La viuda y la hija del empresario descubrieron la placa que mantendrá viva la memoria del industrial en la ciudad Un sentimiento unánime recorrió ayer los discursos de los participantes en los actos de homenaje a Eduardo Barreiros: que con los mismos se reparaba la deuda de Ourense para con la memoria de quien fue, en palabras de José Luis Baltar, «un ourensano excepcional e irrepetible». En la Finca Méndez ourensana la viuda y la hija del empresario, Dorinda Ramos y Mari Luz Barreiros, descubrieron la placa que dio nombre a la Praza de Eduardo Barreiros. El homenaje al empresario tuvo continuación con el descubrimiento de un busto del industrial en Gundías, junto a la casa natal, y de la placa que da su nombre a una plaza.
X.M.R.