BMW, que no es una marca sospechosa de abandonar la senda deportiva en sus vehículos convencionales, ha decidido, no obstante, emprender también la hibridación eléctrica de cara al futuro. Se plasma sobre todo en dos modelos como el i3 y el i8, avanzados a su tiempo, así como otros en su gama, junto a escúteres y hasta bicicletas.
Juan Ares