Todos los preconceptos recaen sobre uno de los cócteles más fascinantes que existen y el más consumido del mundo, a medio camino entre una sopa fría, con su salsa de carne y su apio incluidos; y un refrescante reconstituyente con aspecto sanguinario.
La «dolce vita» se bebe a pequeños sorbos, refrescantes, placenteros y, como no podía ser de otro modo en Italia, con mucho postureo. Esta es la historia de una rivalidad que culminó en 1800 y cuyo padre es el mismísimo Gaspare Campari
La Dolce Vita se bebe a pequeños sorbos, refrescantes, placenteros y, como no podía ser de otro modo en Italia, con mucho postureo. Esta es la historia de una rivalidad que culminó en 1800 y cuyo padre es el mismísimo Gaspare Campari.