En todo Carballo lo conocen como Liso. Es desde hace 23 años el conserje del colegio Fogar de Carballo, el más grande de la Costa da Morte. Los escolares lo quieren, pero también lo respetan y el descubrió que la enseñanza era su vocación. De niño pasaba los veranos en el Bosque do Añón y fue un auténtico traste. Quizá por eso se le da bien tratar con pequeños. Liso reconoce que fue muy gamberro y un especialista en robar fruta de las huertas
Cristina Viu