Jorge Quindimil, profesor de Relaciones Internacionales de la UDC: «Quedan unos meses que se le pueden hacer largos a Trump»
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Ve a Harris con opciones si vuelve su perfil aguerrido de antes de ser vicepresidenta
23 jul 2024 . Actualizado a las 08:46 h.Jorge Quindimil es profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidade da Coruña. Remarca que la renuncia de Biden llega tarde, pero ve que con la posible nominación de Kamala Harris no está todo decidido en las elecciones presidenciales de noviembre.
—¿Le pilló por sorpresa la renuncia de Joe Biden?
—No me sorprendió nada en absoluto. Es una noticia lamentable, porque hablamos de problemas de salud, pero también esperanzadora para el Partido Demócrata. La campaña electoral ahora se presenta un poco más ajustada.
—¿Es demasiado tarde para el Partido Demócrata?
—No lo es, pero nunca antes un candidato renunció con tan poco tiempo. El deterioro de Biden se viene acelerando en el último año y, por tanto, es cierto que han perdido tiempo. No es el momento ideal: faltan semanas para la convención y tres meses para las elecciones. Pero creo que puede ser suficiente porque estamos en tiempos en los que la fugacidad de la actualidad hace que sí puedan aspirar a la Casa Blanca.
—¿Qué le parece Kamala Harris como posible candidata?
—Pues he ido cambiando de parecer con el paso de las horas porque se han precipitado los acontecimientos. Empieza a haber unidad en torno a ella. Había figuras destacadas que no la habían respaldado. El propio Obama o Nancy Pelosi, que ya mostró su apoyo. Parece que el Partido Demócrata está empezando a hacer los deberes.
—¿Podrá hacerle frente a Trump?
—Tengo sentimientos encontrados. En estos años de vicepresidenta, por la naturaleza del cargo, ha estado en un discreto segundo plano. Esa figura de senadora brava y dura, incluso agresiva por momentos, también en su etapa de fiscala en California, se fue diluyendo. No hemos visto a una Harris con fuerza y carácter aguerrido. Cuando Gavin Newson [gobernador de California] la apoyó, en su mensaje, recordó que es una mujer sin miedo. Si esa personalidad sale puede ser una candidata muy dura para Trump.
—El líder republicano encadenó el intento de asesinato con la nominación oficial de su partido.
—Está en una situación envidiable desde el punto de vista de su candidatura. Lo estaba antes del atentado y ahora ha generado un entorno de empatía sobre él. Algunas encuestas hablan de que el intento de magnicidio le puede haber repercutido favorablemente en seis puntos de intención de voto. Pero quedan unos meses que se le pueden hacer largos a Trump con Harris y un nuevo Partido Demócrata con Biden fuera de la ecuación. En algunas encuestas internas del partido sitúan a Harris muy cerca de Trump en estados clave. Y esto es fundamental, ya se vivió en el 2016. Hillary Clinton perdió en varios estados decisivos por unos 70 u 80.000 votos.
—¿Cree que, después del intento de magnicidio, Trump moderará el discurso y habrá menos polarización en la política del país?
—Nunca me lo terminé de creer. En su propio discurso del jueves la primera parte es un Trump aparentemente distinto, pero luego vuelve a lo mismo. Ahora tiene que volver a la polarización, no le queda otra alternativa. Contra Biden y sabiéndose ganador, puede, pero contra una candidata como puede ser Harris tiene que volver a sacar todas sus garras. Al hilo del intento de magnicidio, algunas frases del entorno demócrata tampoco han ayudado. Creo que sí, que ahora tenemos garantizada la polarización.
—Biden se verá este martes previsiblemente con Netanyahu. ¿Cómo cambiaría la situación en Oriente Medio si Trump recupera el poder?
—En el asunto de Israel, Ucrania y política exterior no quiero ser excesivamente tremendista. No hay demasiadas razones para serlo. Trump gobernó ya cuatro años y su política exterior, mal que bien, no fue demasiado desastrosa. Hizo cosas lamentables como retirarse del acuerdo de París, pero llevó a cabo otras que redujeron la tensión en ámbitos importantes. La mejor relación de la historia entre Israel y los países árabes fue gracias a los acuerdos de Abraham, promovidos por Trump y seguidos por Biden. Trump es una persona imprevisible que, como dijeron profesionales que trabajaron en su entorno, gestiona el país de una forma relativamente caprichosa, pero es un político pragmático.