«El Sporting debe cumplir las peticiones de Albés y mejorar los fichajes de un mercado históricamente nefasto para el club»
SPORTING 1905
Texto de opinión
15 ene 2025 . Actualizado a las 11:32 h.Los mercados de fichajes son momentos de discursos grandilocuentes. Especialmente en verano, las directivas, con la campaña de abonados en plena ebullición, se llenan la boca de conceptos «ilusionantes» y objetivos «ambiciosos». La realidad de la competición entre agosto y diciembre les puede llevar por dos derroteros, el de la nunca recomendada euforia desmedida con ‘ascensos anticipados’, o el de la discreción de un perfil bajo. Por contra, entre la afición el ánimo es siempre el mismo; lo quiere todo y lo quiere ya. Si no lo tiene, el drama es total, pero cuando lo tiene... ya piensa en el siguiente. Insaciable.
Esto último en invierno se multiplica. Cada día sin fichajes es, curiosamente, como un día atravesando el desierto. Sin una gota de agua. Y aunque la ventana de enero ofrece un margen de tiempo que se reduce a más de la mitad respecto al verano, es un pesar que se vuelve eterno. Hay varias cosas indiscutibles en lo que va de mercado, empezando porque el Real Sporting aún no ha hecho los deberes saciando la sed de fichajes de sus aficionados -y su técnico-, reviviendo fantasmas de un pasado nada lejano, y por otro que aún queda más de la mitad del tiempo por delante. Curiosamente, en una sociedad en la que estamos tan habituados a dejarlo todo para última hora, eso es lo que más desquicia e inquieta a las masas a 14 de enero.
Bajo la gestión de Javier Fernández, el Sporting cerró los 4 últimos mercados -que se dice pronto- con todos sus fichajes en las últimas 48 horas previas al cierre. Ivi López, Álex Alegría, Aitor García, Murilo, Víctor Campuzano, Jony, Eric Ramírez, Jordi Calavera... Todos un 30 o 31 de enero o hasta un 1 de febrero. El miedo difundido es lógico, y los aciertos, excepciones, como acordarnos de Mate Bilic como gran ejemplo habiendo pasado ya 17 años del inicio de su segunda etapa en Gijón.
Es por ello también fundado el temor al desacierto. En los últimos años no es nada difícil encontrar borrones en el mercado, cosa de la que el Grupo Orlegi tampoco es ajeno, a pesar de su corto historial. En su primera ventana invernal llegaron Marsà y De Amores para suplir las bajas, también sobre la campana, de Mariño y Gragera, si bien estuvieron ‘rápidos’ para firmar a Jeraldino el 9 de enero. El curso pasado, la prioridad era un ‘9’, y se firmó prácticamente a estas alturas, un 17 de enero, con un cotizado Mario González que traía en su mochila muchos condicionantes como para ofrecer un buen rendimiento inmediato. No hay tantos deberes dejados para última hora como su predecesor, pero hasta ahora sus mercados de invierno están siendo comedidos y poco atinados, que es donde reside la clave de todo. Todos queremos que lleguen lo antes posible por una cuestión lógica, pero no por ello va a ser un mejor fichaje. Y a las pruebas me remito.
A pesar de los pesares, no comulgo con esa sensación de urgencia y desespero por ver que mi equipo figura entre los 10 equipos de Segunda que aún no se han estrenado en este mercado, aunque sea una realidad que el Sporting tiene todo aún por hacer. Es evidente que la plantilla no quedó cerrada como se pretendía al entrar en septiembre, y de aquellos barros, estos lodos. Sí considero que enero no es momento para revoluciones, pero sí para alguna(s) apuesta(s) fuerte(s) que arreglen esa carencia heredada del anterior mercado y, a su vez, de aquellas que se hayan podido generar o detectar entre septiembre y diciembre. Y eso, por el momento, no se ha dado. En manos de cada uno está creer si lo hará o no.
Tal y como digo esto, tampoco comulgo con esa idea de que será el mercado de invierno el que marque las aspiraciones del equipo. No. Por un ascenso no se apuesta en enero, en todo caso se hace en julio, donde de verdad te juegas el potaje en los despachos. Para abril y mayo ya te lo jugarás sobre el césped, pero el resultado saldrá del trabajo realizado desde el verano y que, en su caso, remaches en enero, y no a la inversa. En este mercado, en el que todos se refuerzan, debes estar a la altura para no perder comba, pero en una categoría con diferencias tan estrechas, estar o no en la pomada, dentro de los incontables factores que influyen, tendrá mucho más peso tu planificación del año en verano que lo que hagas ahora en enero. Tendrás que tener al palomero que oportunamente la empuje a gol, pero antes de eso debes asegurarte que el equipo cumpla su papel de llevarla a esa situación. Como analogía.
A la dirección deportiva del Sporting le toca ahora pulir su plantilla, mejorarla, darle más herramientas y de mayor potencial a Rubén Albés, no construir un proyecto para la temporada. No confundamos las cosas. La realidad clasificatoria es la que es, y la Segunda, tan despiadada e igualada como ya sabíamos. A mejores soldados, mejor rendirás en la batalla, pero no puedes hacerlo todo en enero. Apostando al 0 es más fácil arruinarse, y las arcas no están para tanto riesgo. En invierno, un mercado tan especial, es momento de ir a lo 'seguro'. Esperemos y exijamos ahora que todo el trabajo que se hace desde septiembre -no me sean cenizos- se traduzca en una mejor plantilla el próximo 3 de febrero. Ese es el cometido de la dirección deportiva.