Meloni viaja a Florida por sorpresa para un encuentro estratégico con Trump
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Hablaron de Ucrania, de aranceles y de la periodista italiana detenida en Irán
05 ene 2025 . Actualizado a las 20:55 h.A dos semanas de la segunda investidura del presidente estadounidense electo Donald Trump, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, voló el sábado a Florida para reunirse con él durante unas horas. La ultranacionalista visitó al magnate en su villa de Mar-a-Lago, descolocando tanto a sus socios de Gobierno como a la oposición: la visita relámpago fue organizada con extrema discreción por el equipo de Meloni y miembros del entorno de Trump, como Andrea Stoppa, un informático de Roma muy cercano a él. Elon Musk, la mano derecha del neoyorquino y un gran amigo de la italiana, también desempeñó un papel importante en la organización del encuentro, uno de los primeros entre el presidente electo y un líder extranjero.
Según los medios estadounidenses, Trump cenó con Meloni y la describió como «una mujer fantástica» que ha sido capaz de «conquistar Europa». También estuvieron presentes Marco Rubio y Scott Bessent, secretarios de Estado y del Tesoro de la Administración Trump entrante. Juntos vieron el documental sobre los supuestos agravios sufridos por los abogados pro-Trump, titulado The Eastman Dilemma: Lawfare or Justice.
Pero además de ver documentales y cenar, Meloni habló con Trump de Ucrania, país del que la mandataria italiana es una firme defensora respecto a la agresión por parte de Rusia; de política comercial, ya que Trump ha amenazado con imponer aranceles a las exportaciones europeas; y, sobre todo, del caso de la periodista italiana Cecilia Sala. Según el diario The New York Times, Meloni «presionó con agresividad» para que el asunto se incluyera en la agenda del encuentro.
Todos los medios del país transalpino llevan días dedicando muchísimo espacio a la detención de Sala por el régimen iraní. En general, la opinión pública está a favor de la periodista, e incluso el presidente de la República, Sergio Mattarella, expresó una intensa preocupación por su destino en el habitual discurso de fin de año. El ministro de Exteriores, Antonio Tajani, empieza a ser criticado en redes por su gestión del caso y si la detención se prolonga demasiado, también podría afectar a la popularidad de Meloni.
Sala es un peón en la crisis entre Roma y Teherán provocada por la detención de Mohamed Abedini, un ingeniero iraní, por parte de la policía italiana a petición de los jueces estadounidenses. Estos acusan a Abedini de haber ayudado a la Guardia Revolucionaria Islámica comprando, a través de una empresa suya radicada en Suiza, componentes para montarlos en drones iraníes. Estados Unidos solicita la extradición de Abedini, que se encuentra preso en una cárcel cerca de Milán, mientras que Irán califica su detención de «ilegal» y exige su liberación. Si Abedini fuera puesto en libertad y bajo arresto domiciliario, como pide su abogado, probablemente Sala también sería puesta en libertad. Pero esto provocaría la ira de los estadounidenses, que temen que el ingeniero huya a Irán a la primera oportunidad. La decisión corresponde a los jueces italianos y es probable que Meloni se lo haya señalado al hombre que pronto ocupará la Oficina Oval.
El encuentro con Trump es una victoria para la líder de Hermanos de Italia, que aspira a ser la interlocutora europea favorita del republicano, y supone un golpe a la ambición del vice primer ministro Matteo Salvini, secretario del partido ultraderechista Liga y gran admirador de Trump, de ser su hombre de confianza en Italia.