El veto a las «drag queens» en Tennessee se cuela en la campaña
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«Es fanatismo, odio, intentan mantener a la gente alejada de lo que no conoce», dice la artista Obsinity antes de un espectáculo
26 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Rímel, pintalabios y colorete. La drag queen Obsinity se prepara con mimo para uno de sus espectácilos. Su mirada está clavada en el espejo de un pequeño cuarto de maquillaje. La luz suave ayuda a la concentración. Su mirada se fija en el más mínimo detalle. En unos minutos será la protagonista en un bus festivo que recorrerá Nashville, la capital del sureño estado de Tennessee. Es su trabajo desde después de la pandemia, pero ahora la sensación es distinta. Desde hace unos meses, Obsinity es consciente de que su espectáculo es potencialmente ilegal.
El Gobierno republicano de Tennessee aprobó en el 2023 una ley que restringe severamente los espectáculos de drag queen en público y ha sido bautizada por los medios como «la prohibición drag». «Es fanatismo, es odio. Se trata de mantener a la gente alejada de lo que no conoce. La gente no entiende a las drags, pero si se tomara el tiempo para conocernos seguro que sería más abierta. Al final es ignorancia y gente que no quiere aprender», lamenta Obsinity mientras prepara con delicadeza sus pestañas.
Los políticos republicanos que han elaborado el texto han insistido en que la intención es prohibir solo los espectáculos «de imitadores masculinos o femeninos» con interés lascivo en lugares donde pueda haber menores. La clave está en la interpretación subjetiva de qué es lascivo. Numerosas asociaciones han denunciado que es un ataque directo contra la comunidad drag, y de forma más amplia contra los transexuales y el resto de personas LGTBI. Uno de los argumentos de peso para esa visión es que no es la única ley del mismo estilo. Al contrario. Al menos 530 leyes que restringen los derechos de la comunidad LGTBI han sido propuestas en todo EE.UU. desde el 2023, según un estudio de la Unión Americana de Libertades Civiles.
Tennessee se lleva la palma, liderando el desglose por estados con más de una veintena de esas leyes aprobadas. Las normas del Estado sureño impiden también, por ejemplo, la atención psicológica afirmativa para menores transgénero o el uso de baños de acuerdo a la identidad de género. Esas leyes se han colado en campaña. Son reclamadas por una base conservadora de los republicanos y repudiadas por el liberalismo demócrata. El 38 % de los estadounidenses de uno y otro lado considera que los derechos transgénero son muy o extremadamente importantes para decidir su voto.
Pero el efecto en lugares como Tennessee ha sido el hostigamiento de la comunidad LGTBI por los cada vez más numerosos grupos extremistas. En el edificio donde inicia el recorrido del bus drag de Nashville ha llegado a presentarse un grupo de civiles enmascarados y armados con ánimo de intimidar.
«Hay extremistas ahí fuera que se sienten empoderados por este tipo de leyes para tomar los asuntos por su propia mano. Eso nos asusta», dice la drag Obscinity. «Yo me niego a vivir mi vida con miedo», subraya, antes de subir a un autobús donde la espera un grupo de mujeres de unos 50 años con las cervezas destapadas para pasar un rato de comedia, música y charla.
Su compañera Tracy denuncia el daño que hacen el electoralismo y la politiquería, que cada vez tienen más importancia en la política estadounidense. «La gente que está elaborando estas leyes lo hace para que su nombre sea conocido y montar un numerito. Ahora la política en EE.UU. va sobre ser famoso, ser conocido, y no sobre ayudar a tus electores y a la gente para la que trabajas».
Josh, el promotor del bus drag de Tennessee, asegura que no va a cerrar a pesar de la ley y de las amenazas. «Vamos a seguir luchando. Tenemos mucha gente alrededor del país que nos va a representar legalmente. Vamos a continuar educando y haciendo ver que lo que hacemos no es lujuria, no es contenido adulto».
El 7,6 % de la población estadounidense se define como LGTBI y vota abrumadoramente por el partido demócrata. El colectivo es muy activo políticamente y tendrá un claro peso electoral el próximo 5 de noviembre, pero al mismo tiempo hay un sector conservador que reclama leyes que pongan el acento sobre esa misma comunidad.