Numerosos amigos, científicos y políticos se han acercado hasta el tanatorio de La Paz, que han elogiado la trayectoria profesional y la talla humana de la científica asturiana
08 nov 2019 . Actualizado a las 16:49 h.Pionera, referente, trabajadora incansable, rigurosa, ejemplo para las mujeres, para los jóvenes y, al final de su vida, también para los mayores por su inagotable actividad; todos los adjetivos se han quedado minúsculos para rendir tributo y recordar a la investigadora Margarita Salas, pero sobre todos hoy ha destacado uno: honestidad. Ha sido en el penúltimo adiós a la científica, porque durante los próximos días se van a suceder los homenajes y los reconocimientos a Margarita Salas, fallecida ayer a los 80 años tras una vida volcada en la investigación, desde que comenzó muy joven junto al nobel Severo Ochoa en la Universidad de Nueva York hasta el final de sus días, porque todavía acudía, prácticamente a diario, a su laboratorio en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa.
Hasta el tanatorio de La Paz, en la localidad madrileña de Alcobendas, se han acercado durante las últimas horas numerosos amigos, científicos y políticos, que han elogiado la trayectoria profesional de Margarita Salas, pero sobre todo su talla humana, y todos han celebrado y valorado que ese reconocimiento le llegara en vida. A las puertas del tanatorio, el ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, ha adelantado que el Gobierno ha comenzado ya a tramitar la concesión de una medalla de oro a título póstumo para reconocer su labor investigadora y docente, según informa Efe.
Su hija, Lucía Viñuela Salas, ha querido devolver todas las muestras de cariño que ha recibido durante las últimas horas, y en unas breves declaraciones a los medios de comunicación ha expresado su gratitud a la sociedad por el reconocimiento unánime a la figura de su madre, a la que se ha referido como «gran mujer, científica y maestra». Lucía Viñuela ha señalado que es «muy reconfortante» escuchar las palabras que dedican a su madre los científicos, sus alumnos, discípulos, sus amigos o las autoridades; «la querían y la respetaban».
La hija de Margarita Salas ha estado desde primera hora de la mañana acompañada en el tanatorio por la ex ministra de Ciencia Cristina Garmendia, presidenta de la Fundación Cotec, alumna y amiga de la investigadora fallecida, a quien se ha referido como la científica «más brillante» de la historia española. «Su trayectoria ha trascendido a nivel internacional, pero lo más importante es el impacto que ha tenido como persona; la escuela que ella ha hecho. Lo más importante no es la ciencia que hacía, sino cómo la hacía, y cómo era capaz de sacar de sus discípulos lo mejor de cada uno», ha manifestado a los medios.
Lo mejor que le puede ocurrir a un científico es entrar en un despacho con muchas dudas y salir de él «sintiéndose capaz», ha narrado Garmendia, para quien eso resume «la grandeza y la generosidad» de una persona y ejemplifica cómo era Margarita Salas. Junto a ellas, Marina Viñuela, hermana del científico Eladio Viñuela (marido de Margarita Salas; fallecido en 1999), ha ensalzado su faceta investigadora pero también su perfil humano, el cariño que demostraba a todas las personas que la rodeaban y la predisposición constante a ayudar a los demás.
«Una mujer pionera; un ejemplo para todas, y en una época además en la que no era habitual que la mujer desempeñara una carrera profesional y científica como la suya», ha expresado su cuñada, quien ha valorado la ayuda que le prestó Severo Ochoa primero en sus inicios y después para dar en España los primeros pasos en la biología molecular. El ministro de Ciencia en funciones, Pedro Duque, ha valorado los reconocimientos y homenajes que Margarita Salas cosechó antes de morir, y ha utilizado adjetivos como «pionera», «feminista» o «referente», calificativos a los que la ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, ha sumado el de «rompedora».
«Rompió muchos techos de cristal», ha expresado a los periodistas la titular en funciones de Sanidad, quien ha valorado la aportación y la implicación de Margarita Salas con la ciencia y la investigación, «pero también con la igualdad entre hombres y mujeres» y con su tierra, Asturias. Hasta el tanatorio madrileño se han acercado a lo largo de la mañana numerosos responsables políticos, institucionales y científicos, entre ellos el doctor Mariano Barbacid, el ex ministro y secretario general de la OTAN Javier Solana, o la directora del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, la científica Lourdes Ruiz. También la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Rosa Menéndez, quien ha lamentado «el vacío» que dejan personas como Margarita Salas, pero ha valorado que su legado es el mejor ejemplo y el mayor estímulo para continuar su labor investigadora.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha expresado también el reconocimiento del mundo de la ciencia y la educación a la investigadora, y se ha mostrado convencida de que sus valores «van a seguir impregnando el espíritu de la ciencia y de la investigación madrileña». Todas las autoridades y científicos que hoy se han acercado hasta el tanatorio se han mostrado convencidos de que la memoria de Margarita Salas va a perdurar en el tiempo y de que su nombre va estar muy visible siempre en todos los centros de investigación y laboratorios españoles, porque ha fallecido -han señalado- una pionera, una referencia de la ciencia y una persona honesta.