El «agility», la disciplina canina que está de moda: «Si tu perro puede pasear por el monte también es capaz de esto»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

LA VOZ DE OVIEDO

Una de las disciplinas caninas de moda es el agility
Una de las disciplinas caninas de moda es el agility Noa Taboas

Cada vez es mayor el número de personas que practican esta actividad con sus peludos de cuatro patas. La ovetense Verónica Fernández explica en qué consiste realmente este ejercicio y la multitud de beneficios que reporta, tanto para el animal como para su propietario. Advierte de que quien comienza a practicarlo acaba convirtiéndose en su «manera de vivir»

22 nov 2023 . Actualizado a las 09:35 h.

Que hacer deporte es sinónimo de tener salud es algo innegable. Si además te ejercitas en compañía de tu perro el beneficio es aún mayor. Aparte de que los dos estaréis en buena forma, reforzareis ese vínculo que os une y hace inseparables. Por este motivo, son muchas las disciplinas deportivas caninas que han ido surgiendo a lo largo de los años. Desde el mondioring hasta el canicross, pasando por el flyball o el drafting. De todas ellas, el agility está de moda. Son muchas las personas que practican esta actividad, convirtiéndose en algunos casos, como el de la asturiana Verónica Fernández, en su «modo de vida».

Para la ovetense Verónica Fernández el agility no solo es la excusa perfecta para hacer ejercicio con su perro, sino también para conocer gente o visitar otros lugares. Desde hace más de una década practica esta disciplina junto con sus peludos de cuatro patas, compitiendo en certámenes, tanto de España como de fuera de nuestro país. Tal es la pasión que siente por este deporte que hace aproximadamente nueve años se juntó con un grupo de amigos y crearon un club para dedicarse, en la medida de lo posible, a esta actividad de manera profesional. O por lo menos para dominar cada vez mejor la técnica.

Por aquel entonces recuerda que «no había profesores cualificados» y como fuera de Asturias las competiciones de agility eran «de más alto nivel», decidieron fundar el club Dog Agility Oviedo. Así, «podríamos entrenar a nuestra manera y hacer las cosas como nosotros queríamos», asegura, antes de señalar que cuentan en todo momento con el asesoramiento de una fisioterapeuta canina. «Nos enseña ejercicios de propiocepción y también nos da indicaciones para hacer gimnasia en casa y fortalecer así los músculos, ya que al ser un deporte bastante intenso, con alto impacto en el cuerpo, es muy importante que los perros puedan afrontar bien todos los ejercicios», apunta.

El agility consiste en que los perros recorran un circuito lleno de obstáculos, en el menor tiempo posible y siguiendo las indicaciones de su guía
El agility consiste en que los perros recorran un circuito lleno de obstáculos, en el menor tiempo posible y siguiendo las indicaciones de su guía Noa Taboas

¿En qué consiste realmente el agility?

El agility es una disciplina deportiva que «viene a basarse en la hípica». Consiste en que los perros recorran a contrarreloj un circuito lleno de obstáculos, entre los que se incluyen vallas, túneles, slalom, balancines y hasta empalizadas. Un recorrido que está diseñado de tal forma que el animal no puede terminar correctamente el mismo sin la ayuda de un ser humano. «Tú tienes que indicarle lo que debe de hacer. Pero como va a mucha velocidad y no puede estar todo el rato esperándote es muy importante la posición de nuestro cuerpo. Si hay un salto, si vamos enfrente de él sabe que tiene que saltarlo, en cambio si nos movemos diagonalmente es porque tiene que rodearlo», precisa.

Para poder adentrarse en esta práctica deportiva como mínimo el perro tiene que tener un año de edad dado que al ser una actividad de impacto «podríamos provocar lesiones a largo plazo». Hasta entonces, Verónica Fernández recomienda jugar con el animal para afianzar la relación entre ambos, además de «convertirte en su mayor aliciente». Una vez generado ese vínculo llega el momento de enseñar al peludo de cuatro patas a hacer giros, así como a correr, aparte de conseguir que estén motivados todo el tiempo.

Una vez logrados estos objetivos y cumplido el primer año de vida del animal, ya se podría empezar a entrenar el agility. «Comenzaríamos a trabajar los distintos tipos de obstáculos, les enseñaríamos también a saltar. Y, evidentemente, todo de manera paulatina para que así el día de mañana el animal haga los trabajos naturalmente, sin sentirse forzado», asegura Verónica Fernández, antes de señalar que con entrenar media hora durante dos o tres días a la semana «es más que suficiente».

Con el agility los perros no solo hacen deporte sino que además disfrutan haciéndolo
Con el agility los perros no solo hacen deporte sino que además disfrutan haciéndolo Anita Bringas

No es hasta los 18 meses cuando el perro puede debutar en esta disciplina deportiva y hay dos formas para hacerlo. Por un lado en la Liga de la Real Sociedad Canina Española y por otro lado la de la Real Federación Española de Caza. «Cuando comienzas a competir lo haces en los niveles más bajos, en los de iniciación. Luego iría promoción, que en el caso de la Real Sociedad Canina Española corresponde al grado 1. A partir de ahí, se trata de ir cumpliendo objetivos para sacar puntos y así alcanzar los niveles superiores», detalla.

En estas competiciones quien gana es aquel peludo que realiza el itinerario en el menor tiempo posible y con el menor número de faltas (si toca un obstáculo o se salta el orden de los mismos), así como de rehúses (cuando no acata una orden). Durante la realización del recorrido no pueden llevar collar. Tampoco pueden orinar ni defecar en la pista porque serían eliminados. Además sus guías no pueden hacer uso de juguetes o comida para estimularlos u orientarlos.

«Si tu perro es capaz de hacer un paseo por el monte también es capaz de hacer agility»

Uno de los principales retos a los que deben hacer frente los perros que participan en esta práctica deportiva es el salto. Por lo general, tienen que saltar más de lo que miden. Un border collie, por ejemplo, cuya altura es de 48 centímetros debe brincar más de 60 centímetros. Al tratarse de un trabajo que aparte de suponer un gran esfuerzo provoca un impacto en el animal, para minimizar al máximo posible sus riesgos, se establecen categorías a la hora de competir. Desde la XS que son perros que pueden saltar como mucho 20 centímetros hasta la XL, que engloba aquellos que brincan más de medio metro.

En la prueba de salto, los perros deben saltar más de la altura que miden
En la prueba de salto, los perros deben saltar más de la altura que miden Noa Taboas

Cualquier perro, independientemente de la raza que sea o las características que tenga, puede practicar este deporte, salvo que se encuentre en la edad adulta. «Si es capaz de hacer un paseo por el monte también es capaz de hacer agility». En este punto, la ovetense asegura que una de sus compañeras comenzó a realizar esta actividad junto con un pastor de brie, un cánido que pesaba 40 kilos y medía 65 centímetros. Incluso ella misma compitió por primera vez con una mestiza de bobtail, un perro que por lo general mide más de medio metro, y una conocida suya lo hizo con un chihuahua que tan sólo pesaba 1,8 kilos. «Sí que es verdad que la raza reina de este deporte es el border collie porque es un perro que quiere que le mandes cosas y además es muy ágil, aparte de rápido. También despuntan en alturas los perros de agua español y algún que otro pastor belga malinois», precisa.

¿Qué beneficios reporta el agility?

Con el agility aparte, evidentemente, de que tanto el guía como el perro mejorarán su forma física y se mantendrán saludables, uno de los principales beneficios que reporta esta actividad es el vínculo que se genera entre el animal y el hombre, quienes al final trabajan como un equipo. «Al final te acabas entendiendo mucho mejor con él porque se acostumbra a mirarte y a estar todo el rato contigo. Esto realmente es un juego para ellos, se divierten haciéndolo, y que tú juegues con ellos y corras a su lado pues es algo gratificante», afirma Verónica Fernández, antes de resaltar que «es una manera de pasar un tiempo juntos muy positivo».

La prueba de slalon consiste en sortear 12 palos en zig-zag
La prueba de slalon consiste en sortear 12 palos en zig-zag Anita Bringas

Además el comportamiento que presentan los perros ante esta disciplina deportiva es «ejemplar». «Cuando lo sacas de paseo, lo típico es soltarlo y que corra y juegue como un loco con otros perros, mientras que en una competición es todo lo contrario: está todo el rato contigo. Nosotros antes de salir a pista calentamos y el chucho está tranquilamente a nuestro lado y eso que a su lado hay otros 40 o 50 perros sueltos. También ignorar el juguete o objeto que los demás compañeros utilizan para estimular a sus mascotas durante la competición, solo quieren el suyo», ejemplifica orgullosa.

«Hay que evitar practicar en los parques de agility porque son un peligro»

Por estas razones, Verónica Fernández anima a todo aquel que tenga perro a practicar este deporte. «Os va a unir mucho más», confiesa. Pero antes de iniciarse recomienda asesorarse muy bien sobre esta disciplina. «Lo primero de todo es ponerse en contacto con un profesional para que te guíe y te enseñe cómo debes hacerlo correctamente. Y, por supuesto, hay que evitar practicar en los parques de agility como el de La Fresneda porque son un auténtico peligro, podemos hacer mucho daño a nuestros compañeros», advierte.

En este punto asegura que en el agility se llevan a cabo ejercicios que si no se hacen bien pueden «dañar físicamente al animal», provocando lesiones «que puedan impedirle que tenga una vida normal». Como ejemplo pone el slalom. «Al tratarse de un ejercicio que castiga mucho las caderas pues tendríamos que esperar a que los huesos del perro ya hayan crecido. De no estar completamente formado podríamos causarle una lesión a largo plazo», manifiesta Verónica Fernández, quien aunque por motivos laborales no puede impartir clases está dispuesta a asesorar a cualquier persona interesada en iniciarse en esta práctica. Tan solo deben ponerse en contacto a través del Facebook del club.

Aparte de tener «un buen entrenador», «en este deporte lo que más necesitamos es el apoyo de los municipios». «Muchas veces cuando vamos a un Ayuntamiento para decirle que queremos organizar una competición de Agility y que necesitamos un sitio en condiciones para llevar a cabo la misma como va haber perros el no ya está por delante. Imaginan que luego va a estar todo cagado o sucio, cuando es todo lo contrario porque aparte de que nos eliminarían, nuestros perros están acostumbrados a las órdenes de haz pis o caca», lamenta Verónica Fernández.

Sí que es cierto que el Ayuntamiento de Cangas de Onís es de los pocos que «año tras años» presta sus recursos para acoger competiciones en esta disciplina deportiva. «Nos deja el campo de fútbol de césped artificial y nos permite pernoctar, algo que valoramos mucho porque la mayoría de nosotros nos movemos en furgoneta porque generalmente en los hoteles no te dejan entrar con animales», agradece Verónica Fernández, quien también señala que en su día el Ayuntamiento de Oviedo cedía las instalaciones de El Asturcón para que quien lo desease pudiese entrenar allí.

«El Asturcón es una maravilla. Todos los clubes que hay en España quieren que se haga ahí algún campeonato nacional porque tiene muy buenas instalaciones», asevera y asegura que también en otros complejos deportivos se pueden llevar a cabo dichos concursos. Como ejemplo poner el Mundial de agility que se celebró en en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza. «La pista se cubrió con una moqueta y vinieron perros de todos los países del mundo», resalta, antes de señalar que en los parques municipales no es posible practicar este deporte «porque hay agujeros y el animal puede meter una pata y lesionarse».

Realmente con el agility además de propiciar estilos de vida saludable se fomenta la economía. «Cada vez que vamos a una competición, si en las instalaciones hay cantina, dejamos un pastizal increíble porque comemos, merendamos y cenamos allí. Y al final estamos hablando de ciento y pico de personas. Además eso genera un gasto también en la zona porque solemos aprovechar para conocer la ciudad o el pueblo», asegura Verónica Fernández, quien espera seguir concursando en esta disciplina muchos años más y que el club Dog Agility Oviedo siga tan activo como hasta ahora o más si cabe.

«Este deporte al final crea mucho vínculo entre nosotros y nuestros perros, también nos ayuda a crear amigos porque al final la gente del club o las personas que conocemos en las competiciones somos casi siempre los mismos. Aparte de que conocemos lugares porque cuando vamos a una competición aprovechamos para visitar la zona», resalta. En resumen: «el agility es una manera de vida».