Colombatto: «Quiero devolver a la gente el cariño que me demostraron en los días complicados»
AZUL CARBAYÓN
El futbolista del Real Oviedo, autor del gol del triunfo ante el Cartagena, concede a La Voz de Asturias su primera entrevista tras lo sucedido en los últimos días del mercado de fichajes
18 sep 2024 . Actualizado a las 18:45 h.Quedaban poco más de 48 horas para que el mercado de fichajes bajase la persiana cuando la bomba estalló: Santi Colombatto, con una oferta del Sao Paulo encima de la mesa, no entrenaba con el Real Oviedo en la sesión celebrada en el Carlos Tartiere a las órdenes de Javi Calleja. Ese mismo miércoles, ya por la tarde, el Grupo Pachuca sacó un comunicado en el que se explicaba la situación -desde el punto de vista del grupo mexicano, claro- y le daba a Colombatto un día para decidir. El centrocampista argentino, pieza clave del Oviedo que estuvo a un partido de ascender el curso pasado, guardó silencio entonces. Decidió continuar en la capital del Principado y este pasado domingo marcó el gol de la victoria agónica ante el Cartagena. Ahora, Santi Colombatto (Ucacha, Argentina; 1997) se sienta con LA VOZ DE ASTURIAS para hablar por primera vez de todo aquello, de cómo está en el Real Oviedo, de su círculo más cercano y de lo que espera de esta temporada.
—Empecemos por esos últimos días de agosto. La oferta del Sao Paulo.
—En su momento fue una oferta buena para el club, aunque luego no lo fue. El Sao Paulo es uno de los grandes de Brasil y una de las cosas que me podía seducir era estar cerca de mi familia después de mucho tiempo. Salí de Argentina cuando era muy joven y volver a tenerles a poca distancia era una de las razones para al menos pensar en ello. Eso sí, no fue ni mucho menos eso que se comentó de querer irme a toda costa y de renunciar a todo lo que tenía aquí para meter presión e irme. Nunca fue así y eso me molestó que se dijese. Llegó una oferta y se valoró, como también llegó antes la oferta que rechazamos de Corinthians y otra de un equipo de Primera División española que no salió a la luz. Ninguna satisfacía al club y al Grupo Pachuca y lo entendí.
—¿Cómo vivió todo lo que se comentó aquellos días?
—No me suele gustar hablar de lo que ya pasó, al final se dio como se tenía que dar. Lo único que sí puedo decir es que me molestó que se dijeran muchas cosas que eran mentira, directamente. No estoy acá para desmentir nada de lo que digan periodistas, redes sociales o todas esas cosas, pero hubo cosas que yo leí y me las guardo para mí, porque sé quién las dijo. Eso no me gustó y me hirió un poco, porque me entregué y me entrego al 100% por este club. La gente que me conoce lo sabe y eso es lo único importante para mí. La gente que me conoce sabe cómo me cuido, cómo entreno y cómo estoy viviendo mi etapa en el Oviedo. Como te digo una cosa te digo la otra. Me reconfortó que la gran mayoría de la afición estuviese a mi lado y no se dejó llevar por cosas inventadas y que salieron a la luz. Cosas que no eran verdad.
—¿Cómo reaccionó al comunicado del Grupo Pachuca?
—Estaba en casa. Hasta ese momento todo era normal, ya entrenaba con el equipo todos los días. El día que no entrené con el equipo en el Tartiere no fue cosa mía, desde arriba me dijeron que no fuese y no fui, lo respeté. Ese mismo día salió el famoso comunicado. Fue algo que no me gustó porque siento que no me merecía eso en aquel momento, pero así funciona el fútbol. Cada uno tiene sus intereses y te puede tocar algo de esto. Lo único es que creo que se quiso perjudicar a mí y a mi familia, y eso último no lo voy a permitir nunca. Puedo tener malos partidos y ahí pueden decir lo que quieran, pero perjudicarme en lo personal no lo acepto. Eso me enojó mucho y fue algo que pasó.
—¿Tras ese comunicado se replanteó su continuidad?
—No. Antes de que saliese ese comunicado la decisión de quedarme ya estaba tomada, por eso también me molestó. Se dio así y poco más puedo decir. Estoy feliz aquí y mi familia también, recuerdo con mucho cariño las conversaciones que tuve con mi mujer aquellos días hablando de la ciudad y el club.
—Jesús Martínez, Martín Peláez, Agustín Lleida… ¿Con quién habló en ese momento?
—Hablé con todos con los que tenía que hablar. Les dije lo que pensaba de la situación y ellos me daban su opinión también. Al final tomamos la decisión de seguir en Oviedo y ya, no hubo más.
—¿La relación con Martín Peláez es buena?
—Sin duda. Martín fue una de las personas que estuvo cerca de mí y de mi familia en ese momento, fue muy importante. Como persona, más que como directivo, estuvo ahí. Y eso lo valoro mucho y ya se lo agradecí en su momento.
—¿Y con Jesús Martínez volvió a hablar?
—Sí, hablé alguna vez más. Todo ya pasó y fue como fue, también puedo entender que el mire por sus intereses y por sus clubes. Sé lo implicado que está en todo y más especialmente ahora en el Oviedo, es así. Por eso a veces dije que me identifico con él, porque cuando se nos mete algo en la cabeza queremos lograrlo como sea. Las cosas se dieron así y nada, lo único que quiero ahora es poder devolver a la gente el cariño que me demostraron esos días. Esa fue una de las claves a la hora de seguir en el Real Oviedo.
—¿Y el vestuario del Real Oviedo?
—Los compañeros se mantuvieron al margen y, además, estuvieron cerca de mí. Respetaron todo el proceso y me preguntaban cómo estaba. Sabía que la circunstancia no era sencilla y me mostraron su apoyo, eso me dejaba tranquilo.
—¿Todo esto que ha contado estuvo presente en los segundos posteriores al gol ante el Cartagena?
—100%. Fue un momento muy mío y de mi familia. En ningún momento se me ve exultante o eufórico, pero sí hay rabia. Quería gritarlo por todo lo que pasamos mi familia y yo, todos lo que saben cuánto trabajamos para lograr lo que persigue este club. Fue un momento lindo el poder cerrar esos días complicados con ese gol.
—¿El estar tan lejos de Argentina hace que los que están con usted tengan más importancia si cabe?
—Sin duda. Cuanto más lejos estás, el vínculo es más fuerte con los que están contigo y también con los que están tan lejos. Te cambia como persona y como futbolista esa circunstancia.
—¿Desde que es padre de dos hijos nota que es un futbolista diferente?
—Me ha mejorado en todo, creo. Desde pequeño el fútbol ha sido mi vida y además soy muy pasional, me entrego al 100%, pero ahora siendo padre todo es diferente. Antes, mismamente, acababa un entrenamiento en el que sentía que no había estado bien y ya me iba enfadado a casa. Ahora llego a casa, mi hijo me sonríe y él no entiende que tenga un día malo o haya perdido. Eso te hace bajar a tierra y salir de esa burbuja en la que estamos metidos. Siempre le he dado muchísima importancia a mi carrera y en ciertos momentos me olvidaba de todo lo demás, mis hijos me han ayudado a gestionarlo todo de otra manera.
—¿Se esperaban estar tan bien en Oviedo?
—No conocía la ciudad, claro, aunque el presidente Martín Peláez me había hablado muy bien de ella. Y, aun así, me sorprendió estar tan bien y tan felices. La ciudad es espectacular, se vive muy bien y la gente es muy educada y comprensiva. Y luego que está volcada al mil al fútbol, y eso yo al menos lo necesito. Esa presión cuando se juega, ese murmullo cuando das un pase o cuando no lo das. Eso me encanta.
—El otro día le dedicó a su familia el gol.
—Estas semanas anteriores fueron semanas jodidas para mí, para mi familia y para los que están conmigo. Son los únicos que saben cómo lo pasamos y esto va así: lo que pasa el futbolista, ellos lo pasan también. El gol fue para ellos, sin duda. Se lo debía.
—En esa familia está el Profe, su preparador físico personal.
—El profe es mi amigo, eso lo primero. Es una persona especial para mí, tanto en mi vida como en mi carrera. Trabajamos juntos desde hace tiempo ya y es una persona con la que puedo hablar de todo. Es mi confidente, mi psicólogo y ahora es hasta niñero [risas]. Y a nivel profesional es un diez. Tiene mucha importancia en lo que estoy logrando en mi carrera, lo que soy ahora dentro de la cancha. Él me prepara para competir de la forma que me gusta y para poder competir como compito yo.
—¿Su carrera ya está vinculada a él?
—Vamos de la mano, sin duda. Ya son cuatro temporadas juntos y estamos construyendo algo importante y que va dando sus frutos. Tengo clarísimo que vamos a llegar a donde queremos, así que seguro tendré que aguantarlo unos años más. Seguimos en el camino y llegaremos.
—Vayamos a lo futbolístico. ¿La semana previa al Cartagena fue una de las más difíciles que recuerda?
—Mmm… Yo creo que no, la verdad. Fue una semana difícil, claro. Dos derrotas seguidas, el derbi en Gijón que duele más que cualquier otra derrota y cuatro jornadas en general en las que no pudimos mostrar el nivel que puede alcanzar este equipo. Pero tampoco creo que fuese una semana crítica y que nos llenase de presión para jugar ante el Cartagena.
—Se habló mucho de la palabra intensidad tras perder el derbi.
—Creo que nos ha marcado esa derrota. En su momento ya dije que fueron superiores y que jugaron el partido de una manera diferente a la nuestra, por eso nos ganaron. Creo que nos ha servido y nos servirá para todo lo que venga. Ya contra el Cartagena fuimos un equipo diferente al de las cuatro jornadas anteriores.
—El partido ante el Cartagena.
—Lo bueno fue que cuando ellos se querían meter todavía más atrás fue cuando llegó el gol. Los últimos minutos hubiesen sido complicadísimos y necesitábamos ganar. Hicimos un partido para lograrlo antes, así que el empate hubiese sido duro. Era importante por nosotros, porque teníamos que demostrar que las cuatro jornadas anteriores no habíamos sido nosotros.
—Hábleme del gol.
—Durante el partido sentía que alguna me iba a caer, porque siempre estaba ahí y en muchas jugadas me veía cerca de la zona de remate. Cuando llega el gol yo ya estaba jugando de ‘5’ en lugar de Sibo, pero fíjate que piso área y conmigo Cazorla y Seoane. Todos estamos ahí, eso habla del hambre que teníamos. Cuando el balón entra pues nada, siempre es lindo hacer gol.
—¿Pensó en controlar el balón?
—Qué va, al 100% era de primeras. Además ya no estaba el portero, si llego a controlar igual daba la oportunidad de llegar a algún defensa rival.
—¿Cómo se vio jugando en el perfil derecho? No es una posición habitual para usted.
—El míster me pidió que esté un poco más arriba, en una altura diferente a la de los otros mediocentros para recibir el balón cerca del área rival. Justo en ese espacio entre los centrocampistas y los defensas rivales, poder perfilarme y ser opción de cara a gol. Sin balón pues ayudar en la presión porque ellos salían bien por el lado izquierdo. Es una posición en la que no he jugado casi en mi carrera, pero estoy para seguir aprendiendo y seguir mejorando, también en esa demarcación.
—¿Le costaba quedarse entre líneas y no ir a buscar el balón a la base de la jugada?
—Me costaba, me costaba. Estoy acostumbrado a recibir más abajo y ponerme de cara al juego ya con el balón. La del otro día fue una posición diferente, pero también me gusta porque estoy cerca del arco rival y ahí tengo que mejorar para ser más completo.
—¿Conocía a Javi Calleja?
—No lo conocía de nada y las primeras impresiones fueron muy positivas, porque es un técnico al que le gusta el trabajo y la intensidad. Nos pide estar ordenados, pero también le gusta jugar cuando tiene el balón. Siento que no estábamos sabiendo descifrar qué nos pedía y por eso nos ha costado hasta ahora, es una sensación como de faltarle a él porque no éramos capaces de mostrar en el campo su idea. Contra el Cartagena dimos pasos adelante, aunque todavía tenemos que mejorar. Eso sí, ganando se mejora siempre de otra manera.
—En la pretemporada lo eligieron como uno de los capitanes del Real Oviedo.
—Fue una votación. Para mí algo gratificante y lindo, porque te hace sentir respetado y te hace ver que los compañeros te aprecian y te quieren. Nunca me había tocado elegir capitanes por votación, en todos los equipos en los que he estado era el entrenador el que decidía.
—Desde fuera se nota el respeto que le tiene a Sant Cazorla.
—Siempre digo que soy un afortunado por compartir vestuario con un futbolista así, que lo ha ganado todo y que ha jugado en lugares. Al margen de lo futbolístico, tiene una humildad impresionante. Representa muchísimo para todo el vestuario y la afición. En lo personal yo hablo mucho con él, le tengo mucho cariño y él me ayuda bastante. Trato de mirarlo, de fijarme en él y acercarme a cómo es como futbolista y persona lo máximo que puedo, pero está complicado… es demasiado bueno.
—¿Todavía le sorprende en el día a día?
—Sí, sí. Sin duda. Es que hay cosas que hace que no se ven en esta categoría y a este nivel. Cosas que para él son totalmente normales y no merecen ni un comentario, pero el resto que estamos viéndolo o incluso sufriéndolo pues nos quedamos alucinados.
—Javi Calleja habló de la mejor plantilla de Segunda. ¿Se atreve a comparar esta plantilla con la del año pasado?
—No me atrevo [risas]. Tampoco me gusta comparar, porque lo de la temporada pasada ya pasó y seguimos compitiendo en Segunda División. Fue algo muy lindo, pero ya está. Ahora toca volver a andar todo ese camino y centrarnos en esta temporada tan larga. Quiero jugar en Primera División y solo quiero enfocarme en este año. Por todo lo que significa este club y esta ciudad, quiero lograr lo que toda esta gente quiere desde hace 24 años. Voy a trabajar incansablemente para conseguirlo.
—¿Cómo recuerda el día después de no ascender en Cornellá?
—Terrible. Terrible, sí. La ilusión era enorme. La ilusión que tenía toda la ciudad era increíble, como la del club, la del equipo o la mía propia. Fue un palo durísimo, también en lo personal. Al final esto es fútbol y por eso quiero no hablar mucho de ello e intentarlo de nuevo este año. No recordarlo es imposible, pero no nos podemos regodear.
—¿Cómo está ese talón?
—Muchos llegamos al límite a esas semanas. Yo, por ejemplo, desde semifinales estuve jodido del talón izquierdo. Tanto, que luego estuve dos meses parado. Ahora ya vamos poco a poco mejorando y recuperando.
—Días después de Cornellá, Luis Carrión se fue a la UD Las Palmas.
—Solo puedo hablar por cómo lo viví yo, y lo viví tranquilo. Un jugador no se mete en esas cosas. Cada profesional elige su camino en base a muchas cosas que casi nunca conocemos. Carrión eligió continuar con su carrera en Primera después de hacerlo muy bien en un equipo grande como el Real Oviedo y ya está. Tendría sus motivos. En lo personal me sentí muy bien, jugué mucho y me hizo sentir importante, siempre estaré agradecido a Luis, a Domi (Cisma) y a su equipo de trabajo. Como personas me demostraron que son buena gente y solo les puedo desear lo mejor.
—¿Cuál es su mejor recuerdo del curso pasado?
—El día que ganamos al Espanyol en el Tartiere. El día después de ganar la ida de la final por 1-0. En ese momento era muy feliz por todo lo que habíamos vivido, lo que se generó en la ciudad y lo que estaba por venir. Esos días fueron maravillosos.