Los azules vuelven al playoff tras una trabajada victoria frente al Nástic
16 abr 2018 . Actualizado a las 13:34 h.El Real Oviedo vuelve a soñar con el playoff. El equipo de la capital del Principado doblegó en un partido igualado y serio al Nástic de Tarragona gracias a un gol de Saúl Berjón, el mejor hoy y durante toda la temporada.
Una victoria que permite a los azules soñar con la fase de ascenso. Los azules son sextos, tras los tropiezos rivales, y vuelven a mirar con optimismo a la clasificación. La tendencia ha cambiado y el conjunto oviedista vuelve a mostrar la seriedad y eficacia del mejor tramo de temporada.
Lo que funciona no se mueve, debió pensar el míster oviedista. Así que la alineación fue exactamente la misma que hace siete días venció al Lugo en el Anxo Carro. Un once de garantías, visto lo visto frente a los gallegos. Habría que comprobar cómo se comportaba frente a un Nástic que, en principio, iba a renunciar a la posesión de la pelota.
El Real Oviedo salió muy bien plantado sobre el terreno de juego, como deseaba su entrenador. Los azules buscaban la portería rival con insistencia, mientras que atrás, los defensas se afanaban en evitar el contraataque catalán.
No habían pasado 10 minutos cuando Fabbrini y Toché ya habían forzado la primera amonestación rival y Berjón había probado a Dimitrievsky en el lanzamiento directo. Los tarraconenses contestaron en una jugada de estrategia, pero Alfonso Herrero desbarató la ocasión.
Pese al buen comienzo, el partido decayó en ritmo y acercamientos al área. La red tejida por el Nástic comenzaba a dar sus frutos y el Real Oviedo no conseguía trenzar fútbol hasta la meta rival.
Pasada la media hora, volvió a intentarlo el Real Oviedo. Fabbrini y Aarón se afanaban en encontrar a Saúl, que siempre creaba ventaja en su zona. En un buen pase del ilicitano, el ovetense encontró a Toché dentro del área. El delantero se giró perfectamente y devolvió para la llegada de Berjón, que ajustó muy bien con el interior de su pie derecho al palo más alejado.
El Real Oviedo conseguía lo más difícil, abrir la lata del Nástic. Los azules conseguían remar con corriente favorable por primera vez en muchos partidos. Con el tanto del canterano azul se llegó al descanso porque los catalanes no mostraron capacidad alguna de respuesta. En cambio, el equipo de la capital del Principado parecía mucho más asentado en el campo.
Control en la reanudación
Tras el paso por los vestuarios, el Nástic trató de salir con otra cara. Los catalanes buscaban empatar, pero el Real Oviedo mostraba fiabilidad en los primeros minutos. La defensa expeditiva y los cuatro de arriba, con mordiente para seguir haciendo daño.
Con la entrada de Juan Muñiz, el Nástic quiso poner más mordiente en la zona de ataque. Mientras que el Real Oviedo era ahora el que buscaba ataques rápidos buscando la portería de Dimitrievsky.
Los de la capital del Principado necesitaban un nuevo impulso para volver a tomar el control. Anquela miró al banquillo y decidió dar entrada a Johannesson en lugar de Aarón. El internacional islandés tendría la doble misión de ayudar a cerrar su banda y crear peligro y profundidad en sus habituales incorporaciones al ataque.
Los catalanes comenzaban a avisar a balón parado por medio de Juan Muñiz. En la primera ocasión, Alfonso Herrero consiguió despejar, mientras que en la segunda, el balón fue desviado por la barrera y se envenenó, rozando el palo derecho de la portería azul.
Pese a que los ataques eran azules, el Real Oviedo no se olvidaba de buscar la meta rival. En un balón largo que buscó y ganó Saúl, llegó una gran ocasión. Fabbrini enganchó la dejada del ovetense y obligó a Dimitrievsky a realizar una gran intervención. Sería la última intervención del italiano, ya que acto seguido dejaría su lugar a Mossa. El entrenador oviedista buscaba, al igual que frente al Lugo, cerrar el partido.
Los de la capital del Principado tuvieron el 2-0 en las botas de Mossa, pero el valenciano disparó de forma inocente a las manos del portero rival. Sin tiempo para lamentarse, Álvaro Vázquez dispuso de la ocasión más clara para el Nástic. El ariete remató de volea un centro lateral y envió el esférico rozando el larguero, con Alfonso ya batido.
Los cinco minutos de alargue fueron más plácidos de lo que se podría pensar. El equipo catalán se quedó con 10 tras la expulsión de Arzo y los azules supieron tirar de oficio para evitar acercamientos al área.
El pitido final trajo la alegría a las gradas. Tres puntos importantes para regresar a los puestos de playoff y afrontar con optimismo las últimas siete jornadas de campeonato. En apenas cinco días, los de la capital del Principado recibirán al Valladolid para asegurar su actual puesto de honor.
Real Oviedo: Alfonso Herrero; Cotugno, Carlos Hernández, Forlín, Christian Fernández; Folch, Mariga; Aarón Ñíguez (Johannesson, min 76), Fabbrini (Mossa, min 85), Saúl Berjón (Rocha, min 89), Toché.
Nástic de Tarragona: Dimitrievsky; Kakabadze, Suzuki, Arzo, Javi Jiménez; Tejera, Fali (Javi Márquez, min 85); Jean Luc (Juan Muñiz, min 62), Tete, Maikel Mesa (Barreiro, min 75), Álvaro Vázquez.
Goles: 1-0 Saúl Berjón (min 35).
Tarjetas: El colegiado Prieto Iglesias mostró amarillas a los locales Mariga, Carlos Hernández, Saúl Berjón y Christian Fernández, y a los visitantes Suzuki, Javi Jiménez, Tete, Arzo, Maikel Mesa, Juan Muñiz y Álvaro Vázquez. Además, expulsó a Arzo por doble amarilla.
Incidencias: Estadio Carlos Tartiere, 15.681 espectadores.