Portugal mira con lupa a la Justicia y se prepara para nuevas elecciones
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Los socialistas insisten en que no son víctimas del poder judicial
15 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Portugal trata de pasar página y mirar hacia las elecciones. A pesar de tímidos cuestionamientos a la solidez de las instituciones democráticas, la mayoría de los partidos entran de lleno en una campaña con la idea de dejar actuar a la Justicia.
Este mensaje se ha convertido en un mantra para el Partido Socialista. Lo repitió António Costa desde su dimisión y lo recalcó este lunes el exministro de Infraestructuras Pedro Nuno Santos durante el acto de presentación de su candidatura a secretario del PS: «Hay una necesidad imperiosa de que se cumplan reglas del Estado de derecho democrático como la presunción de inocencia y la independencia del poder judicial. El Partido Socialista no pasará los próximos cuatro meses discutiendo un proceso judicial», dijo Santos, que hizo varios guiños a los partidos de izquierda y a la necesidad de entenderse, ya con un ojo puesto en una nueva geringonça (alianza de izquierdas). Ese entendimiento es lo que precisamente destaca de António Costa, como «un líder que derrumbó los muros que había entre el PS y otros partidos de la izquierda parlamentaria».
De puertas adentro, elogió a su «camarada», el ministro del Interior, José Luís Carneiro: «En la pluralidad de este partido, lo que está en cuestión no es una disputa entre la moderación y el radicalismo, sino cuál de nosotros está en condiciones de unir la agrupación». Se decidirá los días 15 y 16 de diciembre.
El PS intenta evitar presentarse como víctima, pero hasta tal punto se repiten las alusiones a la honestidad de la dimisión de Costa, que su posicionamiento es casi el de mártir. En ese sentido, analistas políticos y opositores juzgan que, en la justificación que el primer ministro ofreció el pasado sábado sobre las políticas adoptadas para simplificar la burocracia y agilizar las inversiones, subyace un mensaje velado al poder judicial: no poner en peligro el tan atractivo dinamismo empresarial que Portugal ha erigido como bandera en los últimos años.
El primer ministro encara sus casi cinco meses de mandato en funciones indudablemente reforzado por la decisión del juez Nuno Dias, este lunes, de rebajar las medidas cautelares que pedía la Fiscalía para los imputados que ya han sido puestos en libertad. No solo eso, sino que Dias desestimó los cargos por corrupción activa y pasiva y por prevaricación que pesaban sobre los detenidos, reduciendo el caso a tráfico de influencias. Es más: aunque el caso de Costa depende del Supremo, el juez también indicó que son poco fundamentadas las sospechas de que el primer ministro haya sido presionado para influir en los proyectos bajo el foco.
Editoriales políticos, como el del director de Público, David Pontes, se preguntan si el sacrificio fue desproporcionado: «¿Qué tipo de coordinación tiene la fiscala general de la República con el organismo de tutela? Una acusación con consecuencias tan graves fomentó la opinión de que se estaba ante un caso muy grave, pero al primer escrutinio del propio poder judicial quedó reducido a muy poco». Así, la dimisión de Costa sitúa a la Justicia en un abismo y deja en el aire hasta qué punto puede someter al Ejecutivo.
Tras conocerse este lunes las medidas cautelares, mucho más leves de las que había pedido la Fiscalía para los cinco imputados detenidos en el marco de la investigación, los fiscales no han tardado ni un día en recurrir.
Pero la sospecha ya está sembrada: las primeras encuestas ya apuntan a que hasta un 78 % de los portugueses querrían explicaciones de la Fiscalía. Con todo, un 73 % también aceptan que el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, tomó la decisión correcta disolviendo la Asamblea de la República.
Los primeros sondeos muestran una gran caída socialista que solo capitaliza la ultraderecha
Pese a toda la crisis política, la coyuntura económica y las perspectivas que arrojan los Presupuestos Generales para el 2024 (que deben ser ratificados en el Parlamento a finales de este mes) permiten a los socialistas seguir siendo la primera opción de voto para los portugueses, según una encuesta realizada por TVI y CNN Portugal. Eso sí, quedarían lejos de la mayoría absoluta obtenida en los últimos comicios y apenas aventajan al actual líder de la oposición, el partido conservador PSD, que no consigue capitalizar la inestabilidad de los socialistas.
De hecho, si los socialistas se desploman del 41,73 % de votos obtenidos en el 2022 hasta un 26 %, el PSD también pierde un ligero margen de votos, y pasa de un 27,67 % a un 25 %. Frente a ellos, los ultraderechistas del Chega serían los grandes beneficiados y se consolidarían como tercera formación parlamentaria, subiendo de su 7 % actual a un 17 % de votos. El partido se posiciona como una alternativa a la política tradicional y fomenta el descrédito hacia las instituciones, con lo que la crisis desatada por supuesta corrupción encaja en su argumentario.
Desde la izquierda, también se recupera el Bloco de Esquerda, que en las últimas elecciones había sufrido un duro varapalo. Al igual que Iniciativa Liberal, suben en alrededor de cuatro puntos, hasta situarse, respectivamente, en el 8 y 6 %. La participación podría alcanzar, según la encuesta realizada a medio millar de personas, el 79 %.
Pacto entre el PSD y Chega
La débil situación del PSD queda reflejada por otra encuesta elaborada por el Diário de Notícias, que ha preguntado a los votantes del partido sobre la posición de liderazgo que ocupa Luís Montenegro, muy discutido hasta la fecha. La mayoría, un 30 %, se muestran indecisos, y Montenegro solo saca dos décimas al ex primer ministro Pedro Passos Coelho. Una de las grandes cuestiones en estos comicios reside en si el PSD estaría dispuesto a pactar con Chega para gobernar. Una posibilidad que Montenegro alejó en los últimos meses y que viene de reafirmar este martes: sin mayoría absoluta, el PSD «debe desafiar a todos los otros partidos a respetar la voluntad popular y a encontrar instrumentos en el Parlamento que hagan que el Gobierno pueda ejecutar su programa, excluyendo al Chega», recoge Diário de Notícias.