Saul Berjón estrenó dorsal en el primer amistoso de la pretemporada
19 jul 2018 . Actualizado a las 09:30 h.Miguel Linares portó el dorsal 10 durante las últimas tres temporadas del Oviedo en Segunda División. Ahora, con la marcha del aragonés, esta camiseta tan simbólica buscaba dueño y parece que no ha tardado mucho en encontrarlo.
Todos los focos apuntaban a Saúl Berjón. Un jugador talentoso, que se mueve por todo el frente de ataque y capaz de cambiar los partidos con solo una acción. El ovetense es feliz jugando en casa y en el primer amistoso de la pretemporada asumió unos galones que en lo puramente futbolístico ya demostró el curso pasado.
Saúl saltó al césped del Campo nº 1 de El Requexón con el brazalete de capitán en el brazo izquierdo y el 10 a la espalda. Y a nadie le extrañó. Ya con el balón en juego, la sensación de liderazgo fue total: ordenando a sus compañeros, pidiendo un ritmo más alto en la circulación o animando cuando era necesario.
Con el esférico en los pies volvía a demostrar que futbolísticamente nadie mejor que él para portar dicho dorsal. Una 10, como dicen en Sudamérica, que antes que Linares vistieron Manu Busto, Curro y Michu en Segunda B. Una 10 que años atrás, en los últimos años del Oviedo en la LFP, se convirtió en un perpetuo homenaje al malogrado Dubovsky.
«Estoy en el mejor momento de mi carrera, me encuentro física y psicológicamente muy bien. Estar en casa te hace estar más feliz», declaró el ovetense hace días. El Real Oviedo no podría tener mejor 10.