocineros, barmans, sommeliers... están «muy profesionalizados», por lo que a su parecer una persona que tiene una formación y otra que no la tiene «no pueden estar ganando el mismo dinero». «Yo siempre lo equiparo al fútbol, cada uno debería de cobrar lo que vale, pero claro, eso no es posible porque habría que cambiar los convenios y demás», reconoce. Es por este motivo que el responsable de Mala Saña apuesta «siempre» por aquellas personas que se han formado en una escuela de hostelería porque «en verdad, es una declaración de intenciones, que se quiere dedicar a esto profesionalmente».

En cuanto al hecho de poder abonar a un trabajador del sector de la hostelería una nómina de más de 2.500 euros, al igual que el resto de compañeros de profesión, Saúl Vega considera que tener esos sueldos en Oviedo es «inviable» y de pagarlos deberían subir también los precios de los productos «por lo menos el doble». Pero el problema está en que la gente «no va a estar dispuesta a pagar tal cantidades»: «Si hoy cobras 10 euros por un cóctel y mañana lo subes a 20, la gente no lo va a pagar, porque ese cliente va a seguir cobrando lo mismo; entonces al final es un poco la pescadilla que se muerde la cola».

El presidente del Bulevar de la Sidra también defiende que se debe subir el sueldo a los empleados del sector de la hostelería. Pero para Pedro Caramés un camarero «no se merece» cobrar 5.000 euros, sino más bien el doble, porque al fin y al cabo «es un trabajo muy sacrificado». Y para que esto ocurra, en su opinión, deben ser los propios consumidores quienes acepten pagar el doble por una consumición. «Habría más bien que preguntar a los clientes si serían capaces de asumir esa plusvalía, que los costos de la comida de un domingo familiar y demás pudiesen servir para pagar la parte proporcional de los 5.000 euros de sueldo de un camarero», revela.

El hostelero ovetense José Luis Cuesta también ve «imposible» a día de hoy remunerar de tal manera a sus empleados. Lo ve «realmente complicado», porque el hecho de pagar 4.000 euros significa «triplicar el sueldo de una persona y para ello hay que triplicar el precio de una caña». Y a su juicio, si se sube el precio de un producto vería mermada su clientela. «¿Quién va a tomar cañas a 10 euros? ¿El menú del día de 15 euros, lo subes a 45?», se pregunta uno de los socios fundadores de El Llar de la Catedral.

Pero aunque no ve factible poder pagar tales sueldos, sí que ansía poder hacerlo algún día, dado que repercutirá positivamente en el negocio. «Yo cuando reparto el bote entre los camareros prefiero que se lleven 400 euros que 200, porque en verdad es un aliciente para ellos y cuanto más contentos estén más a gusto vendrán a trabajo y eso al final es mejor para todos», dice. No obstante, considera que el sueldo debería de subir el de «todo el mundo»: «Lo ideal sería que todos cobráramos 10.000 euros al mes y que un café costase un euro, pero eso sí que lo veo fastidiado», asegura.