El sueño de un pasado esplendor condiciona el voto obrero en Míchigan
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El declive industrial hace que muchos trabajadores se pasaran a apoyar a los republicanos
30 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Viviendas, con puertas y ventanas destrozadas, restaurantes con madera enmohecida y mercados de los que solo queda el esqueleto de metal. Cientos de edificios abandonados en Detroit reflejan la decadencia industrial de Míchigan. Aunque la alcaldía ha derribado más de 20.000 construcciones desocupadas en la última década, muchas aún se mantienen en pie.
Detroit, apodada la ciudad del motor por ser sede de las gigantes automovilísticos Ford, General Motors y Chrysler, perdió más de un millón de residentes desde los años 60, como consecuencia del cierre de fábricas, afectadas por la globalización y las fuertes crisis financieras de las empresas matrices.
Brian Pannebaker, un recién jubilado de la industria automotriz y líder de un grupo de trabajadores trumpistas, ha presenciado el cierre de numerosas fábricas a lo largo de los años. Su familia solía apoyar al Partido Demócrata, pero él y muchos otros trabajadores se alinearon con el Partido Republicano a medida que avanzaba el declive industrial.
«Los demócratas ahora representan a los ricos, los acomodados de Nueva York, los banqueros, los millonarios de Wall Street, los actores y actrices, la élite de Hollywood y, al mismo tiempo, a la gente de bajos ingresos que no paga impuestos y se beneficia de muchos programas estatales, pero ya no nos representan a la clase trabajadora que paga impuestos», comenta Brian.
Su hogar es un homenaje al expresidente republicano. En su garaje almacena numerosos recuerdos de campaña, pesas decoradas con el lema Make America Great Again y varios pares de zapatillas firmadas por el expresidente, además de una última adquisición: unas deportivas que dicen «Trump 2024».
Míchigan es el segundo estado bisagra en asignación de votos del colegio electoral, con 15, solo detrás de Pensilvania, que tiene 19. Trump ganó Míchigan por apenas 11.000 votos en el 2016, y en el 2020 Joe Biden lo recuperó con una ventaja de menos de 155.000 sufragios, apenas tres puntos de diferencia. Actualmente, las encuestas muestran un empate técnico. Cada voto puede marcar la diferencia. Trump promete un proteccionismo con aumentos de impuestos a las exportaciones y reducciones fiscales internas. También ha reiterado que los demócratas buscan eliminar los vehículos de gasolina en favor de los eléctricos.
Harris, por su parte, cuenta con el respaldo en temas de derechos laborales, algo muy valorado por sus seguidores. Ovidio Aldana, miembro de United Auto Workers, el mayor sindicato de la industria automotriz, votará demócrata. Nos recibe en su sótano, ubicado en las afueras de Detroit, donde vive con su gato.
Apoyo a los huelguistas
«La Administración Biden estuvo aquí en Detroit apoyándonos en nuestra última huelga para conseguir mejores condiciones laborales y salariales», relata Ovidio. En efecto, en el 2023 se realizaron importantes huelgas en varias plantas automotrices, y el Gobierno se sumó a las demandas. Las huelgas lograron aumentos salariales de hasta el 23 % y otros cambios significativos que mejoraron la calidad de vida de los trabajadores. «El presidente llegó a aparecer por mi fábrica», recuerda Ovidio.
Él defiende también al coche eléctrico y cree que Estados Unidos debe entrar de lleno en ese negocio para poder competir con China. «En mi planta, la decisión está dividida. La mayoría va a votar a Harris, pero hay definitivamente quien apoya a Trump», asegura.
La elección se decidirá por un margen estrecho en Míchigan, y tanto los partidarios de un candidato como del otro creen que cualquier esfuerzo para movilizar votantes, incluyendo el trabajo puerta a puerta, será clave para ganar.