Los tocados hechos a mano en Oviedo que triunfan entre novias e invitadas

Cristina Centeno
Cristina Centeno REDACCIÓN

LA VOZ DE OVIEDO

Macarena Álvarez junto a algunos de los tocados que ella misma diseña y elabora en su atelier de Oviedo.
Macarena Álvarez junto a algunos de los tocados que ella misma diseña y elabora en su atelier de Oviedo.

Macarena Álvarez está detrás de Emea, un taller centrado en la sombrerería en el que construye desde cero piezas exclusivas y diferentes para sus clientas

02 ago 2023 . Actualizado a las 09:39 h.

Los meses de verano no solo son temporada alta en lo que a vacaciones se refiere, también son una época álgida para los eventos, sobre todo las bodas. Bien lo sabe Macarena Álvarez Marcos, que lleva semanas trabajando a destajo en su taller de la calle Cabo Noval de Oviedo para completar los pedidos que tiene que entregar estos días. De Emea Atelier salen tocados hechos a mano que triunfan entre novias e invitadas, complementos de múltiples formas y colores que dan el toque diferenciador a cualquier look

Ella misma diseña y monta desde cero cada una de las piezas que le encargan sus clientas. Tiñe los tejidos, ajusta a las hormas, monta las plumas, flores o añadidos de cada producto y lo entrega listo para ser usado. Un trabajo «muy divertido» ya que los tocados son «totalmente diferentes» unos de otros. «Cada clienta quiere una cosa y cada vestido requiere una cosa, entonces te deja jugar mucho más», confiesa Macarena Álvarez al contar cómo fue su desembarco en el mundo de la sombrerería.

Una de las hormas que Macarena utiliza para sus tocados junto a uno de ellos ya acabado.
Una de las hormas que Macarena utiliza para sus tocados junto a uno de ellos ya acabado.

Apasionada de la moda desde muy pequeña —recuerda que le regalaron su primera máquina de coser cuando tenía cinco años— estudió la carrera de diseño y acabó «un poco desencantada». Buscando otros derroteros, descubrió el universo de los complementos, que apenas había tocado en su formación anterior pero al que se enganchó hasta hoy. Se fue a Madrid y allí aprendió todos los secretos del «increíble mundo de los sombreros» junto a profesionales del sector para regresar a Oviedo con las ideas claras: quería emprender.

Dicho y hecho. Tras una breve etapa haciendo bolsos de piel desde casa y por encargo, dio el paso de abrir Emea Atelier para centrarse en la sombrerería: «El proceso de emprender fue duro, no puedo decir otra cosa. Empecé con la tienda vacía a más no poder, tenía dos tocados y un par de bolsos expuestos y a base de trabajo y de no ganar ni un duro al principio fui creciendo», detalla Macarena Álvarez.

Siete años y medio después, las paredes del número 5 de la calle Cabo Noval de Oviedo están repletas de pamelas y diademas de multitud de estilos y algunos bolsos de fiesta, los dos complementos que Macarena Álvarez hace a mano. Utiliza ese muestrario para que las clientas vean con qué tocado se sienten más cómodas o qué diseño pega mejor con su vestido, pero después cada pieza se hace a medida. «Les pido que traigan una muestra de tela o el vestido y empezamos a probar. Todo lo que hay en el atelier es pieza para probar, así vemos lo que queda mejor al vestido y a la clienta y después se hace desde cero, se tiñen aquí los materiales a juego con el vestido o los zapatos y se prepara. Luego vuelven a probar y cuando está todo bien se remata y se entrega», cuenta la diseñadora.

Diferentes hormas de sombreros y tocados junto a pamelas en proceso de elaboración.
Diferentes hormas de sombreros y tocados junto a pamelas en proceso de elaboración.

De una forma similar hace los bolsos, para los que busca tintes semejantes al tocado o tejidos como los de los zapatos, algo que sus clientas valoran de manera positiva. «Mucha gente viene a por las dos cosas porque les quito el trámite de buscar, entonces es mucho más fácil y cómodo», apunta. «Lo que más valoran es que pueda ser del mismo color que el vestido, es una cosa que les llama muchísimo la atención», confiesa Macarena. 

¿Cuánto cuestan los tocados de Emea Atelier?

Son piezas «únicas» y el coste varía mucho en función de los deseos de cada clienta, asegura Macarena. «Tengo piezas desde los 60 euros hasta lo que quieran, como todo. También me adapto al presupuesto si vienen y me dicen que no pueden pasar de un coste, es todo muy personalizado», subraya. 

Para el montaje de cada tocado utiliza materiales variados, aunque «lo más habitual» es el sinamay, un tejido fino y moldeable. Todo está hecho a mano, hasta las flores. «No compro flores y las pego en el tocado sin más, lo hago todo aquí», detalla. También cuenta con un amplio abanico de hormas de madera sobre las que plancha para dar forma a cada una de sus piezas. Los diseños que más vende son diademas, un complemento «que gusta mucho a las mujeres que no están acostumbradas a llevar nada en la cabeza», y las pamelas, «que últimamente gustan mucho». 

No puede escoger una sola pieza entre las cientos que ha diseñado en los últimos siete años porque «todas son diferentes». «Sí es cierto que me gustan las que llevan más trabajo, cuando de repente tengo que hacer una flor con 250 plumas, eso me encanta, pero cada una es especial y no puedo elegir una sola», asegura. El 95 por ciento de sus creaciones son para eventos, especialmente bodas. Durante los meses de invierno, también realiza por encargo sombreros «de diario» con los que complementa lo que para ella es temporada baja. 

Cada tocado es personalizado y al gusto de cada clienta.
Cada tocado es personalizado y al gusto de cada clienta.

Para el futuro, espera «seguir creciendo», para lo que añadirá próximamente productos bordados destinados a novias o a diseños más exclusivos. «La verdad que poder seguir con la tienda abierta según están las cosas es una maravilla», celebra. La clave del éxito está, sin duda, en el esfuerzo: «Ahora hay días que llego a las seis de la mañana y me voy a las ocho de la tarde. Antes de abrir y a mediodía, cuando la tienda está cerrada, aprovecho para teñir o planchar. Al hacerlo todo yo tengo que sacar horas de donde puedo».