El Principado logra el mejor resultado de su historia al reducir el abandono educativo temprano a los niveles que la UE exige para 2020
04 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Europa puso un reto a todos los Estados y una fecha máxima de cumplimiento. El reto es mejorar todos sus indicadores educativos. El año límite: el 2020. Ese es el espejo en el que se está mirando los países y también las comunidades autónomas. Asturias, de hecho, realiza un informe de seguimiento cada seis meses, con unos resultados que no son del todo uniformes. Una de sus metas específicas consiste en reducir el abandono educativo temprano, que es el baremo que mide el porcentaje de población de 18 a 24 años que no ha conseguido ni terminar la Secundaria. Europa quiere llegar al 12%. España se conforma con el 15%. El Principado quiere igualarse con Europa y no con el resto de España y parece que lo está consiguiendo. La estadística publicada esta misma semana por el Ministerio de Educación señala que Asturias ya está en el 12,6%, los mejores resultados de la historia.
Lo adelantaba ya la Consejería de Educación en su informe Seguimiento de los objetivos y niveles de referencia de la estrategia de educación y formación 2020 (ET2020) del mes de junio, realizado con datos de 2017. En el apartado de abandono educativo temprano, el servicio de Evaluación Educativa explicaba que el indicador de Asturias ya era 3,5 puntos porcentuales mejor que el promedio español. Se había alcanzado el objetivo español del 15% para el año 2020 y la meta específica del Principado de bajar del 12% era, por tanto, «factible». Seis meses después y con los resultados de 2018 adelantados por el propio ministerio, quedan solo unas décimas.
Todos estos datos se extraen de las variables educativas recogidas en la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada del Instituto Nacional de Estadística (INE), así como en la Encuesta Comunitaria de Fuerza de Trabajo (Labour Force Survey) de Eurostat. La información se presenta desagregada por comunidades y por países de la Unión Europea (UE), según la fuente utilizada, y con la evolución temporal desde el 2002. Los resultados se obtienen como medias anuales de datos trimestrales.
Gráficos en positivo
El resultado es positivo pero la tendencia, aún más. El gráfico del ministerio muestra la evolución desde el año 2002. Entonces, la tasa de abandono educativo temprano era del 22,9%. Hubo un repunte considerable en 2003, cuando se alcanzó el 29,3% y luego se inició la senda del descenso con algún diente de sierra, es decir, con algún ligero retroceso puntual en 2006, 2010 y 2015. En este año 2018, se ha llegado a ese mínimo histórico a solo seis décimos de lo que Europa considera un indicador ideal.
Se puede establecer una comparación con el resto de Europa, de hecho el ministerio aporta los datos, pero no es totalmente correcta, ya que la UE todavía maneja las cifras de 2017 y España ya trabaja con el adelanto de los de 2018. Salvando esta diferencia, se puede decir que Asturias está mucho mejor que la media nacional pero sigue por encima de la media continental, que está en el 10,6%. Los mejores resultados los tiene Croacia. En ese país solo el 3,1% de los jóvenes no completa la educación obligatoria. Le sigue otro estado fronterizo, Eslovenia, con un 4,3%. Entre el 5% y el 6%, se sitúan Polonia, Lituania e Irlanda. ¿Cómo está Finlandia, ese espejo en el que todos se miran? Mejor que la media pero no precisamente en cabeza. Su resultado es del 8,2%.
Tampoco es Asturias la mejor comunidad autónoma. Ese mérito se lo lleva País Vasco, con un 6,9%. Hay otras dos regiones más con mejores datos que los asturianos. Son Cantabria y Navarra. En el extremo contrario, con las peores estadísticas se encuentran Baleares y Murcia, ambas por encima del 24%. Sin embargo, entre ellas, hay una diferencia fundamental. Mientras que en Baleares el fracaso por géneros está bastante equilibrado, en Murcia es un problema grave. Francasan el 30,8% de los hombres y solo el 16,7% de las mujeres.
El Principado tiene entre manos otros hándicaps además de recortar esas décimas que aún le quedan para converger con los indicadores de la UE. El principal es la brecha de género. El fracaso está más extendido entre los hombres que entre las mujeres tanto en Asturias como en la mayoría de regiones y estados. En España, solo en Cantabria, ellas obtienen peores datos. En el resto, ellos están en cabeza. En ocasiones solo a dos puntos, como sucede en Navarra, en otros los duplican, como ocurre en Castilla y León. En el caso del Principado, hay cuatro puntos y medio de distancia. La media es del 12,6%. El fracaso masculino está en el 14,8% y el femenino en 10,3%.
Esa brecha de género existe en otros muchos países, donde hay más hombres que mujeres que no consiguen ni la titulación obligatoria y, por tanto, no cuentan tampoco con ningún tipo de cualificación para incorporarse al mercado laboral. Solo está equilibrado en la República Checa y en Rumanía. Únicamente, en Bulgaria, Hungría y República Eslovaca, las mujeres abandonan de manera temprana más que los hombres.