Ni lo arrolló un tren, ni lo machacó un productor, las dos únicas maneras que, según confesó, podían apartarlo de los escenarios. Al final fue algo tan corriente como un cáncer lo que acabó con la vida de Jack Lemmon, uno de los últimos mitos de Hollywood. El actor, ganador de dos Oscar y definido por Billy Wilder como una mezcla entre Gary Cooper y Charles Chaplin, falleció en la madrugada del jueves en una clínica de Los Ángeles acompañado por su esposa Felicia y sus hijos.
REDACCIÓN