El «empujoncito» para los restaurantes de Pajares tras el corte del Huerna por el argayo

Marcos Gutiérrez REDACCIÓN

ASTURIAS

Casa Maragato
Casa Maragato

Hosteleros de Villamanín y Busdongo reconocen que notan «algo más de goteo» de gente tras el argayo, especialmente en horas por semana en las que habitualmente se suele estar más tranquilo, si bien admiten que «no ha sido una cosa para nada disparatada», a la espera de lo que ocurra el fin de semana

16 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras continúan las obras en la autopista del Huerna para habilitar de manera temporal un bypass con un carril único por cada sentido que permita la circulación de vehículos y camiones en la AP-66, la alternativa del puerto de Pajares continúa recibiendo gran parte del tráfico derivado del corte causado por el argayo.

Los negocios de hostelería de zonas como Campomanes, Villamanín y Busdongo parecen estar notando algo más de volumen de gente, especialmente en horas por semana que comúnmente suelen ser «valle», si bien los responsables de los locales admiten que, a expensas de ver lo que ocurre el fin de semana, la actividad se está desarrollando «sin caos» y con algo más de gente, «pero no una cosa loca».

Alberto Hevia, del emblemático Casa Ezequiel de Villamanín, explica que viven las jornadas post argayo «como todos los días». Si bien detectan «un goteo un poco más constante a la hora del café y alguna comida más», no es algo inabarcable.

«Lo llevamos bien porque estamos acostumbrados a un gran volumen de trabajo y no nos pilla de sorpresa», reconoce. En este sentido, se aprecia que en «fechas por semana, en las que normalmente está un poco más tranquilo, hay algo más de goteo».

No obstante, apunta que en el establecimiento hacen frente a la situación «sin caos, ni desorden ni nada». En definitiva, hay «algo más de gente, algún camionero más, pero no una barbaridad». El día del argayo explica que «hacía muchos días que estábamos con las reservas completas, por lo que notamos algo más de paso en la barra».

Casa Maragato
Casa Maragato

Tere, junto con su marido Juan, es la propietaria de Casa Maragato, en Busdongo, otra parada obligada para reponer fuerzas para los asturianos que se dirigen a León y viceversa. «El fin de semana, al ser el corte, hubo mucho lío», explica. Por semana, Tere destaca que hay «mucho más tráfico», si bien no necesariamente un aluvión de clientes, ya que «también ha coincidido que ha dado nieve».

Reconoce que «alguien más para, lógicamente», si bien apunta que «el fin de semana habrá algo más». Esta hostelera explica que «cuando hay más camiones a la gente le tira un poco para atrás ir por Pajares, porque no deja de ser más peligroso». Desde su punto de vista, «es mejor que esté abierto el Huerna».

Respecto a la llegada masiva de gente, comenta que «el 'Tsunami' fue sobre todo el día que se cortó, porque la gente tuvo que dar la vuelta». Destaca que el suyo es «un sitio muy puntual, de siempre, para picoteo», por lo que la presencia ligeramente mayor de clientes se lleva bien. Más si cabe ahora que el establecimiento acaba de recibir uno de los 'Soletes' que concede la Guía Repsol.

Rocío Bobes, del no menos emblemático restaurante Golpejar de Villamanín, comenta que la presencia de clientes a causa del argayo del Huerna «se nota algo, pero tampoco es una cosa loca». Resalta que las previsiones hablaban de «5.000, 6.000 u 8.000 vehículos por Pajares, pero no se está viendo esa afluencia».

«A ver qué pasa el fin de semana, que habrá gente que se desplace por temas de ocio», asevera esta hostelera. No obstante, admite que «por las mañanas sí se ha notado mucho más transporte, furgonetas y gente que está trabajando», mientras que «por las tardes, en realidad, retomamos la normalidad».

«De momento para nosotros todo lo que suponga más gente repercute en más venta, pero no ha sido una cosa para nada disparatada, estamos vendiendo un poquito más», explica. Indica que «el domingo sí se notó muchísimo» si bien, una vez pasados los primeros momentos tras el incidente, se puede decir que «sobrecarga de trabajo no ha habido, pero sí beneficio, no para contratar extras, pero sí ha supuesto un empujoncito para los negocios».