La Voz de Asturias entrevista a una de las atacantes del equipo oviedista antes del derbi ante el Sporting
30 sep 2023 . Actualizado a las 21:47 h.Llegó al Real Oviedo casi cuando nadie la esperaba, en esos días en los que la totalidad de la plantilla ya estaba en la capital del Principado para empezar la pretemporada a las órdenes de Andrea Suárez. Eso sí, a Sheila Garrido (Sabadell, 2002) le dio absolutamente igual. Aterrizó en el Real Oviedo femenino, se calzó las botas y a entrenar. Y después, a jugar. Empezó la temporada siendo la delantera revulsivo del equipo carbayón, pero llega al derbi asturiano ante el Sporting de este domingo (Mareo, 12:00 horas) como delantera titular del Oviedo.
—Fue el último fichaje veraniego del Real Oviedo.
—Fue un poco a última hora. Es cierto que durante el verano el club se interesó por mí y me parecía un proyecto muy interesante, serio y con objetivos que me gustaban. Quería emprender una aventura lejos de casa y el Real Oviedo tenía todo lo que yo pedía. Cuando tuve la oportunidad, no me lo pensé.
—Y casi no puede venir...
—En principio ya lo tenía hecho en otro destino, pero hubo un giro de los acontecimientos El Oviedo volvió a interesarse en mí ya cuando estaba a punto de empezar la pretemporada y llegamos rápido a un acuerdo. No dudé.
—Era jugadora del Betis cuando el club verdiblanco decide realizar una restructuración de su sección femenina.
—Estaba en el filial, pero en dinámica del primer equipo. Para mí el Betis es un gran club, estaba muy contenta y quería seguir, pero la remodelación llevada a cabo te condiciona todo. No tuve otra que marchar, pero más jodido fue para las jugadoras que eran de allí, de Sevilla. Son cosas que no dependen de uno y que hay que aceptar y gestionar como vengan.
—Centrémenos en el Oviedo. ¿Conocía al club?
—Conocía al Real Oviedo y al Oviedo Moderno, claro. Me llamó la atención el proyecto, también potenciado tras la absorción del Real Oviedo. Buscaba crecer como futbolista y este era un escenario propicio para ello.
—Un Oviedo cuyo máximo responsable -al margen del presidente- es una mujer y cuya primera entrenadora también es mujer.
—A María (Suárez) no la conocía, pero a Andrea sí. Con María no hay queja, estamos muy contentas con que una mujer tenga ese peso en la estructura. El club nos proporciona todo cuanto pedimos y necesitamos, estamos muy cómodas y cuidan todos los detalles: ropa, viajes, nutrición, entrenamientos… Hay que agradecérselo tanto a María, como a Marcos (director deportivo) y al resto del cuerpo técnico.
—¿Qué tal Andrea Suárez?
—Se agradece que una mujer, que quizás te entiende más en según aspectos, sea la que lidere el barco. Es una entrenadora muy cercana, se preocupa por el estado anímico de todas y está llevando bien la plantilla. También es muy exigente y sabe mantener la distancia entre entrenadora y jugadora. Tiene unos conceptos futbolísticos muy claros y nos ayudará a conseguir un gran nivel, ojalá podamos conseguir resultados.
—¿Y qué tal Oviedo?
—Me ha sorprendido para bien. Mucho, además. Vengo del sur y tenía miedo al clima, como todos los que venimos de abajo, y más contenta no puedo estar. Ya conozco la ciudad y muchas partes de Asturias, todo es precioso. Y con el club muy bien, claro. Nos ayudan muchísimo, nos acercan al masculino y nos dan nuestro lugar dentro de la entidad.
—Hay dos delanteras en plantilla: Eferl es más posicional y experta en juego directo; usted más móvil.
—A todas nos pide trabajo y actitud. Ya en particular, a mí me llama ‘el ratón’, porque no paro de correr e intento molestar siempre que puedo al rival. La presión y la intensidad cerca del área rival es fundamental para Andrea, sabe que eso nos acerca al gol. Te pide más eso que cifras goleadoras, aunque también es importante, claro.
—Empezó entrando desde el banquillo y ya en la tercera jornada fue titular.
—Tuve alguna molestia muscular al final de la pretemporada y eso hizo que no tuviese tanta continuidad. Me costó coger el ritmo y empecé en el banquillo, pero estoy muy contenta con mi trabajo y con lo que puedo aportar al equipo. Mi labor es esa, aportar trabajo en todo el ataque. Evidentemente cualquier futbolista quiere jugar cuanto más mejor, pero no me importa salir del banquillo si puedo aportar en el campo. Estoy a disposición de Andrea y de mis compañeras.
—¿Cuál es el objetivo de este Real Oviedo?
—No nos marcamos nada a largo plazo. Hacemos dinámicas de objetivos con la psicóloga del equipo y nos marcamos objetivos a corto-medio plazo. Partido a partido, semana a semana y casi día a día. Eso es lo que más nos va a ayudar.
—Este domingo toca derbi en Mareo.
—Desde que llegué se habla mucho del derbi asturiano, no cabe duda de que es una semana especial. Hace poco vivimos el masculino y ya se puede apreciar lo que significa todo esto. Se vive muchísimo y eso al futbolista le gusta, tengo muchas ganas de que llegue el domingo. Nos enfrentamos a ellas en pretemporada y ya las conocemos mucho. Se va a basar mucho en la intensidad y en el sentimiento que genera el derbi, los pequeños detalles marcarán la diferencia.