El conjunto asturiano cae goleado víctima de sus numerosos errores defensivos
11 nov 2018 . Actualizado a las 13:05 h.Los peores presagios se confirmaron en Riazor. El Real Oviedo salió goleado (4-0) frente a un Deportivo que castigó todos y cada uno de los errores que cometieron los asturianos. El primero, el que desnivelaba el marcador, de nuevo a balón parado. Un mal que asola al equipo y que ya ha costado muchos puntos en estos primeros meses de competición.
Los de la capital del Principado están en su peor momento justo antes del derbi ante el Sporting. Pero, lo más preocupante, es que el equipo no ha evolucionado desde la pretemporada, sino que ha ido ahondado en sus problemas, creando de paso unos nuevos. Muchísimo trabajo por delante para un equipo que actualmente no está para luchar con los rivales más potentes de la categoría.
Siguió Anquela buscando la tecla del once inicial. En Riazor, el preparador oviedista planteó un encuentro con muchas novedades, tanto en el dibujo como en la alineación. El esquema escogido fue el 3-5-2. En el once aparecían nombres nuevos, como Oswaldo Alanís, Christian Fernández o Javi Muñoz. Además, Champagne mantenía su puesto bajo palos y Yoel Bárcenas repetía en el carril derecho. Arriba, Ibrahima y Joselu.
El arranque azul fue prometedor, como en Córdoba, Lugo o Cádiz. La escuadra asturiana esperaba en tres cuartos de campo para ahogar la posesión deportivista y construir desde atrás. La medular no sufría y en la zaga se conseguía frenar los intentos de Quique y Carlos Fernández.
El Real Oviedo iniciaba desde el flanco izquierdo con Alanís para terminar en el derecho con las subidas de Bárcenas. El plan de Anquela salía a la perfección en el primer cuarto de hora, gozando de una clara ocasión de gol que Joselu no consiguió remachar en área pequeña.
El mal que lastra al equipo
Poco se puede hacer si en el primer balón parado te hacen gol. Ese es el problema que lleva sufriendo el Real Oviedo toda la temporada. Una enfermedad que amenaza con convertirse en crónica si no se ataja de raíz. Este inconveniente no es una racha, ni tampoco una dinámica. Se trata de fallos de concentración y atención.
Un córner botado desde la izquierda por Carles Gil encontró a Domingos Duarte completamente solo en el punto de penalti. Cabezazo fácil y Nereo Champagne que nada pudo hacer para evitar el 1-0. Tras 20 minutos de buen nivel, el Real Oviedo se veía debajo en el marcador a las primeras de cambio.
Cuesta mucho afrontar los encuentros con una desventaja casi permanente en el marcador. Pese a ello, los de la capital del Principado se esmeraron en regresar al plan inicial, aunque el peligro lo ponía el Deportivo, castigando las pérdidas asturianas.
Champagne pudo mostrar sus credenciales en un disparo de Quique, duro y ajustado al palo, que obligó al argentino a realizar una intervención de mucho mérito. Fue el acto final antes del descanso en el que Juan Antonio Anquela debía encontrar una solución a los problemas azules de la primera parte.
Un equipo que quiere despertar
El Real Oviedo es un equipo diseñado para tener el balón, pero sufre muchísimo para llegar a portería contraria. No consigue crear superioridades, como tampoco ocasiones de peligro. Sus posesiones se diluyen cerca de la frontal rival, con pérdidas que provocan contraataques.
Una pérdida de Bárcenas permitió que entre Carlos Fernández y Vicente Gómez dejaran a Quique el balón en una posición favorable. El disparo del atacante deportivista se fue excesivamente cruzado.
Los gallegos fueron cediendo terreno y el Real Oviedo se decidió a probarlo hasta el final. En dos minutos, los de Anquela crearon más peligro que en todo el encuentro. Primero fue Joselu el que remató de cabeza un centro de Tejera. Instantes después, Bárcenas disparaba desde la frontal con la pierna izquierda. En ambos casos, Dani Giménez evitaba el empate asturiano.
El segundo gol termina con el partido
Como en la primera parte, el mejor momento oviedista coincidió con el gol local. Un balón largo permitió a Quique González medir en carrera a Forlín, deshacerse del argentino y batir a Champagne con un disparo cruzado en el que el cancerbero pudo hacer muchísimo más.
Un golpe duro a la mandíbula asturiana, casi un knock-out para los de Anquela que no se merecían un castigo tan duro como el que estaban sufriendo. A punto estuvo Joselu de recortar distancias en el marcador, pero su remate de cabeza en un saque de esquina se fue fuera por muy poco.
Para despejar dudas, Carlos Fernández hizo el 3-0 tras un rápido ataque en el que el atacante se plantó solo delante de Champagne, batiéndole por encima de su cabeza con un suave toque. La defensa del Real Oviedo se descosía de una manera alarmante. Quique González anotó el 4-0 tras un resbalón muy inoportuno de Carlos Hernández.
Los últimos 20 minutos de encuentro fueron un verdadero suplicio para los azules. Sin ideas, sin fuerzas ni capacidad de reacción ante un Deportivo que se gustaba y que no cedió un centímetro en busca del quinto tanto de la noche. Ni siquiera consiguió el tanto del honor Ibra, estrellando un disparo contra el palo de un Dani Giménez batido.
Momentos duros para la afición y para el equipo. Ni los cambios de sistema o de jugadores han funcionado. Todas las ideas del preparador han caído en saco roto. Los futbolistas se encuentran muy lejos de su mejor momento de forma y la temporada amenaza con ser muy larga en la capital del Principado.
Deportivo de La Coruña: Dani Giménez; David Simón, Domingos Duarte, Pablo Marí, Diego Caballo; Bergantiños (Mosquera, min 83), Edu Expósito, Vicente Gómez, Carles Gil (Fede Cartabia, min 61); Quique González (Didier Moreno, min 80), Carlos Fernández.
Real Oviedo: Champagne; Bárcenas, Carlos Hernández, Forlín (Boateng, min 73), Alanís, Christian Fernández (Mossa, min 61); Folch, Tejera (Johannesson, min 78), Javi Muñoz; Ibra, Joselu.
Goles: 1-0 Domingos Duarte (min 21). 2-0 Quique González (min 63). 3-0 Carlos Fernández (min 72). 4-0 Quique González (min 74).
Tarjetas: El colegiado Ocón Arráiz no mostró ninguna amonestación.
Incidencias: Estadio Abanca - Riazor, 18.862 espectadores.