El ex técnico rojiblanco avanza en las negociaciones con otro club
20 jun 2024 . Actualizado a las 14:32 h.Cinco días han pasado desde que el pasado sábado, en la sala de prensa de El Molinón - Enrique Castro 'Quini', tuviera lugar la comparecencia de Miguel Ángel Ramírez despidiéndose de club, prensa y aficionados como entrenador del Real Sporting de Gijón. Un desenlace al que se llegó tras acordar con la dirección deportiva rojiblanca la no renovación de un contrato que expiraba este 30 de junio. Con diferentes propuestas sobre la mesa, hoy el grancanario se encuentra en Catar para negociar su fichaje por el Al-Wakrah de la Liga de las Estrellas catarí.
El técnico conocía las intenciones del club catarí desde hace semanas, tal y como adelantó en mayo La Voz de Asturias el interés de diferentes clubes desde el extranjero. No era su única alternativa estos días, de ahí que aún no haya cerrado ningún acuerdo con otro club desde su salida del Sporting. De hecho, Ramírez ha viajado hasta Catar para tratar de cerrar las negociaciones en persona, siendo la propuesta que más ha avanzado. Si todo va según lo esperado, es cuestión de horas que se pueda cerrar el acuerdo y con ello se firme un nuevo contrato con Al-Wakrah.
En ese sentido, durante su estancia en el Sporting Ramírez ha ido recibiendo diferentes contactos y sondeos, con la oferta en firme del Barcelona de Guayaquil ecuatoriano el pasado verano como la posibilidad más firme de haber cambiado de destino antes de tiempo. Sin embargo, el técnico grancanario, centrado únicamente en el trabajo diario en Mareo y sin avanzar en negociaciones paralelas con ningún otro club, ha mantenido hasta el último momento su voluntad de esperar hasta final de temporada, cuando los nuevos objetivos y la planificación estuvieran mucho más claros, para poner en común con los dirigentes rojiblancos su punto de vista de cara a un nuevo contrato en Gijón o la voluntad de iniciar una nueva aventura lejos de El Molinón. No fue hasta que se reunió con los responsables deportivos del Sporting, incluido David Guerra, cuando se tomó la decisión definitiva de separar sus caminos.
Su buen trabajo en la Segunda División no había pasado desapercibido en Catar, un país que conoce bien tras pasar varios años trabajando en el proyecto de cantera de la Academia Aspire. Con todos estos elementos contemplados, Al-Wakrah puso sus ojos en él ofreciéndole un contrato millonario a mediados de mayo que prácticamente triplica sus emolumentos en Gijón. Además, también se pusieron sobre la mesa diversos detalles, como la propuesta de colocar a Ali Al-Marri como su ayudante para amortiguar su adaptación al club y al fútbol del país.
Además de lo potente en lo económico, otro punto a favor de salir de España pasa por trabajar en un entorno con menos presión mediática que la del Sporting tras un año y medio de mucho desgaste para el canario. Así se lo explicó el propio protagonista el día de su despedida en El Molinón:
«Ha sido muy difícil tomar esta decisión. He sido muy feliz aquí, me he sentido muy querido y realizado. He entendido que para liderar a este gigante hace falta un nivel muy alto de energía, pasión y entusiasmo. Lo he tenido cada día que he estado, pero entendí que ahora, estando más cerca de Primera, se han sentado unas buenas bases para que alguien pueda culminar el trabajo. Suelo guiarme por instinto y por lo que siento. Sentía que año y medio aquí era suficiente, más podía ser desgastante para mí».
Entre hoy y mañana, una vez se produzca esa reunión formal con el club, se espera que se puedan cerrar los flecos pendientes y se revise la documentación pertinente para que Ramírez comience con una nueva etapa en su carrera deportiva mientras el Sporting aún se mantiene a la espera de firmar un nuevo entrenador para el banquillo con Rubén Albés como prioridad absoluta.