Un hombre disminuido psíquico, condenado a pagar 901 euros de multa por capturar un jilguero El cazador es un hombre de pelo ralo, edad promediada, exceso de peso, manos reunidas y cabeza cuadrada, más el polo de manga corta que en invierno gastan los más machos. Lolo al hablar bautiza palabras. Se ha de estar despierto para capturar todo lo que dice. Bebe y fuma como un morrosco. Habla, siente y hace como un mocoso. Arrastró al monte esa grave disminución psíquica y cazó un jilguero. Lo detuvieron porque el pájaro es el protegido y lo multaron con 150.000 pesetas (901,52 euros).
ALBERTO MAHÍA