Una testigo del forcejeo en El Molinón: «Lo tenían inmovilizado entre 12 o 15 vigilantes»

E. G. B. GIJON

GIJÓN

El Molinón
El Molinón PACO RODRÍGUEZ

Pone su testimonio a disposición de la familia del joven fallecido

12 sep 2019 . Actualizado a las 22:34 h.

«Vimos a un chico muy alto, moreno, gordote y nos llamó la atención porque lo tenían totalmente inmovilizado entre 12 o 15 vigilantes. Eran muchos y por eso nos sorprendió. Nos llamó la atención tanto despliegue para una sola persona. Me pareció un abuso. Cuando nos acercamos vimos que el chico se venía para adelante, como que se desmayó. Lo tenían con los brazos en cruz contra la puerta vallada, cogido del cuello para arriba y le empezaron a dar patadas en los tobillos, como cuando te separan las piernas para cachearte, pero muchos y a la vez. No había llegado aún la policía y cuando entramos en el estadio estaban pitando el primer gol». Es parte del relato de la asturiana María Cuesta que, junto a su novio, asistió al partido de España contra las Islas Feroe del pasado domingo en El Molinón.

Llegaron tarde al estadio y, cuando al día siguiente se enteraron de que un joven con discapacidad había fallecido por un infarto en un centro de salud de Gijón después de sufrir un altercado en las puertas del estadio, ataron cabos. «Cuando vimos la noticia al día siguiente quedamos alucinados. Nos dio mucha pena», dice Cuesta, poniendo su testimonio a disposición de la familia del joven gijonés, que tenía una discapacidad declarada del 75% y que había acudido con sus parientes a ver el partido. La asociación profesional de vigilantes Arsepri emitía el lunes un comunicado en el que, tras lamentar «la terrible noticia» y hacerle llegar a la familia del fallecido «nuestro más sincero pésame», explicaban que el joven «había salido del estadio unos minutos y había intentado acceder por otra puerta que no le correspondía».

Ante ello, dice el comunicado de Arsepri, «el personal que controlaba el acceso y el personal de seguridad le denegaron la entrada por dicho motivo, pero accedió de manera brusca al recinto. El personal de seguridad cerró el paso y lo sacó al exterior. Tras ello, volvió a acceder saltando el torno y echando a correr. Al intentar detenerlo de nuevo, comienza a agredir al personal de seguridad, que lo expulsa de nuevo y es cuando interviene la Policía local tras detenerlo los vigilantes de seguridad».

María Cuesta vio la escena antes de que llegara la Policía Local. «Fuera del estadio no había nadie más que nosotros, el chico y los vigilantes», recuerda. «Cuando llegamos ya lo tenían rodeado y cuando entramos en el estadio, dos puertas más allá, seguían. Me sorprendió porque vi un abuso -insiste-. El chico solo balbuceaba. No estaba haciendo nada porque no podía. Le tenían completamente inmovilizado entre todos. No vi que le pegaran, pero sí las patadas en los tobillos», dice Cuesta, que describe también la ropa deportiva que llevaba el joven y que calcula que tendría «moratones en las rodillas y en la parte interna de las pantorillas».

«Aunque fuera lo que fuera, no había motivo para que 15 vigilantes tuvieran inmovilizada de esa manera a una persona. Me pareció algo muy injusto. Esas cosas te llaman la atención y te dan mal cuerpo. Y era un chiquillo, que lo mismo salió, se perdió y luego no supo entrar. Me da mucha pena y lo siento mucho», dice, explicando que incluso estuvo tentada, una vez que entró al estadio, a decírselo a «los policías que estaban dentro».

Según el comunicado de la asociación de vigilantes Arsepri, una vez que llega la Policía local, introducen al joven en un coche para llevarle al centro de salud Parque-Somió, el más cercano al estadio, «dada su agresividad para que el personal sanitario lo examine». Tras el examen «y ya con la Policía local en el centro de salud», continúa el comunicado de Arsepri, «le da un infarto a consecuencia del cual fallece». La asociación también dice que «afortunadamente en los estadios hay cámaras» para comprobar este relato. También María Cuesta, testigo de una parte de lo ocurrido, menciona la cámara que justo existe en la puerta en la que tuvo lugar la escena que ella vio. «No sé qué radio de acción tendrá la cámara que había en la puerta, pero se tiene que ver. También las porteras que estaban enfrente, dos puertas antes, estaban mirando y lo vieron igual que yo».

La Policía Nacional ha abierto una investigación para esclarecer los hechos. La familia, el pasado lunes, denunciaba lo ocurrido pidiendo esa investigación. Según la Policía local, el joven había sido detenido por darle un puñetazo a una de las encargadas del dispositivo de seguridad del partido, al intentar entrar en el estadio sin la entrada. En el centro de salud sufrió un desvanecimiento y se le intentó reanimar durante media hora sin éxito.