La Pizarra: Aarón contra el mundo

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Anquela Carlos Tartiere Horizontal.Anquela durante un encuentro de esta temporada
Anquela durante un encuentro de esta temporada REAL OVIEDO

Análisis del partido propuesto por Juan Antonio Anquela

19 nov 2017 . Actualizado a las 21:24 h.

Nota: 4, suspenso.

El Real Oviedo se empeña en llevar la contraria a la Segunda División. Mientras que la categoría está repleta de partidos cerrados, sin ocasiones claras y sin fallos en defensa que acaban en empate sin goles, el conjunto carbayón los rompe con errores grotescos en el área propia. Lo de ayer en Zorrilla fue tal cual. Un encuentro que rezumaba igualdad, donde en el centro del campo se viviría una batalla crucial y que los goles, en teoría, llegarían tras una genialidad de Toni Villa, Plano, Saúl o Aarón. Pero en el minuto cuatro, la historia, como casi siempre esta temporada, dio un giro de 180º.

Juan Antonio Anquela, quizá limitado por las bajas de Carlos y Verdés, volvió a salir de inicio con defensa de cuatro, siendo el plan B esa defensa de tres que tan bien ha funcionado y que pide a gritos ser plan A. Diegui volvió al once y lo hizo de extremo, volviendo a recordarnos que el necesita metros para arañar al equipo rival. Aarón, por su parte, volvió a cargar con la mochila del juego azul que tan bien le queda, pero esta vez su socio Berjón no le pudo seguir el ritmo.

El aspecto táctico

El 4-2-3-1 con el que acabó el Oviedo en el Nou Estadi de Tarragona fue el esquema escogido por Anquela para iniciar el duelo ante el Real Valladolid. Mariga y Folch formaban doble pivote, con Aarón por delante de ellos ocupando todo el frente de ataque y con Saúl y Johannesson en los costados. Costados que en la zona defensiva los ocupaban un Cotugno en su salsa y un Mossa que no es el mismo cuando tiene la correa puesta. Por su parte, el Pucela formaba con el mismo dibujo, siendo Toni Villa y Óscar Plano los encargados de generar alguna ocasión que Mata pudiera aprovechar. 

Pero en el minuto 4 el guión del partido cambió radicalmente. Juan Carlos no pudo atrapar un balón que no parecía llevar peligro y, en el córner generado a raíz de dicho fallo, Deivid remataba en el área pequeña ante la mirada del propio Juan Carlos y de la defensa azul. No había pasado nada y en el marcador ponía 1-0. Desde el gol pucelano al Oviedo le costaba un mundo rondar el área de Masip. Eternas circulaciones entre los cuatro hombres de la zaga eran la tónica habitual de una primera parte que acaba con los azules sin tirar a puerta y amenazando solamente a balón parado.

Tras el paso por vestuarios el Oviedo siguió adoleciendo de jugadores azules en campo contrario y el Valladolid defendía cómodo. Si bien Aarón intentaba agitar el avispero una y otra vez, no encontraba compañeros para hacer daño a los blanquivioletas. Saúl no estaba y ningún balón que pasaba por sus botas se convertía en algo positivo, algo que ha pasado muy pocas veces en lo que va de curso. Tampoco aparecía Mossa, la otra esquina de ese triángulo clave en el juego azul. 

Mientras tanto Mata seguía su particular batalla con los centrales carbayones, superando a Christian pero no pudiendo con un Forlín en su zona de confort. Tras otra calamidad defensiva llegaba el 2-0 y Anquela, tras comprobar que la entrada de Pucko y Yeboah no había supuesto nada destacable salvo un tiro al palo del ghanés tras otra gran jugada de Aarón, hizo debutar a Steven Prieto. El delantero del Vetusta saltó al césped de Zorrilla dispuesto a pelearse con Deivid y Kiko Olivas, dos tipos que suman once temporadas en la categoría. El de 20 años no se achicó y en su primer contacto con el balón hacía una dejada deliciosa que Linares, combativo pero no tan fino como en Tarragona, convertía en el 2-1.

Las esperanzas de sacar algo positivo de Zorrilla murieron definitivamente con el tanto del ex oviedista Míchel, que dirigió y finalizó a la perfección una contra en el minuto 90 del partido. El sábado y ante el Numancia, oportunidad para redimirse. 

Los cambios

Desde el banquillo llegó la mejor noticia de la tarde. Mientras que Pucko y Yeboah no aportaron gran cosa al juego carbayón, fue el canterano Steven Prieto el que desde el primer instante incidió en el desarrollo del partido. El asturiano hizo bueno un balón de Aarón y cedió de manera exquisita para que Linares batiera a Masip en el uno contra uno.