Así quedan los papeles tras la dolorosa derrota frente al Numancia
30 abr 2018 . Actualizado a las 05:05 h.Domingo duro para el oviedismo el de ayer. El lunes debe servir para la reflexión y para pensar que, aunque las sensaciones digan una cosa, las matemáticas afirman que el Real Oviedo todavía tiene opciones de entrar en el próximo playoff de ascenso. Solo por la posibilidad de conseguirlo, merece la pena intentarlo. En una jornada tan aciaga como esta, repartir los papeles resulta muy difícil.
El bueno: La afición
No hay más donde elegir. El oviedismo está y estará siempre por encima del equipo. Lo de mejor del encuentro en Los Pajaritos fueron los cientos de aficionados que acudieron a apoyar a su equipo y que se tuvieron que volver con la tristeza de una derrota contundente y un equipo que mostró su peor cara.
Soria, Lugo, Valladolid, León... No importa dónde jueguen los azules porque allí siempre estarán bien representados por una hinchada que siempre está. Solo por ellos, entidad, cuerpo técnico y futbolistas deben seguir luchando hasta el último minuto del último partido.
El feo: Mossa
El valenciano regresaba al once titular del Real Oviedo. Uno de los mejores futbolistas de la temporada recuperaba un sitio que nunca debió perder. Sin embargo, su actuación, como la del equipo, no fue la esperada. Ni tuvo la culpa de la derrota, ni hay que darle más cuota de responsabilidad de la que merece.
Seguramente, el hecho de jugar de extremo minó su rendimiento. Mossa es lateral, uno de los más destacados de la categoría. Sin embargo, en posiciones adelantadas su nivel baja. Uno de los principales factores por los que destaca el defensa es que sorprende cuando aparece en posiciones ofensivas. Esa opción no la tuvo ayer al jugar por delante de Christian.
El malo: Héctor Verdés
Día para olvidar del central oviedista. Anquela había apelado al 'modo Héctor Verdés' en la previa, pero el defensa no tuvo la fortuna suficiente para devolver la confianza del míster. Vio una tarjeta injusta nada más comenzar el encuentro, erró en el segundo gol y se jugó la expulsión en varias acciones de la segunda mitad.
La falta de continuidad ha influido en el rendimiento de un zaguero que comenzó la temporada a un gran nivel y que, poco a poco, ha ido perdiendo su sitio en los planes de su entrenador. Su entrega y su pundonor están fuera de toda duda, pero en Los Pajaritos le faltó el acierto necesario para completar una buena actuación.