En la mejor ferretería de Asturias lo tienen claro: el secreto está en saber escuchar
LA VOZ DE OVIEDO
Adrián y Eva están al frente de «El viejo almacén», un negocio que montaron juntos hace una década y que lidera las reseñas del sector en la región desde Ciudad Naranco, en Oviedo. Ante la amenaza de la venta por internet, apuestan por atender a cada cliente para darle soluciones y que «siempre» vuelva
24 feb 2024 . Actualizado a las 10:31 h.Adrián Álvarez y Eva Iglesias están al frente de la ferretería El viejo almacén, que encabeza el ránking de mejores negocios de este sector en Asturias en los dos últimos años. En su local de Ciudad Naranco, en Oviedo, ofrecen desde tornillos a bombillas pasando por una amplia selección de menaje de cocina. Un gran abanico de productos al que se suma una atención personalizada que ha motivado a sus clientes a escribir numerosas reseñas positivas sobre su trabajo, lo que les ha llevado a ascender puestos en la clasificación hasta colocarse como los mejor valorados de la región, según el portal especializado C de Comunicación.
La historia del establecimiento comienza en el 2013, cuando Adrián y Eva eran una pareja de veinteañeros. En aquel momento la crisis económica daba sus últimos coletazos y su vida laboral era inestable. Al contrario de lo que ocurre habitualmente en el mundo de la ferretería, ninguno de ellos tenía relación alguna con el sector por vía familiar. Él sí había tenido trabajos relacionados con la venta de herramientas a profesionales, mientras que ella estudió Económicas y trabajaba en el comercio.
«Para buscar la tranquilidad económica y familiar decidimos emprender», recuerda Adrián. Cogieron el traspaso de una ferretería con casi cuatro décadas de historia en la calle Torrecerredo de Oviedo para no empezar de cero y pusieron en marcha su negocio. Tuvieron que formarse y descubrir paso a paso todos los secretos del sector.
Una vez consolidados, se trasladaron unos metros más arriba, a la esquina con la calle Menéndez Pelayo, en el límite entre el barrio histórico de Ciudad Naranco y la zona nueva. Un local más moderno y amplio desde el que tratan de resolver los problemas domésticos del día a día de los vecinos. Desde hacer la copia de unas llaves a comprar la descarga de una cisterna rota.
Están instalados en una zona muy poco comercial, algo que tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Por una parte, no cuentan con la competencia de tiendas especializadas en productos que ellos ofrecen. Pero, «restan» las sinergias que se crean en las calles con más actividad entre unos negocios y otros. No obstante, el balance es positivo y están satisfechos con el lugar elegido.
Además, llevan dos años consecutivos liderando el ránking de mejores ferreterías de Asturias, algo que supone «una gratificación al buen hacer del día a día». «Al final lo que hace es respaldarte en tu trabajo de todos los días, tampoco cambia nada», asegura Adrián. Eso sí, reconoce que muchos clientes les han dado la enhorabuena en los últimos días al enterarse de su reconocimiento.
Tanto Adrián como Eva reconocen que el trabajo de la ferretería «es duro». No tienen empleados y se reparten los quehaceres diarios entre ellos mismos. Manejar la reposición de todo el material, controlar el estocaje y «mantener la tienda limpia» son algunas de las tareas de puertas para adentro. «Ya ves cómo están muchas ferreterías, es porque es muy difícil mantenerlas limpias. Tener una ferretería ordenada es muy muy trabajoso», reconocen.
Cercanía frente a Amazon: el secreto del éxito
Ambos coinciden en que su punto fuerte es «escuchar», algo que lamentablemente «cada vez se hace menos». De ese buen trato vienen las reseñas positivas que acumulan, por su esfuerzo en comprender al cliente. «Muchas veces los problemas de ferretería no son problemas vitales, pero sí que la gente viene un poco agobiada y si escuchas, comprendes y das una solución ganas un cliente para siempre», admite Adrián. Además, valoran que en El viejo almacén les den «la mejor opción para ellos, no para nosotros».
A pesar de que existe la amenaza de las compras por internet, creen que el sector «tiene recorrido» y que «hay mucho porcentaje de la población que sigue confiando en las tiendas físicas». Eso sí, reconocen que a día de hoy «hay que hacer muy bien lo físico» para que la clientela siga apostando por el negocio. En definitiva, «lo que haces, hacerlo muy bien», remata Eva.
Además, en tiempos de prisas, inmediatez y comodidad, que llevan a comprar algunos artículos necesarios para el día a día a través de un clic, la cercanía se convierte en un punto de distinción en este sector. En tiendas como la de Adrián y Eva se pueden pedir consejos que no da Amazon. «Es muy fácil comprarte una chaqueta por internet, pero es más difícil comprarte una bombilla específica o la descarga de una cisterna. Hay cosas que requieren de ciertos conocimientos y la gente lo compra por internet y luego se da cuenta de que no sabe ponerlo o tiene que adaptarlo. Nosotros damos ese servicio, incluso a quien lo ha pedido por internet, y aprovechamos la pieza o decimos cómo tiene que hacer para ponerla. Eso al cliente le gusta y la próxima vez viene a ti», admite Eva.
«Por poner un ejemplo muy frecuente, cada vez que viene un cliente a por una descarga de una cisterna, casi a diario, yo tengo piezas, las corto, les digo cómo encajarlo… Se lo doy masticado para que llegue a casa y lo ponga. Si eso lo compras en una gran superficie o por internet tienes que buscarte la vida con un vídeo de Youtube, puede fallar o no ser tu modelo», apoya Adrián.
En El viejo almacén atienden problemas de todo tipo: de fontanería, electricidad, cerrajería… y una parte muy importante del negocio es la venta de menaje de cocina. Están adheridos a la marca Cadena 88, una central de compras desde la que acceden a multitud de proveedores de forma más simplificada.
Los retos del sector
Eva y Adrián tienen disparidad de opiniones en este punto, aunque ambos creen que se trata de un negocio con futuro. Junto a la amenaza de internet, él habla del difícil relevo generacional. Al contrario de lo que ocurre en El viejo almacén, «una cosa importante es el envejecimiento que hay detrás de los mostradores y la falta de relevo generacional», asegura. Además, «las ferreterías que no tienen dentro un relevo es muy difícil que alguien las coja en traspaso, porque suelen ser caras: hay mucho stock y los locales son en propiedad, es un hándicap enorme», explica. «Es un negocio rentable pero caro de montar, es difícil empezar de cero», admite Eva.
Además, ambos reconocen que es un sector muy masculinizado. «Hay cierto machismo en el sector», lamenta Adrián asegurando que muchos clientes le piden directamente a él los trabajos más mecánicos. «No me preocupa aprender a cortar la descarga de una cisterna porque sé que eso se lo van a pedir siempre a él», cuenta Eva. Los dos se reparten el trabajo de la ferretería y atienden a la clientela. Ella está estos meses a media jornada para conciliar y lleva el tema administrativo, a parte de estar especializada en hacer copias de mandos de garajes. Él se encarga de las llaves y de los asuntos de fontanería. «Intentamos repartir el trabajo para que no decaiga todo sobre uno», confiesan.