La zona de costa es la más demandada. Están dispuestos a pagar entre 80.000 y 200.000 euros y, excepcionalmente, hasta 500.000 euros por una vivienda unifamiliar
28 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Asturias es una región atractiva para quienes hoy por hoy están buscando una segunda residencia. Los precios asequibles y la calidad de vida que ofrece forman el tándem perfecto para quienes buscan invertir en una casa en la que disfrutar los momentos de ocio y los periodos vacacionales, y más aún si cabe después del confinamiento al que obligó la crisis sanitaria del COVID-19. También hay, según la Asociación de Inmobiliarias de Asturias (Asocias), quien se plantea la compra como un instrumento de inversión al que sacar rentabilidad con los alquileres vacacionales.
César Nozal, coordinador de Asocias, explica que la comunidad asturiana está ganando público objetivo de Madrid, Valladolid, León y País Vasco, que buscan una segunda residencia sobre todo en la zona de costa, aunque también en espacios de interior tan atractivos como el Parque Natural de Redes, ya que apunta que en las ciudades de Oviedo y Gijón el porcentaje más alto de viviendas que se compran son con destino a primera vivienda, mientras que sólo entre un 10 y 15% serían para segunda residencia. Ese porcentaje, en cambio, se dispara en zonas como Tapia de Casariego o Llanes, donde más del 60% del parque se destina a segunda vivienda, convirtiéndose estos lugares en las marbellas asturianas.
Respecto al precio al que se puede llegar a pagar el metro cuadrado de una segunda residencia, el mismo indica que son «dispares» y que es aventurado concretar. No obstante, manifiesta que se pueden encontrar propiedades a la venta en las que el metro cuadrado ronda los 1.400-1.500 euros, aunque también otras en primera línea de playa en las que el precio se dispara hasta los 4.000 o 5.000 euros por metro cuadrado. Esto significa que para una vivienda de unos 80 metros cuadrados, el precio estaría entre los 110.000 y los 400.000 euros, si bien matiza que en zonas de interior tan atractivas como el Parque Natural de Redes se pueden encontrar cabañas para reformar por 50.000 euros.
Pero ¿y cuánto está la gente dispuesta a pagar por una segunda residencia en Asturias? César Nozal dice que quienes proceden de Madrid, por ejemplo, vienen con un presupuesto que oscila entre los 80.000 y los 200.000 euros. Incluso quienes buscan una vivienda unifamiliar «se permiten cifras mayores de entre 300.000 y 500.000 euros», aunque matiza que son excepciones y que la mayoría de los compradores se mueven en la primera de las horquillas de precio.
Mayor demanda tras el confinamiento
«Toda propiedad en un entorno de costa de 15 o 20 kilómetros es susceptible de destinarse a segunda residencia», comenta Nozal, que añade que también algunas zonas del interior de Asturias resultan muy atractivas para quienes vienen buscando tener una propiedad en la región. De hecho, afirma que el interés y la demanda es mayor después del confinamiento porque la gente de interior ve la necesidad de tener una zona verde a un precio razonable y eso Asturias lo ofrece. «Estamos viviendo un interés incipiente de parejas con hijos por comprarse una parcelita o una casa para rehabilitar por la necesidad que han tenido de estar al aire libre durante el confinamiento», explica el mismo.
Por ello, el coordinador de Asocias señala que para el sector inmobiliario el actual es «un momento interesante» y que los próximo dos o tres meses pueden ser propicios para la venta de segundas residencias. Lo que no puede precisar por la falta de un estudio que abarque a toda la región es cuantas viviendas destinadas a este fin puede haber en Asturias. Lo que sí apunta es que, en general se trata de un parque de vivienda de segunda mano y lo argumenta en el dato de que el 90% de las transacciones de compra-venta que se hicieron el pasado año en la región eran de pisos o casas de ese tipo.
Por otro lado, señala que los asturianos que muestran interés por adquirir una segunda vivienda aquí en la región no suelen hacerlo con intención de darle uso de manera personal, sino como «instrumento de inversión» y para sacarle rentabilidad a través del alquiler vacacional, ya que el precio del arrendamiento con ese fin se suele duplicar respecto a lo que es el arrendamiento tradicional. «Si la rentabilidad en un alquiler tradicional es del 4,5%, en el vacacional se duplica, aunque también hay que tener en cuenta que tiene unos gastos fiscales mensuales mayores», apostilla el coordinador de Asocias.
