La llegada del nuevo técnico abre la puerta a jugadores que no estaban contando para Sergio Egea
17 sep 2019 . Actualizado a las 11:03 h.La llegada de un nuevo entrenador supone un volver a empezar en cualquier equipo de fútbol. Los roles establecidos en la etapa anterior se anulan y todos los jugadores parten de cero ante la vista del técnico entrante. Aunque sí es verdad que el caso de Javi Rozada en el Real Oviedo es distinto.
El ovetense, además de conocer la casa por el hecho de venir del filial, entrenó en su exitoso Vetusta a los Jimmy, Edu Cortina, Lucas Ahijado, Borja Sánchez o Lolo González. El mejor momento futbolístico de muchos de estos jugadores llegó con Rozada a los mandos. Así que ahora parten con ventaja.
Es obligatorio centrarse en Lucas y Borja. Una lesión sacó de la pretemporada al primero cuando se estaba jugando el puesto con Diegui. Luego llegó Juanjo Nieto y la posición se complicó hasta tal punto que el ovetense, ya recuperado desde hace semanas, solo entró en la convocatoria ante el Fuenlabrada.
Por su parte, Borja encaraba el verano con ilusión. Tras una pretemporada como la de cualquier otro miembro de la primera plantilla, el ovetense desapareció de los planes de Egea. Convocado ante el Dépor, sin disputar un solo minuto, y viendo los encuentros ante Lugo, Fuenlabrada y Mirandés desde la grada. El debut llegó en el último día de Egea, cuando el Oviedo ya perdía 0-2 ante el Elche y el partido agonizaba para los azules.
Ahora, estos dos jugadores capitales para el filial azul en las dos últimas temporadas, ven como su principal valedor en aquellos cursos llega al primer equipo. Rozada no regala nada, y ellos lo saben, pero no se puede negar que su ascenso es una buena noticia para los dos canteranos. Ya en el día de ayer se pudo ver en El Requexón a un Borja muy activo en los partidos reducidos.
Pero también hay otros jugadores que no son canteranos y que no estaban disfrutando de oportunidades con Sergio Egea. Carlos Hernández completó los 90 minutos en Riazor y no apareció más por el terreno de juego, quedándose en el banquillo ante Fuenlabrada y Elche y no entrando en la convocatoria ante Lugo y Mirandés.
Por su parte, Ibrahima Baldé fue uno de los señalados en verano para abandonar el club. Finalmente se quedó, pero su situación no cambió demasiado con Egea. Su presencia en el descuento ante Riazor es la única de lo que va de temporada y el encuentro ante el Elche lo vio desde la grada. En su etapa en el Vetusta, Javi Rozada solía jugar con delanteros muy móviles para realizar una intensa presión y constantes desmarques, pero también contó con delanteros de envergadura como Carlos Cano o Casi.