Análisis: Línea de 4 o de 5, así funcionan los sistemas defensivos del Sporting de Albés

Dani Souto

SPORTING 1905

Rubén Albés
Rubén Albés Real Sporting

Texto de análisis

01 oct 2024 . Actualizado a las 20:15 h.

Atrás queda la variabilidad en cuanto a las alineaciones del Real Sporting de Gijón del curso pasado. Rubén Albés ha venido caracterizándose por utilizar un par de sistemas base, a partir de los cuales poder ver los diferentes comportamientos individuales del equipo en fase defensiva -especialmente- y ofensiva, pero apostando sobre todo por una continuidad en cuanto a nombres sólo alterada por los cambios obligados por lesión que están afectando en este inicio de temporada.

«Fundamentalmente manejamos dos estructuras defendiendo, entre el 1-5-2-3 o el 1-4-2-3-1. Lo hemos ido variando entre los diferentes partidos, según la posición de Olaetxea». Así lo expresó el propio Rubén Albés hace escasos días en rueda de prensa. Dos sistemas como punto de partida desde un prisma defensivo para luego ya jugar con la movilidad de sus futbolistas una vez tienen el balón en su poder; ahí con varios principios básicos, como el escalonamiento de los centrocampistas, la importancia ofensiva de los laterales, la asimetría en sus tres perfiles de la delantera o la idea de cargar área con muchos jugadores por dentro.

La apuesta por uno u otro sistema en defensa ha venido estrechamente ligado a la cantidad de delanteros que alineó el rival. Está siendo el aspecto táctico más adaptado y condicionado a las virtudes del adversario, con un hombre, ya citado, como llave maestra: Lander Olaetxea. El vasco ya venía de cumplir este mismo papel en el Albacete que dirigió Albés, también en sus diferentes variantes: ocupando un rol de pivote puro, haciendo un híbrido de central sin balón y adelantando su posición con él o directamente siendo un central más en una línea de 4 o 5 defensores. Ya lo hemos visto en todas sus versiones.

Sólo en una ocasión Albés se ha saltado esta especie de mandamiento personal, y ha sido este último fin de semana ante el Zaragoza. De inicio, con Samed Bazdar y Alberto Marí en la dupla atacante de Víctor Fernández, ningún sportinguista se sorprendía al ver a Olaetxea ubicado entre Eric Curbelo y Róber Pier, siendo un central más en ese 1-5-2-3 sobre el papel en fase defensiva. Sin embargo, con un inicio dubitativo, y tras la desgraciada lesión del zaguero canario, Albés decidió saltarse su norma e introducir un centrocampista más en lugar de un central, dejando a Olaetxea en esa posición formando una línea de 4 atrás más próximo al 1-4-2-3-1 anteriormente citado. El Zaragoza, que cambió a sus dos delanteros al descanso, mantuvo su idea en cuanto a dibujo dando entrada a Iván Azón y Mario Soberón. Algo que no alteró la idea del técnico rojiblanco.

Es la primera vez esta temporada que no se da una correlación entre la cantidad de delanteros del rival y el sistema defensivo del Sporting. Ya desde la jornada 2, cuando se vio por primera vez a Olaetxea como central para formar con 3 atrás ante los dos puntas del Eldense, siempre se repitió esta circunstancia y siempre con el pivote vasco ejerciendo de bisagra; repitiéndose ante Almería en la jornada 3 y Tenerife en la jornada 6. Por contra, ante Levante (J1) y Racing (J5) utilizó una línea de 4 atrás, siendo Olaetxea directamente uno de los dos centrales en El Sardinero con Diego Sánchez de baja y Róber Pier aún en su puesta a punto.

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Mención aparte merece el derbi asturiano frente al Oviedo. Tal y como aseguró el propio Albés, ante los azules empleó ambos sistemas, de inicio una línea de 4 atrás con Olaetxea más adelantado para defender una punta del ataque que sólo poblaba Alemao, para acabar con una línea de 5 retrasando al futbolista vasco cuando Javier Calleja a un segundo punta como Daniel Paraschiv en el tramo final. Siendo el mejor ejemplo práctico de la alternancia entre un sistema y otro a partir de la disposición rival.

Una organización diferente que exige demandas individuales diferentes, empezando por los centrales, más liberados para salir de zona siendo 3, pero siguiendo por todos los demás futbolistas sobre el campo, manteniendo la idea base de ser agresivos en la presión, algo que explicó el propio Albés de esta forma: «Porque Olaetxea esté más retrasado no quiere decir que seamos menos ofensivos; en ese contexto los extremos -y laterales, añado- defienden más alto y así tenemos más jugadores por delante de balón al recuperar, también los centrales saltan más lejos para defender al rival, mientras que si está más adelantado y defendemos con 4 son los mediocentros los que hacen más metros y los extremos defienden algo más atrás. Buscamos cómo ser igual de ofensivos a partir de qué sistema nos va a beneficiar más defensivamente hablando en cada contexto».