El arsenal militar y químico de Siria inquieta a Estados Unidos y a Europa

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

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Varios sirios bailan en Damasco para celebrar la caída del régimen de Bachar al Asad.
Varios sirios bailan en Damasco para celebrar la caída del régimen de Bachar al Asad. HASAN BELAL | EFE

Mohamed al Bashir, líder político insurgente, encabezará la transición

11 dic 2024 . Actualizado a las 19:21 h.

Los rebeldes tienen una «oportunidad histórica» para reconstruir Siria, celebró este lunes Joe Biden mientras ordenaba bombardear los reductos del Estado Islámico (EI) en el país. Ni él ni su equipo de gobierno estaban dispuestos a permitir que el grupo terrorista aprovechase el vacío de poder tras la huida de Bachar al Asad para recuperar fuerzas. «No debe haber ninguna duda: no lo permitiremos», sentenció el mandatario. El Comando Central golpeó 75 objetivos en total.

En ese sentido, una de las principales preocupaciones del Gobierno norteamericano, compartida por el resto de Occidente, son las armas químicas. Sobre todo en la última década, Al Asad ha recibido varias acusaciones, corroboradas por la ONU y otras organizaciones internacionales, de atacar a la población con este tipo de armamento prohibido. Cloro, sarín y gas mostaza.

La Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) no tardó este lunes en advertir a Siria sobre la «importancia primordial» de garantizar la seguridad de instalaciones y materiales relacionados con gases y líquidos tóxicos en todo el país. Aunque Damasco se adhirió a la Convención sobre las Armas Químicas en septiembre del 2013, siempre han existido sospechas de que el dictador nunca llegó a declarar todo su arsenal. «Estamos tomando medidas muy prudentes. Hacemos todo lo posible para garantizar que estos materiales no estén disponibles para nadie y permanezcan protegidos», explicó el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a la prensa.

Gobierno «de salvación»

Los frentes de batalla se mantenían el lunes en diferentes puntos de Siria. Mientras los grupos rebeldes apoyados por Turquía intentaban ganarles terreno a los kurdos en el noroeste y EE.UU. atacaba a los yihadistas del EI en el centro, las tropas israelíes seguían establecidas en la frontera sur. El ministro de Exteriores del Gobierno de Benjamin Netanyahu, Gideon Saar, aseguró que la maniobra es «limitada y temporal», hasta que el Estado se estabilice.

Una confusión que los insurgentes intentaron resolver este lunes encargándole a Mohamed al Bashir que dirija un Gobierno de transición. Hasta ahora, Al Bashir ha sido presidente del Gobierno de Salvación, la administración de facto en la provincia de Idlib, el bastión del grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS, líder de los rebeldes).

Poco después de que la televisión pública, ahora controlada por los insurgentes, diese la noticia, anunció que este lunes se iba a celebrar en Damasco una reunión triangular para determinar el traspaso de poder y evitar que el país entre en un estado de «caos». Las partes implicadas serían Al Bashir, Ahmed al Sharea (nombre real de Abu Mohamed al Jolani, líder de HTS), y el primer ministro sirio, Mohamed Ghazi al Jalali.