«El asunto está claro en cuanto a la responsabilidad de los vigilantes», asegura Marcos García-Montes, el abogado de la familia de Eleazar García, que mantiene la acusación de homicidio doloso y pedirá un juicio con jurado
11 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.«El asunto está claro ya en cuanto a la responsabilidad de los vigilantes», aseguraba ayer el abogado Marcos García-Montes, que representa a la familia de Eleazar García, el joven de 30 años que fallecía el pasado 8 de septiembre tras un forcejeo con el personal de seguridad en el estadio de El Molinón. Con motivo de que ayer prestaban declaración en el juzgado dos testigos presenciales de ese forcejeo que tuvo lugar a las puertas del estadio, así como la persona designada por el Sporting para controlar los accesos a El Molinón, García-Montes reveló algunas de las principales claves de un caso en el que, según dijo, «el único punto de discrepancia será la unión entre la causa efecto de las lesiones que tenía Eleazar con su muerte súbita», tal y como indicaron los médicos forenses que elaboraron la autopsia en septiembre.
Un punto determinante para la acusación de delito de homicidio doloso que mantiene García-Montes, que consideró que las declaraciones de ayer constituyeron un «avance fundamental» en la investigación abierta por el Juzgado de Instrucción número 2 de Gijón porque «hay personas que identifican al autor material, a los cooperadores necesarios y que demuestran la indefensión y la situación de vulnerabilidad» de Eleazar García en el momento de los hechos.
En los próximos días el juzgado solicitará nuevas declaraciones y, por su parte, el abogado de la familia del joven fallecido indicó que encargará informes forenses que acrediten la relación entre la causa efecto de la situación «estresante» vivida por Eleazar García, que tenía una discapacidad intelectual del 75%, y el homicidio doloso, que podría suponer penas de cárcel de 15 a 20 años si se demuestra el agravante que supone la situación de indefensión de la víctima. También indicó que pedirán que el juicio sea por tribunal de jurado popular, «porque así se prevé para estos casos», y que se exigirá también la responsabilidad civil del Sporting de Gijón, de la compañía de seguros y de la compañía Prosegur.
El tío del joven, Diego García, que agradeció el apoyo recibido por la familia en estos cinco meses de lucha y dolor, resumía con estas palabras lo sucedido: «Un niño fue a ver un partido de fútbol en un día feliz que se convirtió en una tragedia. Lo volvimos a ver en una caja. Reclamamos justicia y queremos que sirva de precedente para que no se vuelva a repetir, para que a ningún chaval con discapacidad que vaya a un partido le vuelva a ocurrir». Estas son cinco claves que podrían ser determinantes en la instrucción de este trágico caso.
1. ¿Qué desencadenó el incidente?
El relato hecho público en un principio decía que Eleazar García, que se había desorientado en un momento dado tras haber ocupado previamente su asiento en el estadio con su padre y un primo, intentó acceder sin entrada y con una actitud agresiva al estadio, además de que tras golpear a un vigilante y enfrentarse a los agentes de la Policía local, fue detenido por atentado contra la autoridad y trasladado al centro de salud más próximo. El controlador del Sporting, a preguntas ayer de García-Montes, reconoció que el chico dijo al personal de seguridad que ya estaba dentro y que quería volver a su sitio. Es decir, que explicó su situación.
2. ¿Mostró el joven una actitud agresiva?
Tras la declaración del coordinador del Sporting, que dijo que presenció de principio a fin el incidente, García-Montes dijo llegar a la conclusión de que el puñetazo que, según el parte policial, Eleazar había propinado a una vigilante al intentar acceder al estadio «pasó a ser un manotazo en un forcejeo, que es algo bien distinto». También de la declaración de los dos testigos presenciales de lo ocurrido en el exterior del estadio, cuando el joven fue reducido por un grupo de vigilantes, dedujo que no mostró actitud agresiva alguna entonces.
Como ya habían relatado en septiembre en La Voz de Asturias, poniendo su testimonio a disposición de la familia del joven, estos testigos explicaron ayer que llegaron diez minutos tarde al partido y se encontraron con una situación que no se esperaban. Según reprodujo García-Montes, «ven cómo un vigilante jurado uniformado tenía cogido a Eleazar por el cuello y contra una valla que había puesto el coordinador, que reconoció que la puso detrás. La situación de Eleazar era pasiva, no hacía nada y no hablaba. Se caía hacia adelante, estaba totalmente inerte».
3. ¿Se dio alguien cuenta de la situación vulnerable del joven?
Eleazar García, como ya se ha dicho, era un joven discapacitado. El coordinador del Sporting, según García-Montes, reconoció ayer que por su forma de actuar se notaba que era un chico discapacitado, «con lo que se cierra el círculo de que ni se mostró agresivo y que tuvo una actitud pasiva». Además, los testigos del forcejeo fuera del estadio, que tienen relación precisamente con personas discapacitadas, declararon que «tenía como cara de crío y que era obvio que se trataba de una persona discapacitada».
4. ¿Qué lesiones presentaba el cadáver del joven?
Según indicó el abogado de la familia, los forenses que realizaron la autopsia del cadáver del joven, que falleció en el centro de salud al que fue trasladado por la Policía Local de un infarto, diagnosticaron el siguiente parte de lesiones: erosiones en ambas muñecas «por las esposas de contención»; erosiones profundas en ambas rodillas, «bien sea por la caída al suelo, porque fue obligado a arrodillarse o porque le pusieron las rodillas encima, con lo cual se reconoce que estaba boca abajo»; contusiones en ambos pómulos, debajo del párpado inferior; erosión en la cara interna de la pirámide nasal; erosiones en ambos brazos y piernas; erosión en la región lateral del cuello y erosión en la clavícula. «Es decir, golpes puros y duros», consideró García-Montes.
En este sentido, también remarcó que el coordinador del Sporting declaró ayer que no vio los golpes, «solo las heridas en la nariz», y que explicó que, durante la reducción del joven, dos o tres vigilantes le cogían por los brazos, otros dos o tres por las piernas y que, con posterioridad, otros cinco «lo engrietaron y le colocaron las rodillas en las piernas para que no pudiera moverse». Los dos testigos del forcejeo, que calcularon entre 10 y 15 vigilantes, también explicaron que «uno de ellos le agarraba por el cuello». Este vigilante, «más bajo que Eleazar y calvo», es, según el abogado de la familia de Eleazar García, «el presunto autor del homicidio doloso: el chico no se podía defender y los otros le tenían rodeado además». Los testigos también relataron que los vigilantes le daban patadas al joven en los tobillos para que abriera las piernas. «Ella ha dicho literalmente que las vieron y las oyeron. Que se oían golpes fuertes y que eran patadas impactantes. Son patadas de lesión», sostuvo García-Montes.
«Nuestra opinión -añadió el abogado- es que en este caso hay una autoría directa por parte del vigilante que le agarra del cuello, de común acuerdo con el resto. Le golpean otros en las piernas con lo cual ya hay una autoría directa en los golpes impactantes que se oían y que se veían, y luego estaban los que le cerraban la salida y que aceptaron los hechos para que al autor pudiera cometer la agresión. Es decir, que entendemos que son cooperadores necesarios y tendrán que venir a declarar como investigados». Para ello, en todo caso, pedirá el listado completo del operativo de seguridad de ese día. «Le llevaron a una cámara de ángulo muerto, a traición y premeditando el hecho», aseguró además el abogado, que también mencionó que llamará a declarar como testigo al inspector que tramitó el atestado policial que, a su vez, era el coordinador del operativo de seguridad del estadio ese día.
5. ¿Cuál fue la causa de la muerte?
Como dijo García-Montes, que ha participado en innumerables casos -buena parte mediáticos- a lo largo de su extensa trayectoria como letrado, aquí radica el punto más complicado: en demostrar que la muerte súbita o el infarto se produjo «a consecuencia de». En el primer dictamen de la autopsia los forenses hablaban de muerte natural y muerte súbita inesperada. «Hablan de una causa inmediata (edema de pulmón y taquicardia paroxística) pero ya avanzaban una muerte súbita, lo que quiere decir que esta situación estresante le produjo la muerte. La relación causa efecto quiere decir que nos encontramos ante un dolo eventual, es decir, ante un homicidio doloso», indicó el abogado, que en todo caso encargará informes periciales porque hubo un segundo dictamen por parte de los forenses.
Anteayer, además, el Instituto de Medicina Legal de Oviedo aportó al juzgado el informe toxicológico que indica únicamente que Eleazar García tomaba un tratamiento terapéutico y que en su sangre no se hallaron más restos que los de estas medicinas que no tenían por qué causar su muerte.