
«Hemos caído en la autocomplacencia. No hay proyecto, no hay un rumbo a medio o largo plazo». El grupo se mostró crítico con la gestión del Real Oviedo
20 dic 2019 . Actualizado a las 09:41 h.Tras una Junta Extraordinaria de Accionistas muy tranquila en lo económico, con la aprobación de todos los puntos del día, algo común desde que el Grupo Carso llegó al Real Oviedo, el turno de ruegos y preguntas sirvió para que el Consejo azul escuchase de primera mano al accionista minoritario.
El Consejo fue felicitado por el trabajo realizado en diversos departamentos, como el equipo Genuine o el nivel de la cantera, pero las críticas y el descontento en diversos ámbitos no tardaron en aparecer. El trato al abonado que vive fuera de Asturias, al accionista extranjero, el estado del césped del Carlos Tartiere y los accesos al estadio y, sobre todo, a la difícil situación deportiva que atraviesa el primer equipo.

Intervención de Symmachiarii
Pero el grueso de dicho punto lo ocupó Nacho Suárez, portavoz del Grupo Symmachiarii. Su intervención duró más de media hora y, en su mayoría, giró en parte a una idea principal: la falta de proyecto en el Real Oviedo: «Vamos a ser bastante críticos con la gestión actual, ya que abandonamos cualquier crítica en el estadio para que el ambiente no sea raro», comenzó Nacho.
«Carso lleva seis años al frente. Hemos caído en la autocomplacencia, en la constante falta de autocrítica. No hay proyecto, no hay un rumbo a medio o largo plazo. Se confunde el proyecto y el objetivo, que es subir a Primera. Nunca se ha explicado cuál es el proyecto del Real Oviedo», dijo el portavoz del grupo más animoso del Carlos Tartiere.
«Palos de ciego en estos seis años: cuatro directores deportivos, cuatro directores de cantera, cinco entrenadores y muchos jugadores. Lo importante ahora mismo es no volver a Segunda B. Los aficionados seguiremos aquí, pero no podemos bajar. Hay que conseguir transmitir eso al equipo», dijo sobre la actualidad deportiva.

La figura de Joaquín del Olmo, a debate
Además, la figura de Joaquín del Olmo, exrepresentante del Grupo Carso en Oviedo, y la falta de estructura protagonizaron el discurso de Symmachiarii: «Hay una ausencia de estructura eficaz. La salida de Del Olmo produjo un terremoto tremendo. No sabíamos quién mandaba en cada área. Con Del Olmo yo sabía con quién hablar. Si estoy dentro del club y no me dejan hacer mi trabajo, me voy o me impongo, no os podéis escudar. No hay estructura. Ustedes mismos dicen que hay pocos trabajadores, tienen que llamar al máximo accionista y decirlo», comentó Ignacio Suárez al Consejo azul.
Proyectos como la Fundación Real Oviedo, la nueva ciudad deportiva, convenios de fútbol base con clubes asturianos o escuelas en otros países también fueron mencionadas en su intervención: «Se venden muy bien en Twitter, pero si no se dan los medios para desarrollar los proyectos pues se quedan en el olvido. Me dirijo a vosotros, pero sobre todo a la gestión. Ustedes tienen parte de culpa, quizá mínima, por dejar mandar a una persona sola (Del Olmo) y no plantarle cara. La política del club fue aislarse al socio, a la ciudad, a la prensa... Lo cerraron, todos eran enemigos», dijo.
En cierto momento, Menéndez Vallina, presidente azul, intentó responder con un «habla del futuro y no del pasado», a lo que el portavoz de Symmachiarii comentó: «Ustedes no acaban de llegar. Igual no secundáis lo hecho por Joaquín del Olmo, pero también sois responsables. Y el máximo accionista. Los socios estamos mal vistos en el club».

Denuncias a Symmachiarii
Por último, Ignacio Suárez habló de nuevo del proyecto de club y de la situación actual del grupo Symmachiarii. «Han tenido posibilidades inmensas. Teníamos una historia que contar, eso es lo más difícil de conseguir y lo teníamos. Todo esto lo han desaprovechado. No han hecho nada para favorecer al accionista extranjero, no acuden a ferias internacionales para intercambiar ideas y que el club pueda mejorar. Esto es una reflexión para que os deis cuenta de dónde estamos».
En lo referente a Symmachiarii, Suárez volvió a ser claro: «nos metieron en una lista de grupos peligrosos porque un empleado del club (antiguo director de seguridad) nos denunció. Hoy en día, esas denuncias son falsas porque quedamos absueltos. Un solo empleado ha podido ilegalizar a una peña que ha cumplido 25 años. Seguimos pagando por aquella irresponsabilidad».
Tras hablar del apoyo a Manuel Lafuente por lo vivido en 2003 y la promesa aún vigente del club de ayudar a dicho consejo, del trato a aficiones rivales que visitan el Tartiere (referencia al encuentro ante Las Palmas días después de la huelga vivida en el municipal ovetense) y los precios de los abonos (misma política de precios en los últimos cinco años), Nacho Suárez no dudó en resaltar que «Tenéis nuestro apoyo y siempre estaremos aquí para ayudar».
Menéndez Vallina emplazó al abonado a una futura reunión, diciendo que «recogemos el guante y os animo a que podáis seguir aportando». Así acabó un turno de preguntas crítico, el más elevado en este sentido desde que el Grupo Carso aterrizó en el Real Oviedo.
