Varias grabaciones ilustran la radicalización del terrorista de Nueva Orleans
04 ene 2025 . Actualizado a las 23:30 h.Matthew Livelsberger, el militar que hizo estallar la camioneta a las puertas del hotel de Trump en Las Vegas, padecía un trastorno de estrés postraumático de combate y lo ocurrido parece un acto de suicidio previo a la detonación, más que un atentado, tal y como informa el FBI.
Livelsberger, de 37 años y miembro en activo del Ejército de EE.UU. se quitó la vida de un disparo en la cabeza instantes antes de que explotaran los fuegos artificiales y los cilindros de gas que llevaba en el vehículo, una camioneta Tesla alquilada. Siete personas resultaron heridas como consecuencia de dicha detonación. Pero antes de ello, el militar dejó una nota en la que declaraba que lo que iba a hacer era «una llamada de aviso a todos los camaradas, veteranos y estadounidenses» y denunciaba a las élites del poder como un grupo de «debiluchos e irresponsables que solo buscan enriquecerse». «Los estadounidenses solo prestan atención a los espectáculos y a la violencia. ¿Qué mejor manera de transmitir mi mensaje que con un espectáculo con fuegos artificiales y explosivos? ¿Por qué lo hago ahora? Porque necesito limpiar mi mente de los hermanos que he perdido y liberarme de la carga de las vidas que he arrebatado», lamentó el militar.
«Aunque este incidente tiene un carácter más público y más sensacionalista de lo habitual, en último término parece ser un trágico caso de suicidio que involucra a un veterano de combate muy condecorado, que estaba luchando con un trastorno de estrés postraumático y otros problemas», explicó el agente del FBI Spencer Evans. Las fuerzas de seguridad estadounidenses descartan de momento que eligiera el hotel de Trump por animadversión hacia el presidente electo.
Livelsberger servía en el Ejército de EE.UU. desde el 2006 y llevaba a sus espaldas una larga carrera de misiones en el extranjero, con dos despliegues en Afganistán y misiones en Ucrania, Tayikistán, Georgia y la República Democrática del Congo. Había regresado recientemente de una misión en Alemania y estaba de baja cuando murió. Fue merecedor de cinco Estrellas de Bronce, incluida una con distinción por coraje bajo el fuego, y una Medalla de Reconocimiento del Ejército al valor.
«Me uní al Estado Islámico»
En cuanto al atentado llevado a cabo por Shamsud-Din Jabbar, el veterano de guerra que sembró el terror en pleno corazón de Nueva Orleans la madrugada del 1 de enero y mató a 14 personas, las autoridades informaron de que momentos antes del atentado publicó varios vídeos en internet proclamando su fidelidad al Estado Islámico (EI). «Quería grabar este mensaje para mi familia. Quería que supieran que me uní al EI a principios de este año», dijo, según informa The New York Times. También indicó que, previamente, había pensado en organizar una «celebración» para su familia y luego hacer que todos «fueran testigos del asesinato de los apóstatas».
Esta radicalización secreta desconcertó a sus seres queridos, que lo conocían como un veterano condecorado del Ejército, que tenía un trabajo de 120.000 dólares anuales en la firma Deloitte. Pero nuevos detalles en la investigación sacaron a la luz el creciente descontento de Jabbar con la sociedad y un cambio hacia lo que al principio fue una versión más conservadora del islam, y luego algo mucho más oscuro.
Fue el año pasado cuando Jabbar profundizó en su aislamiento al mudarse a un barrio musulmán al norte de Houston. Se encerró solo en su casa, manteniendo alejadas a las visitas y limitando el contacto con los vecinos. Con tres divorcios y el pago de la manutención de sus tres hijos, Jabbar trabajaba en el sector inmobiliario con sus familiares para obtener ingresos adicionales, en parte debido a las deudas. Su tercera exmujer pidió al tribunal que le ordenara no hacer llamadas amenazantes y que no les hiciera daño a ella ni a su hijo. El año pasado comenzó a dejarse barba y a no aprobar el alcohol ni las fiestas. Su contrato de alquiler estaba llegando a su fin y él había anunciado que se mudaría a Nueva Orleans. Así lo hizo, alquiló el camión y fue grabando mensajes a lo largo del camino. Su ataque comenzó pocos minutos después de su último vídeo.