La sidra y un «temita» al que una joven anima a dar una «vueltita» en Asturias: «No está bien gestionado»

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A través de sus redes, Claudia Tejada bromea sobre su experiencia comiendo y bebiendo en el Principado, a pesar de ello no pudo evitar enamorarse porque «madre mía qué experiencia, qué tierra»
21 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Las costumbres pueden variar tanto dentro de un mismo país, que solo cambiando de comunidad las cosas pueden chocar. Comer, algo por lo que es famosa Asturias, su gastronomía y sus reglas. El culín se escancia y se bebe de una, por normal general y por costumbre, sin dejar de lado las normas químicas de la composición de la sidra.
Este choque vivió Claudia Tejada, una usuaria de TikTok, al estar por primera vez en Asturias: «Madre mía qué experiencia, qué tierra, yo vine enamorada». Una buena descripción, que sigue así: «Esos paisajes, todo verde, esas montañas, esos pueblos a pie de mar con las casas de colores que parece que estás en un cuento de hadas». Sí, literalmente Asturias en dos frases, pero la joven tiene un asunto que no entiende, «un temita que no tienen bien pensado, no está bien gestionado, le tiene que dar una vueltita».

¿Qué pasa entonces, si en su descripción el Principado es perfecto? La sidra. A pesar de que su impresión es no haber probado «bebida más rica» nunca, «no concibe» cómo puede ser que haya que beberla de trago, cuando su amigo le dijo que tenía que beberla «de un trago, porque sino está mal visto». Y la verdad es que sí llama la atención mantener un culín en la mano sin beberlo, básicamente porque muere, avinagra y sabe peor.
La diferencia es que al beber de una y de poco a poco, es más probable que se haga más rápido que con un vino o una copa. «El camarero venga a servir y pum…al cuarto culín de sidra yo ya estaba…». Otro asunto con la sidra, no sube hasta que sube y cada uno tiene su propio aguante. Muy probablemente, si no eres asturiano esta tolerancia es menor. Además, se va bebiendo casi sin darte cuenta y pum, una caja entera sin haberte casi movido.
Pero no terminó ahí la lista de asuntos que Claudia Tejada no asimila. «Luego te traen la comida y claro, no te queda bebida porque te la tienes que beber en cuanto te la traen». Primer entrante, patatas bravas que merecieron el elogio de la joven: «Madre mía las patatas, ahí en el norte se las gastan de otra manera». En este caso, el asunto con las bravas es que pican y al terminarlas, detalla que «me ardía todo, tenía unos calores y no tenía con qué pasar la patata». Podía haber pedido otro culín para solucionarlo pero especifica que «el camarero andaba correteando sirviendo a unos y a otros».
Siguiente cuestión, el cachopo que, como describe la joven, «quieras que no, no pasa». Y es que no, sin beber no pasa muy bien por la garganta, sinceramente. Otra vez que no disponía de nada para beber: «Yo la bebida la pido para que la comida pase a gusto, que se lubrique». Y ciertamente sí es para eso y al no tenerla, bromea Claudia Tejada que «cómo no me traigan algo ya, yo me voy a quedar en esta mesa pero para siempre, me voy a quedar en el sitio».

Con esta anécdota de mesa y su viaje por la tierrina, la conclusión de la joven es: «Asturias me ha encantado, pero ojo cuidado que allí peligra la vida», concluye el vídeo. Con respecto a las razones sobre por qué hay que beber la sidra de una, explica: «Ya me explicaron, la próxima vez me pido también un poco de agua». Entre los comentarios parece que aplicaron la de ‘a problemas soluciones', una usuaria le aconseja: «Pide sangría de sidra y la tomas cuando quieras y así no mezclas». Y otra: «Yo siempre que voy a comer con sidra pido el tapón escanciador». La sidra podría buenamente ser el oro líquido, no por su precio, si no por su valor y sus propios procesos en Asturias.